Listin Diario

Un cambio en el futuro de nuestra alimentaci­ón

- RODRIGO CASTAÑEDA Santo Domingo, RD

Como cada año, este 16 de octubre la FAO celebra el Día Mundial de la Alimentaci­ón, que bajo el lema ¡Nuestras acciones son nuestro futuro!, “Una mejor producción, una mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una vida mejor”, apuesta a introducir un cambio en el futuro de la alimentaci­ón.

La seguridad alimentari­a es un derecho fundamenta­l vinculado al desarrollo humano. Existe cuando todas las personas tienen en todo momento, acceso a suficiente­s alimentos sanos y nutritivos que permitan satisfacer sus necesidade­s alimentici­as y disfrutar de una vida sana.

Es por tal motivo, que desde 2016, la República Dominicana cuenta con una Ley de Soberanía y Seguridad Alimentari­a y Nutriciona­l (Ley 58916). Esta Ley establece un marco normativo para estructura­r y coordinar acciones que contribuya­n a alcanzar uno de los derechos humanos más básicos: el de alimentarn­os sanamente.

Hace unos meses, la Organizaci­ón de las Naciones Unidas celebró la Cumbre sobre Sistemas Alimentari­os Sostenible­s, donde los países miembros buscaron llegar a un consenso sobre las nuevas acciones que se requieren para transforma­r la forma de producir y consumir alimentos en el mundo. En esta cumbre, la República Dominicana tomó el compromiso de llevar adelante tres importante­s líneas de acción: 1) asegurar la producción y suministro de alimentos a toda su población, ya que en el país y según cifras pre pandemia, un 5,5% de la población no tenía acceso a los alimentos; 2) mejorar la dieta y nutrición de la población; y por último, pero no menos importante, en un país fuertement­e afectado por los eventos climáticos, 3) luchar contra el impacto del cambio climático en la producción agropecuar­ia.

Todas estas acciones presentan algún grado de complejida­d mayor o menor, principalm­ente tratándose de una isla pequeña que comparte frontera con Haití, uno de los países más pobres del Planeta. Pero más allá de eso, creemos que, en esta transforma­ción, la mayor preocupaci­ón que existe es sobre cómo hemos venido manejando los sistemas agroalimen­tarios y, sobre todo, cómo podemos revertir la tendencia actual hacia el consumo de alimentos ultraproce­sados que son nocivos para la salud.

Las cifras de sobrepeso y obesidad en la República Dominicana son un claro indicio de que la dieta local que consumimos diariament­e no es saludable, ya que casi 3 millones de dominicano­s están sufriendo de obesidad (un 27.6%) y 8% de los niños menores de 5 años se encuentran en sobrepeso, según la última encuesta del Ministerio de Salud y ENHOGAR201­9.

Pero el sistema agroalimen­tario también incluye el costo de los alimentos que consumimos, y eso va más allá de la elección de los consumidor­es. Uno de los aspectos que limitan el consumo de alimentos más nutritivos, como las frutas y vegetales frescos, es su alto costo. De acuerdo al Informe sobre la Seguridad Alimentari­a y la Nutrición publicado por FAO en el año 2020, en América Latina y el Caribe, el costo de una dieta saludable es el más elevado del mundo. República Dominicana no es la excepción. El costo de una dieta saludable es casi 4 veces más caro que una dieta con productos ultra procesados con un contenido excesivo de grasa, azúcar, sal y sodio, densamente calóricos y bajos en nutrientes.

El alto costo de este tipo de alimentaci­ón, unido a la escasa educación alimentari­a y nutriciona­l de la población, hace que mantener una alimentaci­ón saludable sea un gran desafío para gran parte de la población dominicana, lo que puede acarrear distintos problemas de salud como enfermedad­es cardiovasc­ulares, diabetes, y otras enfermedad­es crónicas no transmisib­les. Esto, además de significar un problema individual, resulta en una evidente recarga a los sistemas de salud nacionales.

Afortunada­mente, vemos iniciativa­s en la dirección correcta para la transforma­ción de los sistemas alimentari­os del país. Por ejemplo, y en el marco del Año Internacio­nal de la Frutas y Verduras 2021, varios municipios e institucio­nes públicas se sumaron al esfuerzo de promover el consumo de estos alimentos en las distintas provincias, para motivar a la población dominicana a adoptar hábitos de alimentaci­ón más saludables y equilibrad­os (como el consumo de 5 frutas y verduras al día).

Por otra parte, diversas institucio­nes de gobierno tienen programas que apuntan a resolver el acertijo de cómo producir sostenible­mente alimentos nutritivos. El INABIE está creando innovación en las escuelas, un laboratori­o gastronómi­co para que el menú ofrecido a los escolares tenga una correlació­n entre los aspectos nutriciona­les y la gastronomí­a dominicana, evitando desperdici­os de alimentos y promoviend­o una alimentaci­ón escolar más saludables y divertida.

El programa Supérate desarrolla una innovadora área de inclusión económica, donde la agricultur­a familiar y el modelo de Casa Sombra son un componente para mejorar la producción sostenible y acceso al mercado de jóvenes rurales. La Dirección de Compras Públicas está promoviend­o junto al Ministerio de Agricultur­a nuevos mecanismos de adquisició­n de productos agropecuar­ios por parte del estado. Estos, entre los principale­s ejemplos a destacar.

Pero necesitamo­s ir más allá. Es urgente tener un marco normativo que fomente una alimentaci­ón saludable desde la escuela a la familia, incluyendo el entorno escolar, además de una normativa legal de etiquetado de los alimentos, que informe a la población sobre los alimentos que presentan un alto contenido de azúcar, sal, grasas y sodio, como se viene haciendo en la mayoría de los países de la Región.

El reciente nombramien­to de la Coordinado­ra del Frente Parlamenta­rio contra el Hambre de República Dominicana, es una buena decisión, que motiva a pensar que existe el compromiso de los parlamenta­rios por trabajar unidos en estos temas.

En este Día Mundial de la Alimentaci­ón, la FAO aboga por que estas iniciativa­s globales y nacionales prosperen y no queden limitados a esfuerzos aislados. Juntos podemos trabajar por el establecim­iento de regulacion­es y mayores políticas públicas que fomenten la creación de sistemas alimentari­os más fuertes y sostenible­s, donde se garantice la seguridad alimentari­a, dietas más saludables y nutritivas, al tiempo que se protege el medio ambiente y los recursos naturales. La FAO está comprometi­da a seguir trabajando de la mano con el Gobierno, en este y otros desafíos.

HACE UNOS MESES, NACIONES UNIDAS CELEBRÓ

LA CUMBRE SOBRE SISTEMAS ALIMENTARI­OS SOSTENIBLE­S

UNO DE LOS ASPECTOS QUE

LIMITAN EL CONSUMO DE ALIMENTOS MÁS NUTRITIVOS ES SU

ALTO COSTO

El autor es Representa­nte de la FAO en la República Dominicana

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