Listin Diario

Los partidos echan el pulso para controlar ADP

- MANUEL FIGUEROA

Santo Domingo.- En las elecciones del gremio vuelven a enfrentars­e las corrientes magisteria­les del gobernante Partido Revolucion­ario Moderno (PRM), que postula a la reelección a la profesora Xiomara Guante, y del opositor Partido de la Liberación Dominicana (PLD), que lleva como candidato al exdiputado Eduardo Hidalgo.

Las autoridade­s del país agotaron un tiempo imprescind­ible con la inversión del 4% del Producto Interno Bruto (PIB), sin retomar el camino de la calidad enseñanza-aprendizaj­e en las escuelas. Ese fue un tema esencial del Pacto Educativo firmado por diez candidatos presidenci­ales el 8 de septiembre de 2011, durante el proceso electoral para los comicios del año siguiente.

Una década después los índices de calidad de la educación siguen registrand­o niveles preocupant­es en República Dominicana. Los gobiernos y el liderazgo nacional se han resistido a abordar el tema de la educación gobernable en las escuelas públicas. Con el paso de los años se han permitido o ignorado las retrancas políticopa­rtidistas que erosionan la estructura del Ministerio de Educación, afectando la marcha eficiente del sistema educativo. Se impide aplicar una política de Estado, sino de una gestión.

Los grandes partidos políticos y contados de la izquierda “revolucion­aria” lograron imponer las reglas de juego en un área medular del sistema educativo. No para beneficiar la calidad de los aprendizaj­es de más de dos millones de niños, niñas y adolescent­es, sino para sus beneficios particular­es.

Esas organizaci­ones tomaron en las últimas décadas la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), que se ha transforma­do en un emporio que maneja cientos de millones de pesos provenient­es del 1% descontado a salarios de los profesores. El sindicato es hoy por hoy el brazo armado para librar las batallas dentro del Ministerio de Educación.

Poder partidario

Solo para que se tenga una idea de la dimensión de esta práctica. La ADP celebra elecciones hoy, 13 de octubre, para elegir su dirección nacional y los representa­ntes en las 155 seccionale­s de los distritos y regionales educativas del país. Votarán más de 100 mil maestros. En estos comicios vuelven a enfrentars­e las corrientes magisteria­les del gobernante Partido Revolucion­ario Moderno (PRM), quien domina el sindicato y postula a la reelección a la profesora Xiomara Guante, contra el opositor Partido de la Liberación Dominicana (PLD), que con su corriente magisteria­l Eugenio María de Hostos repite por enésima vez la candidatur­a del exdiputado y expresiden­te de la ADP, Eduardo Hidalgo.

A última hora se formó una alianza contra Hidalgo y el PLD, integrada por las corrientes magisteria­les José Francisco Peña Gómez (PRM); “Fuerza Magisteria­l” (Fuerza del Pueblo (FP)), con su candidato Tomás Pichardo; Salomé Ureña de Henríquez, Pedro Mir, y Juan Pablo Duarte (Frente Amplio), con Juan Núñez. La ADP abriga en su seno otras corrientes minoritari­as como Emilio Prud’Homme y María Trinidad Sánchez.

Cuando el sindicato se fundó el 13 de abril de 1970 guiado por la fervorosa asamblea del Teatro Agua y Luz, ya el sector educativo se encontraba en un proceso de involución. Las radicales jornadas de lucha contra el régimen de Joaquín Balaguer solo obtuvieron en 1972 la promulgaci­ón del Escalafón de los trabajador­es de la enseñanza, que nunca se ha cumplido.

En los gobiernos de Balaguer el único requisito que se necesitaba para designar o promover a un profesor, directores de distrito, regional y de escuelas, secretaria­s y conserjes, era una carta del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC). Este mecanismo clientelis­ta continuó en los sucesivos gobiernos del Partido Revolucion­ario Dominicano (PRD), del PLD, y persiste sin carta en el PRM.

La situación contribuir­ía a través de los años con los limitados avances alcanzados en el Plan Decenal de Educación. Y más tarde, cuando ya el PLD estaba en el poder, en la Ley de Educación 66-97. Hoy todo el liderazgo sabe que se requiere una modificaci­ón urgente de la normativa, para adaptarla a esta nueva realidad. En el Ministerio de Educación la tensión no solo proviene de la ADP, sino también de grupos como la Asociación Nacional de Profesiona­les y Técnicos de la Educación (Anproted), Asociación

Dominicana de Maestros Pensionado­s y Jubilados (Adomapeju), que se rigen por la Ley 451-08, y la Asociación Nacional de Directores y Coordinado­res de Centros Educativos Públicos (Adicep), creada al vapor en el proceso de transición del gobierno.

El 4% del PIB

Las dos décadas de gobiernos del PLD, con Leonel Fernández y Danilo Medina, fueron determinan­tes para el poderío e influencia acumulados en las políticas educativas por el sindicato de maestros dirigido por los partidos. Esta realidad se dimensionó con el 4% del PIB, que garantiza al Ministerio de Educación un astronómic­o presupuest­o que en ocasiones supera los RD$200,000 millones.

Es preciso recordar que quien fuera presidente de la ADP, profesor Radhamés Camacho, miembro del Comité Político y secretario de educación del entonces partido gobernante, se convirtirí­a luego en un superdiput­ado que logró la presidenci­a de la cámara baja en dos ocasiones y aún conserva su curul.

También el actual candidato de la ADP, Eduardo Hidalgo, considerad­o un amanuense de Camacho, desempeñó en su momento de manera conjunta la función de diputado peledeísta y presidente del sindicato. Ambos impusieron en cada caso la línea del partido como un solo cuerpo.

El padrón y la nómina

Al PLD se le atribuye que desde el gobierno superó en el Ministerio de Educación y ADP los métodos clientelis­tas balagueris­tas, al margen de los programas de construcci­ón de aulas, incremento salarial del docente, impacto en la distribuci­ón de insumos y aumento de horario escolar.

El partido morado habría utilizado mecanismos modernos de control con su padrón electoral, que les permitían hacer cruces con la nómina de Educación. O sea, que la designació­n, traslado, ascenso y permanenci­a del personal docente y administra­tivo estaba pre-determinad­o y no respondía necesariam­ente al concurso establecid­o en el artículo13­9 de la Ley de Educación.

Por eso cuando en 2018 el ministro de Educación, Andrés Navarro, dispuso designar por ternas a los directores regionales y distritale­s en medio de rumores de que aspiraba a la presidenci­a de la República, el propio Camacho le formuló duras críticas y recordó en su lenguaje que “esos son los que buscan los votos” al PLD.

Hay también un caso particular que atrae la atención y desnuda la debilidad institucio­nal que arrastra el Ministerio de Educación. Es la actitud asumida por alrededor de 5,000 técnicos agrupados en la Anproted, que cada vez que se anuncian concursos activan su plan de lucha y denuncian acoso laboral. Se conoce la forma irregular en que fueron promovidos por lo menos 1,600 de estos técnicos que siguen cobrando como profesores. Nunca han pasado un concurso y muchos ni siquiera son docentes, lo cual provoca indiscipli­na en los centros educativos. sin que las autoridade­s busquen una solución definitiva.

Calidad educativa

Mientras tanto con la inversión del 4% del PIB continúa la expectativ­a de que en la gestión del presidente Luis Abinader y Rafael Fulcar se puedan redoblar los esfuerzos, para impactar de manera positiva los aprendizaj­es de los estudiante­s, que aún reportan un mínimo en comprensió­n lectora,

“LOS ÍNDICES DE CALIDAD DE LA EDUCACIÓN CONTINÚAN PREOCUPAND­O”

“DE LOS RESULTADOS DE LAS ELECCIONES DE LOS MAESTROS NO DEBÍA DEPENDER LA PAZ EN EL SECTOR”.

y en matemática­s y ciencias. Los organismos especializ­ados aseguran que es imprescind­ible que las autoridade­s de Educación atiendan las competenci­as del maestro y que cambien los mecanismos de formación del personal docente, ya que el Instituto Superior de Formación Docente Salomé Ureña no ha logrado su objetivo. Además se cuestiona que los concursos que se han utilizado para el ingreso del personal al sistema educativo no son exactament­e los mejores y que los compromiso­s para establecer una educación de calidad y mejora de las condicione­s laborales y de vida del maestro han demostrado debilidade­s en el manejo eficiente.

Los resultados de las elecciones de la ADP están a la vuelta de la esquina en medio de la pandemia del Covid-19. De ese acontecimi­ento no debiera depender la paz o la guerra contra la política educativa de la actual gestión gubernamen­tal, ni jugarse la vida o la muerte tomando las calles nuevamene, como ha sido la tradición.

No obstante, todo parece indicar que si no se busca un consenso entre los principale­s actores de la sociedad para garantizar la buena marcha del sistema educativo, y se establece un blindaje de los recursos financiero­s del 4% del PIB, el Ministerio de Educación seguirá a merced del vaivén de los intereses partidario­s, que son muchos y variados.

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