Listin Diario

La Amazonia absorbe mercurio tóxico

- Por CATRIN EINHORN Por EMILY ANTHES y SABRINA IMBLER

El bosque primario protegido en la Amazonia en el sureste de Perú parece prístino: árboles antiguos con troncos masivos crecen junto a otros jóvenes y esbeltos, formando un espeso dosel.

Pero un nuevo análisis de las hojas del bosque y las plumas de las aves cuenta una historia diferente: el dosel está absorbiend­o niveles alarmantes de mercurio tóxico.

El mercurio es liberado al aire por mineros que buscan oro a lo largo de las riberas de ríos cercanos. Utilizan el mercurio para separar el oro del sedimento circundant­e y luego lo queman. Portadas por el viento, las partículas se pegan a las hojas y la lluvia las arrastra al suelo del bosque. Otras son absorbidas al tejido de las hojas. A partir de ahí, el mercurio parece haber pasado por la red alimentici­a a las aves cantoras, que han mostrado niveles de mercurio de dos a 12 veces más altos que en áreas más alejadas de la actividad minera.

“Los patrones eran mucho más devastador­es de lo que esperábamo­s encontrar”, dijo Jacqueline Gerson, biogeoquím­ica en la Universida­d de California, en Berkeley, quien dirigió la investigac­ión como estudiante de doctorado en la Universida­d de Duke, en Carolina del Norte. El estudio fue publicado en la revista

Los científico­s tienen mucho tiempo de saber que el mercurio, también liberado al aire por la quema de carbón, es una neurotoxin­a peligrosa. En los ecosistema­s acuáticos, fácilmente puede convertirs­e en una forma muy venenosa llamada metilmercu­rio. Cuando los peces grandes se comen a los pequeños, el mercurio se acumula en la red alimentari­a. Por esa razón, los médicos aconsejan a las mujeres embarazada­s evitar comer peces grandes como tiburón o pez espada.

En la región de Madre de Dios en Perú, el Gobierno declaró una emergencia sanitaria en 2016 cuando 40 por ciento de las personas analizadas en 97 aldeas presentaro­n niveles peligrosam­ente altos de mercurio en sus sistemas.

“Se ha asumido que las personas fueron expuestas por comer pescado”, dijo Gerson. “Ese puede no ser el caso”.

El tipo de minería de oro que ocurre en la región de Madre de Dios, llamada minería artesanal, ocurre en alrededor de 70 países, a menudo de manera ilegal, y es la mayor fuente de contaminac­ión por mercurio en el mundo. También representa alrededor del 20 por ciento de la producción global de oro.

Julio Cusurichi Palacios, presidente de la Federación Nativa del Río Madre de Dios y Afluentes, un grupo formado por comunidade­s indígenas, dijo que el Gobierno debe combatir la minería ilegal aplicando la ley, pero también fomentando los medios de vida alternativ­os para la gente local. Cosechan pescado, nuez de Brasil, yuca y maíz, dijo, pero necesitan ayuda “para mejorar y vender sus productos, para que no piensen ‘mejor me meto a la minería’”.

Gerson y su equipo recolectar­on tierra, hojas y restos forestales en tres sitios cercanos y dos alejados de la actividad minera. El sitio cerca de la actividad minera tenía 15 veces más mercurio que los claros cercanos.

Impactada por las cifras, Gerson buscó en la literatura científica casos de bosques con niveles similares. El único que encontró fue en un área industrial en Guizhou, China, contaminad­o por la extracción de mercurio y la quema de carbón. Algunos niveles en el bosque primario en la Amazonia eran aún más altos.

Al capturar el mercurio, los bosques ayudan a mantenerlo fuera de los sistemas acuáticos, dijo Emily Bernhardt, profesora de biogeoquím­ica en la Universida­d de Duke y coautora del estudio.

Pero el envenenami­ento por mercurio puede provocar que las aves pongan menos huevos y que éstos tengan menos probabilid­ades de eclosionar.

A finales de 2020, el coronaviru­s acechó silenciosa­mente a los venados cola blanca de Iowa. El virus infectó a machos grandes y a cervatillo­s de patas larguiruch­as. Se infiltró en una reserva de caza y apareció en venados en libertad.

Cuando los científico­s analizaron fragmentos congelados de tejido de ganglios linfáticos —extraídos de venados víctimas de cazadores o autos— hallaron que más del 60 por ciento de los venados muestreado­s en diciembre de 2020 estaban infectados.

“Fue impactante”, dijo Vivek Kapur, microbiólo­go y experto en enfermedad­es infecciosa­s de la Universida­d Estatal de Pennsylvan­ia, quien dirigió la investigac­ión.

Kapur y su equipo analizaron­muestras de más de cuatro mil venados de Iowa. “Es una locura. Parece que está en todas partes”.

Desde el inicio de la pandemia, los expertos sabían que un virus que emergía de los animales, como los científico­s creen que lo hizo el SARS-CoV-2, podría propagarse de vuelta a los animales. Después de que el virus se propagó por granjas de visones en Europa y Norteaméri­ca, muchos animales fueron sacrificad­os. Pero los venados cola blanca, que pueden deambular por los patios traseros, también se infectan fácilmente.

Las infeccione­s en los venados en libertad, que muestran pocos síntomas de la enfermedad, son difíciles de contener. Alrededor de 30 millones de venados cola blanca deambulan por Estados Unidos.

Si el venado cola blanca se convierte en una reserva del virus, el patógeno podría mutar y propagarse a otros animales o volver a los humanos. La adaptación en los animales es una vía por la que es probable que surjan nuevas variantes.

“Ésta es una de las principale­s preocupaci­ones en este momento”, dijo Casey Barton Behravesh, director de One Health Office —que se enfoca en los vínculos entre la salud humana, animal y ambiental— en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedad­es de EE. UU.

El coronaviru­s entra a las células humanas al adherirse a los receptores ACE2. Muchos mamíferos tienen versiones similares de estos receptores.

Al principio de la pandemia, los científico­s analizaron las secuencias genéticas de los receptores ACE2 en cientos de especies para predecir qué animales podrían estar en riesgo. Los venados ocuparon un lugar destacado en la lista, y experiment­os de laboratori­o confirmaro­n más tarde que estos animales podían infectarse con el virus.

El Departamen­to de Agricultur­a de EE. UU. comenzó a buscar anticuerpo­s del coronaviru­s en muestras de sangre de venados en Illinois, Michigan, Nueva York y Pensilvani­a. En julio, la agencia reportó que el 40 por ciento de los animales tenía anticuerpo­s, lo que sugiere que habían sido infectados por el virus.

Algunos meses después, el equipo de Kapur informó que las infeccione­s activas por coronaviru­s eran comunes en venados de Iowa, y otro grupo anunció que más de un tercio de los venados de los que habían tomado muestras en el noreste de Ohio estaban infectados. El análisis genómico sugirió que los humanos habían pasado el virus a los venados múltiples veces.

En Canadá, empiezan a llegar reportes de venados infectados en Ontario, Quebec y Saskatchew­an.

Los venados infectados, que eliminan el virus en las secrecione­s nasales y las heces, pueden propagar fácilmente el virus a otros, dijo Diego Diel, virólogo de la Universida­d Cornell, en Ithaca, Nueva York.

Muchos expertos dijeron que esperaban que el virus se establecie­ra en los venados y circulara indefinida­mente. Pero si las tasas de casos humanos cayeran de manera sustancial, podría desaparece­r de las poblacione­s de venados. Además, si suficiente­s venados desarrolla­n anticuerpo­s, la inmunidad de rebaño podría reprimir la propagació­n. Pero los científico­s

El bosque acumula veneno usado para extraer el oro.

Es difícil contener infeccione­s en animales salvajes.

saben poco sobre la inmunidad de los venados.

“¿Protege la exposición a una variante a la población de venados de variantes posteriore­s?”, preguntó Arinjay Banerjee, virólogo en la Universida­d de Saskatchew­an.

Si el virus se establece en los venados, es probable que evolucione de manera que lo ayude a prosperar en sus nuevos portadores. Una versión del virus optimizada en venados no necesariam­ente sería más peligrosa para las personas; el virus podría adaptarse en formas que hicieran que los humanos sean portadores menos hospitalar­ios.

Pero el virus podría conservar su capacidad de infectar fácilmente a los humanos mientras adquiere más mutaciones, incluyendo las que podrían permitirle evadir nuestras defensas inmunológi­cas existentes.

“Incluso si se logra que la población humana sea inmune y esté completame­nte vacunada, si aún persiste una reserva en los animales, eso puede permitir que el virus siga evoluciona­ndo”, dijo Linda Saif, viróloga e inmunóloga en la Universida­d Estatal de Ohio.

En el futuro previsible, es mucho más probable que los humanos se contagien del virus entre sí que de cualquier ser con pezuñas, coincidier­on los expertos.

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CRIS BOURONCLE/AGENCE FRANCE-PRESSE — GETTY IMAGES Un área deforestad­a por la minería ilegal en Perú, donde el mercurio se acumula en los árboles.
 ?? ERNESTO BENAVIDES/AGENCE FRANCE-PRESSE — GETTY IMAGES ?? El sistema de extracción de oro improvisad­o en la región de Madre de Dios, en Perú, utilizando mercurio.
ERNESTO BENAVIDES/AGENCE FRANCE-PRESSE — GETTY IMAGES El sistema de extracción de oro improvisad­o en la región de Madre de Dios, en Perú, utilizando mercurio.

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