Enfoque: Historia
En este breve ensayo se plantean ideas esenciales sobre los mecanismos del capitalismo que rige nuestras vidas, y lo hace con la mente abierta y rigurosa del pensador que sabe que hay más preguntas que respuestas.
CLAUDIO MAGRIS
CIUDAD MÉXICO LA JORNADA SEMANAL/ TRAD. ROBERTO BERNAL
En La familia Moskat de Singer, un personaje cree en el capitalismo porque lo considera sustentado en las leyes de la naturaleza y en la misma naturaleza humana. Es fácil objetar que es una realidad histórica, cambiante y pasajera como cualquier otra; no por ello es menos “natural”, en tanto que la Naturaleza es el incesante nacer y perecer de todas las cosas: continentes que emergen, especies que se extinguen, imperios que dominan y se disuelven, sociedades que decaen durante períodos prolongados, a veces también cortos. Por otra parte, la naturaleza y la vida –y, por tanto, también un sistema económico– no pueden ser respaldadas en todas sus manifestaciones: tratamos de combatir los terremotos, los tsunamis, las enfermedades y todo aquello que las provocan: el hambre y las condiciones políticas y sociales son algunas de las causas.
Los desastres
La actual crisis económica mundial, que colapsa en un lugar y detona en otro, como las alcantarillas obstruidas que hacen saltar primero uno y después otro alcantarillado, no induce a cuestionar ideológicamente el capitalismo, sino a tratar de comprender el porqué de estos desastres y cómo remediarlos. En su ensayo Chiesa e capitalismo –no se trata de un epíteto, tampoco
de una contraposición, sino de un diálogo que busca corregir esos desastres– Giovanni Bazoli subraya que la expansión capitalista está ligada al progreso del nivel de vida de muchas personas y regiones del mundo, destacando también la creciente desigualdad entre los que viven dignamente y los innumerables condenados de la Tierra. Tratar de corregir los defectos de un sistema no significa desconocer sus virtudes y mucho menos declararlo “fracasado”, ni siquiera cuando un determinado orden histórico parece inadecuado para la nueva realidad. Existe la complacencia generalizada de declarar el fracaso de un movimiento (político, social o económico) cuando su fase progresiva parece terminada o en declive. Al final, todos pierden. También Luis xiv, al concluir su reinado,