Craig se despide de James Bond
Hace más de un año y medio, Daniel Craig y yo nos reunimos en Nueva York para hablar sobre su última película de James Bond,
y decir adiós a ese gallardo superespía que había estado interpretando desde el 2006.
Dos días después, MGM anunció que retrasaría el lanzamiento del filme hasta noviembre, y entonces el mundo se hundió en la pandemia.
MGM retrasó la película dos veces más; la cinta finalmente está ahora en estreno mundial.
Ha sido una despedida incómoda y prolongada para Craig, de 53 años, quien, desde el momento en que fue elegido para suceder a Pierce Brosnan como el Agente 007, nunca fue visto como la opción obvia o elegante para el personaje. Su apariencia era demasiado dura; su historial en el cine era demasiado escaso; su cabello era demasiado rubio.
Como me dijo Craig en esa entrevista inicial, asumió que lo habían invitado a audicionar como carne de cañón, para que fuera más fácil elegir a otra persona para el papel.
“Yo simplemente era uno de tantos, alguien a quien descartar”, dijo, y agregó que, en el mejor de los casos, pensó que obtendría el papel de un villano prescindible: “Aquí tienes, sé un villano”.
En lugar de ello, Craig explotó su debut en para hacer la secuela del 2008, y las secuelas más épicas
(2012) y (2015). Sus películas de Bond han recaudado más de tres mil millones de dólares a escala mundial.
Craig dijo que quería una oportunidad más con su huraño e impasible Bond para completar la historia que inició
“Hay una consistencia que quería darle”, me dijo entonces, y agregó con una carcajada: “Tal vez seré recordado como el Bond Gruñón. No sé. Ése es mi Bond y tengo que afrontarlo, ése ha sido mi Bond. Pero estoy bastante satisfecho con eso”.
Cuando volvimos a hablar en septiembre, Craig estaba a la vez cauteloso y más relajado. Y la reservada estrella tenía un secreto más bajo la manga: el 29 de septiembre se anunció que Craig estelarizaría una nueva producción en Broadway de (Se espera que esta producción abra el 28 de abril próximo).
Craig compartió sus reflexiones finales sobre su personaje, James Bond. Éstos son extractos editados.
Soy increíblemente afortunado de tener una familia maravillosa y también de haber tenido un lugar fuera de la ciudad al que podíamos ir y escapar de esa locura. Ha sido un año difícil para todos.
No soy tan expresivo como quizá le gustaría a la gente, pero así lo prefiero. Probablemente me ha metido en problemas. Pero soy un ser humano increíblemente emocional. Soy un actor. Digo, eso es lo que hago para ganarme la vida. Y el clip del que estás hablando es el final de 15 años de mi vida a los que les dediqué todo lo que pude. Sería una especie de sociópata si no se me hiciera un nudo en la garganta al final de eso.
Extrañaré el enorme esfuerzo de equipo que se requiere. Han pasado casi cinco años desde que comenzamos este proyecto, por muy frustrante y angustioso que
No es más que la naturaleza del papel. Bond es lo que es, y Benoit es muy diferente. No quiero ser contundente, pero como actor, ése es mi trabajo, interpretar papeles que son diferentes. Recibí el guión, y pensé, ¿en serio? Es increíble, como cuando recibí el de
Siempre ha sido una de mis favoritas. Es muy difícil. Es de ritmo rápido y no es particularmente larga. Broadway ha recibido tantas patadas, como muchas industrias, y tengo la oportunidad de hacer algo espectacular y mágico y raro, para ayudar y darle el mayor impulso posible.