La dicen satánica, creía que era broma
Cuando Anna von Hausswolff, una aclamada compositora y organista sueca, escuchó que un sitio web católico conservador la llamaba satánica y exigía un boicot a sus conciertos, ella y su equipo se rieron.
“Pensamos que era divertidísimo”, recordó recientemente Von Hausswolff, de 35 años. “Todo el día estuvimos riéndonos”.
El sitio, Riposte Catholique, encendía los ánimos de sus lectores antes de un concierto de la épica música de órgano de Von Hausswolff en una iglesia de Nantes, ciudad del oeste de Francia. Algunos
de sus fanáticos eran góticos, afirmaba el sitio, y sus canciones eran “más una misa negra que música para una iglesia”. Un bloguero de música la había llamado “la suma sacerdotisa de las armonías satánicas”, señaló el sitio, y grupos católicos conservadores notaron que, en la canción ella canta: “Hice el amor con el diablo”.
“Dijimos: ‘esto es una gran campaña de relaciones públicas’”, dijo Von Hausswolff. “Digo, ‘la suma sacerdotisa del arte satánico’. ¡Wow!”.
Pero tan pronto como llegó a la iglesia, las bromas cesaron.
Afuera había unos 30 jóvenes, la mayoría con chaquetas negras y sudaderas con capucha, que protestaban por el espectáculo, relató Von Hausswolff. El promotor del concierto le dijo que algunos hombres acababan de irrumpir en el lugar, tratando de encontrarla.
Pronto, había cien personas que bloqueaban la entrada. Von Hausswolff se sentó adentro, escuchando a los manifestantes coreando y golpeando las puertas mientras sus fanáticos respondían a gritos.
“Había una parte primaria de mí que me decía que no estaba a salvo”, dijo. “Quería irme”. Ella canceló el concierto.
En años recientes, los desacuerdos entre conservadores y liberales por temas como el aborto se han vuelto más acalorados en partes de Europa.
La experiencia de Von Hausswolff es un ejemplo de otro punto de tensión en las guerras culturales de Europa: en algunos países, una minoría de católicos romanos protesta por el arte que considera blasfemo.
Céline Béraud, que estudia la sociología del catolicismo en Francia, dijo que los extremistas habían organizado protestas contra obras de arte y obras de teatro en el país durante los últimos 20 años.
Uno de sus objetivos habituales es el Hellfest, un festival de música rock que se celebra todos los años cerca de Nantes.
En 2015, los manifestantes irrumpieron en el lugar y prendieron fuego a algunos de los escenarios.
Los problemas de la gira de Von Hausswolff no terminaron cuando se fue de Nantes, a pesar de que algunos obispos franceses habían emitido declaraciones de apoyo. En París, tenía programado tocar el gran órgano en St.-Eustache, una iglesia ampliamente considerada una joya del Renacimiento francés, pero luego de que su sacerdote se vio inundado de quejas, ella realizó en cambio un espectáculo secreto en una iglesia protestante cerca del Arco del Triunfo.
Más tarde, en Bruselas, unas cien personas protestaron afuera de su concierto en una iglesia dominica. En Nijmegen, Países Bajos, nada más aparecieron dos manifestantes, con carteles con el mensaje “Satanás no es bienvenido”.
Von Hausswolff creció en Gotemburgo, Suecia. Cuando era adolescente, cantó en el coro de una iglesia. Su carrera musical despegó en 2009, a los 23 años, cuando lanzó un demo de canciones para piano llamada (Cantando desde la tumba) que le ganó rápidamente seguidores en Suecia gracias a su gran voz.
Pronto descubrió el órgano y desde entonces ha lanzado cinco álbumes, a veces combinándolos con una banda de rock. El más reciente, lanzado el mes pasado, es un álbum en vivo grabado en un festival de jazz en Suiza.
Pero los incidentes de diciembre han dejado una cicatriz. También le preocupaba que las iglesias no le permitieran tocar sus órganos.
“No soy una buena cristiana y nunca lo seré”, dijo Von Hausswolff, al tiempo que agregó que se considera agnóstica. “Pero estoy allí para presentar mi arte del órgano, para que, con suerte, pueda invocar un pensamiento más profundo en las personas”.