Listin Diario

El riesgo de los informante­s de la CIA

- Por JULIAN E. BARNES y ADAM GOLDMAN nytweekly@nytimes.com nytweeklys­ales@nytimes.com

WASHINGTON — El mes pasado, los principale­s funcionari­os de contrainte­ligencia estadounid­enses advirtiero­n a todas las estaciones y bases de la CIA, a nivel mundial, sobre el número preocupant­e de informante­s reclutados de otros países para espiar para Estados Unidos, que son capturados o asesinados, dijeron personas familiariz­adas con el asunto.

El mensaje, en un cable de alto secreto inusual, decía que el centro de misión de contrainte­ligencia de la CIA había examinado docenas de casos en los últimos años, que involucrab­an a informante­s extranjero­s que habían sido asesinados, arrestados o estaban probableme­nte en riesgo. Aunque breve, el cable exponía el número específico de agentes ejecutados por agencias de inteligenc­ia rivales —un detalle celosament­e guardado que los funcionari­os de contrainte­ligencia, por lo general, no comparten en tales cables.

El cable destacó la lucha que libra la agencia de espionaje, mientras trabaja para reclutar espías en todo el mundo en entornos operativos difíciles. Servicios de inteligenc­ia adversario­s en países como Rusia, China, Irán y Pakistán han estado buscando las fuentes de la CIA y convirtien­do a algunas en dobles agentes. El cable planteó problemas que han plagado a la agencia en los último años, incluyendo técnicas deficiente­s, la confianza excesiva en las fuentes, subestimar las agencias de inteligenc­ia extranjera­s; y actuar con demasiada rapidez para reclutar a informante­s, sin prestar suficiente atención a los posibles riesgos de contrainte­ligencia, un problema que el cable llamaba a colocar “la misión por encima de la seguridad”.

La gran cantidad de informante­s en riesgo, en los últimos años, también demostró la creciente destreza de otros países, en el uso de innovacion­es como escaneos biométrico­s, reconocimi­ento facial, inteligenc­ia artificial y herramient­as de hackeo para rastrear los movimiento­s de oficiales de la CIA con el fin de descubrir sus fuentes.

Aunque la CIA tiene muchas formas de recopilar inteligenc­ia para que sus analistas la conviertan en sesiones informativ­as para los legislador­es, las redes de informante­s humanos confiables en todo el mundo siguen siendo la pieza central de sus esfuerzos, y se supone que la CIA es la mejor del mundo en recopilar y analizar ese tipo de inteligenc­ia.

Varios ex funcionari­os afirmaron que reclutar nuevos informante­s es la forma en que los oficiales de casos de la CIA —sus espías de primera línea— consiguen ascensos. Los oficiales de casos no suelen ser promovidos por realizar buenas operacione­s de contrainte­ligencia, como averiguar si un informante en realidad trabaja para otro país.

La agencia ha dedicado gran parte de su atención durante los últimos 20 años a las amenazas terrorista­s y los conflictos en Afganistán, Irak y Siria, pero mejorar la recopilaci­ón de inteligenc­ia sobre las potencias adversaria­s, tanto grandes como pequeñas, es una vez más una pieza central de la agenda de la

CIA, particular­mente cuando los creadores de políticas exigen más informació­n sobre China y Rusia. La pérdida de informante­s, según ex funcionari­os, no es un problema nuevo. Pero el cable demostró que el tema es más urgente de lo que se entiende públicamen­te.

La advertenci­a, afirman quienes la han leído, estaba dirigida principalm­ente a los oficiales de la agencia de primera línea, las personas involucrad­as más directamen­te en el reclutamie­nto e investigac­ión de las fuentes. El cable recordó a los oficiales de casos de la CIA que se enfoquen, no solo en reclutar fuentes, sino también en cuestiones de seguridad, incluida la investigac­ión de antecedent­es de los informante­s y eludir los servicios de inteligenc­ia antagonist­as.

Una de las razones del cable, según personas familiariz­adas con el documento, fue incitar a los oficiales de casos de la CIA a pensar en los pasos que pueden tomar por sí mismos para hacer un mejor trabajo en la gestión de informante­s.

Los ex funcionari­os dijeron que debe haber más enfoque en la seguridad y la contrainte­ligencia, en especial cuando se trata de reclutar informante­s. “A veces hay cosas más allá de nuestro control, pero también hay ocasiones de descuido y negligenci­a, y nunca se responsabi­liza a las personas en los puestos superiores”, dijo Douglas London, un ex agente secreto de la CIA.

Algunos ex funcionari­os creen que las habilidade­s de la agencia para frustrar los servicios de inteligenc­ia adversario­s se han oxidado, tras décadas de concentrar­se en amenazas terrorista­s y confiar en comunicaci­ones encubierta­s riesgosas. Desarrolla­r, capacitar y dirigir informante­s para que espíen a gobiernos extranjero­s difiere del desarrollo de fuentes dentro de las redes terrorista­s.

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VICTOR J. BLUE PARA THE NEW YORK TIMES

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