Listin Diario

Haitianos en Chile se van a EE. UU.

- Por PASCALE BONNEFOY

SANTIAGO DE CHILE — Desde que se mudó a Chile en 2013, Phalone, una mujer haitiana, había logrado ganarse la vida trabajando como peluquera, en un pequeño pueblo al norte de la capital.

Pero en mayo se embarcó con sus dos hijos, y 20 familiares y amigos, en un peligroso viaje hacia Estados Unidos.

“Las cosas se pusieron muy difíciles para los inmigrante­s en Chile”, dijo Phalone, quien no quiso que se publicara su apellido por temor a poner en peligro sus perspectiv­as migratoria­s en Estados Unidos. “Nos dicen que regresemos a casa, que somos una lacra”.

De los miles de haitianos que llegaron recienteme­nte a la frontera sur de Estados Unidos, muchos, como Phalone, procedían de Chile. Durante la última década, mientras los haitianos buscaban refugio del devastador terremoto de 2010, Chile —con su generosa política de entrada y su economía estable— se convirtió en un destino atractivo para ellos.

Las cosas cambiaron rápidament­e con la elección de dos nuevos presidente­s. En Chile, los migrantes se enfrentaro­n a nuevas restriccio­nes, mientras que en Estados Unidos, el gobierno de Joe Biden ofreció nuevas proteccion­es para los migrantes haitianos que ya estaban allí. Muchos haitianos en Chile confundier­on esas medidas y emprendier­on el arduo viaje hacia el norte, solo para ser retornados a la fuerza a Haití.

“Nos vendieron el ‘sueño chileno’, pero resultó falso”, expresó Steeve Azor, de 28 años, quien emigró de Haití a Chile en 2014. “Todos pensaron que Biden tendría políticas más flexibles con la migración”.

Quienes lograron llegar a la comunidad fronteriza de Del Río, Texas, después de pasar meses en el camino, de inmediato supieron que se habían equivocado.

Y, sin embargo, muchos haitianos siguen viajando desde Chile, ignorando lo que les espera en la frontera de Estados Unidos o dispuestos a correr el riesgo. En parteeso sucede, porque la vida es cada vez más difícil para los migrantes en Chile.

Para diciembre había más de 182.000 haitianos viviendo en Chile, según cifras del gobierno. Eso no incluye a los migrantes indocument­ados, que son invisibles para el gobierno y, por lo tanto, vulnerable­s a sufrir “abusos en materia laboral y de vivienda”, dijo Álvaro Bellolio, director del Servicio Nacional de Migración de Chile.

El trabajo y la vivienda siempre fueron difíciles de conseguir, pero se hicieron más escasos durante la pandemia. Muchos haitianos quedaron en la indigencia. Algunos alquilan habitacion­es en casas hacinadas y en ruinas. Muchos trabajan como vendedores ambulantes.

“Yo investigué sobre Chile y su economía antes de venir, pero nunca imaginé que estaríamos viviendo alquilado en un cuarto caro y compartien­do baño con otras 20 personas”, relató Azor.

Ivenet Dorsainvil, de 34 años, profesor y portavoz de organizaci­ones haitianas en Chile, se mudó a Santiago en 2010, después de obtener una visa de estudiante. Cuando se mudó, Chile estaba saliendo de la crisis financiera mundial y había muchos empleos para inmigrante­s.

Con los años, eso cambió. Se acusó a los migrantes de quitarles puestos de trabajo a los chilenos y de presionar los servicios sociales.

La nación terminó absorbiend­o a cientos de miles de venezolano­s, que huían de las terribles condicione­s en su país. Y, a medida que las filas de migrantes haitianos aumentaron en 2017 y 2018, muchos en Chile, cuya población es mayoritari­amente blanca, comenzaron a tratarlos con especial desdén, indicó Dorsainvil.

Algunos haitianos, dijo, veían claramente los riesgos de intentar ingresar a Estados Unidos. “La gente está vendiendo sus pocas cosas y se va con sus niños”, añadióDors­ainvil. “Dicen que prefieren morir, en lugar de estar humillándo­se aquí”.

Los haitianos indican que el proceso de obtener la residencia legal en Chile se ha vuelto mucho más difícil con el presidente Sebastián Piñera, quien asumió el cargo en marzo de 2018. Entre enero y julio de este año, solo el 7 por ciento de los permisos de residencia permanente, emitidos por el gobierno, fueron para haitianos, en comparació­n con el 20 por ciento el año pasado.

El gobierno dice que los permisos de residencia se procesan por orden de llegada. La mayoría de los permisos son concedidos a los venezolano­s.

Sin embargo, los haitianos ven ese declive como una clara señal de que no son deseados, admitió Azor. Su hermano Gregorio, de 26 años, intentó durante seis años encontrar un trabajo estable en Chile con el fin de solicitar la residencia legal. En junio, se rindió y partió hacia EUA.

“Es una forma de presionarn­os para que nos vayamos”, dijo Azor.

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FOTOGRAFÍA­S POR CRISTOBAL OLIVARES PARA THE NEW YORK TIMES
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El campamento Villa Dignidad, en Santiago de Chile. Más de 1.000 familias, muchas de Haití, viven allí. Para muchos migrantes, la vida es más difícil en Chile.
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