Acroarte en Ruta
Me perdí la primera entrega de este programa itinerante que organiza la Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte) con su nueva directiva, encabezada por su presidente Emelyn Baldera, cuyo objetivo es el de conocer y luego promover los puntos culturales de las provincias y municipios de nuestro país con miras a que los dominicanos y personas que nos visiten se acerquen a esos puntos y seamos todos multiplicadores de esas cualidades que posee cada pueblo.
Esta segunda ruta le tocó a San Juan, “el Granero del Sur” que, aunque no tiene playa y es lo que más se promociona y vende al turista, posee un manjar de tradiciones que incluye música, baile, gastronomía, carnaval, religiosidad popular y creencias que otros puntos del país no tienen, y hay que proyectarlos. En todos los lugares hay playas, pero la cultura tradicional o folklore es distinto en cada lugar.
Nos recibió en el Ayuntamiento la alcaldesa Hanoi Sánchez junto a ediles, al son de la Banda Municipal de Música que interpretó varios merengues. ¿Y quién más para orientarnos en el recorrido que la propia alcaldesa, que como anfitriona y conocedora de sus raíces sanjuaneras “se botó”? Visitamos lugares históricos y emblemáticos como la Catedral San Juan Bautista, en la que destacó el proceso de restauración y embellecimiento, acompañada del Obispo Tomás Alejo Concepción. También recorrimos los museos en honor a Orlando Martínez y Francisco Alberto Caamaño Deñó, el Corral de los Indios, plazas y parques y el moderno Centro Universitario Regional del Oeste (CURO-UASD), dirigido por el Dr. Carlos Manuel Sánchez De Óleo, entre otros atractivos.
Conectar con Hanoi es disfrutar de sus vivencias, de su repentismo, hospitalidad, de sus conocimientos como arquitecta, que le ha servido para embellecer la ciudad con plazas que han sido diseñadas para darle vida al pueblo desde que entramos a la ciudad.
Mientras visitábamos la Plaza Ceremonial Aborigen, popularmente llamada el Corral de los Indios, nos esperaba una degustación de los famosos quesos Arish, descremados y cubiertos con una capa de orégano molido, traídos por los inmigrantes libaneses establecidos en San Juan. Hacía como cuarenta años que no los comía y siguen siendo una delicia al paladar.
El almuerzo fue el plato icono de esos lares: chenchén con chivo guisado con yuca, además de moro de guandules, ensalada rusa, variedad de carnes, dulces típicos. El final fue entrega de placas de reconocimientos y una presentación músico cultural de canciones y ritmos folklóricos de esa comarca sureña.