Energía eólica atrae inversión en Escocia
ABERDEEN, Escocia — Es fácil ver lo vital que es el petróleo para Aberdeen, una venerable ciudad portuaria en la costa noreste de Escocia. Salga por la puerta del pequeño aeropuerto internacional y será sacudido desde el otro lado de la calle por el estruendo de los helicópteros que transportan a cuadrillas hacia y desde plataformas petroleras esparcidas por el Mar del Norte.
Conduzca a la ciudad y pasará por enormes parques de oficinas con logotipos de compañías petroleras, hogar de algunos de los 71 mil ingenieros, geólogos, perforadores y más especialistas que trabajan en la industria del petróleo y gas en Escocia. En total, la industria representa alrededor del 7 por ciento de la producción económica del país.
Sin embargo, la industria del gas y el petróleo de Escocia está en problemas.
La producción de crudo del Mar del Norte británico tiene 20 años de estar en caída constante, y el año pasado la producción fue de alrededor de un tercio de su pico alcanzado en 1999. La producción de gas natural en la región también está a la baja. Los empleos relacionados con el petróleo en alta mar han caído casi 40 por ciento en los últimos cinco años, reporta Oil and Gas UK, un grupo de la industria.
Luego, en agosto, presionado por ambientalistas, Nicola Sturgeon, la principal funcionaria de elección popular de Escocia, instó al Gobierno británico a revisar las licencias otorgadas para los campos petrolíferos en alta mar que aún están en etapas de planeación. Los ejecutivos petroleros dicen que bloquear nuevos campos petrolíferos, deteniendo de hecho hasta 18 desarrollos y 21 mil millones de libras (28 mil millones de dólares) en inversiones durante los próximos cinco años, podría ser una sentencia de muerte para la industria.
Para muchos, el crecimiento de la energía renovable en Escocia, especialmente las flotas de turbinas eólicas a lo largo de su costa, puede proporcionar una vía para reemplazar el crudo y el gas.
Un parque eólico piloto frente a las aguas del puerto pesquero de Peterhead, al norte de Aberdeen, representa una nueva frontera para este campo.
En lugar de descansar sobre el fondo del mar, estas turbinas flotan, ancladas por cables en la parte superior de largas estructuras verticales. Debido a que flotan, pueden ser colocados a mayor distancia en el mar, más allá de la profundidad de 60 metros considerada el límite.
Eso abre una extensión más amplia de océano, y también permite que las turbinas aprovechen los vientos más fuertes y constantes que se encuentran más lejos de tierra.
El parque eólico de 230 millones de dólares frente a Peterhead, flotando en aguas de 90 metros de profundidad, supera a todos los parques eólicos marinos británicos en la cantidad de su capacidad teórica de energía que produce, alrededor del 54 por ciento.
“Podemos ir a aguas más profundas, a mayores velocidades de viento”, dijo Ben Lawson, gerente de operaciones y mantenimiento del parque eólico, del que la compañía noruega Equinor es dueña mayoritaria y operadora. “No se debe subestimar la importancia del éxito de este proyecto”.
Aberdeen ve una oportunidad. Está construyendo un puerto de 470 millones de dólares con muelles diseñados para soportar el enorme peso de los componentes de las turbinas, así como de las plataformas petroleras entregadas para ser desmanteladas.
La idea es que diseñar, construir y operar estructuras flotantes requerirá habilidades similares a las requeridas para construir y administrar plataformas marinas y plataformas de perforación.
“Si se hace adecuadamente y con colaboración entre la industria y el Gobierno, esto creará la siguiente gran industria para Escocia en los próximos 50 años”, dijo Jim McDonald, asesor del Gobierno escocés en materia de energía.
El Gobierno también está en proceso de elegir compañías para arrendamientos de energía eólica en alta mar que podría llevar a una inversión estimada de 40 mil millones de dólares.
Los principales gigantes petroleros europeos están participando. Y a algunos no les ha dado pena telegrafiar que una victoria para ellos ayudará a retener las nóminas en sus oficinas de Aberdeen que de otra manera se ven amenazadas por el declive del crudo y el gas.
El sueño es construir parques eólicos y desarrollar el expertise para suministrar equipos eólicos al mundo.
Sin embargo, los veteranos de la industria advierten que la fuerza laboral para las turbinas es mucho menor que para las de petróleo y gas porque la nueva tecnología significa que “todo es automatizado”, dijo Allan MacAskill, ex ejecutivo de BP.