De plaza en plaza: a buscar café, té y golosinas
Para romper la rutina sabatina me trazo un plan: ir a varias plazas. Lo primero: comprar café molido descafeinado, pero en funda, no en lata. Difícil de encontrar. Acudo al Caffe Tal, en Plaza Esperilla. Lo tienen. Aunque el paquete dice ‘Consumir preferentemente antes del 11-2021’ lo compro, pues no es vencimiento. Bajará de calidad. No importa. Lo guardo en el congelador para un momento de antojo. De aquí voy a La Taza Curiosa, en Plaza Andalucía II, a comprar un regalo para una joven cumpleañera: una caja para té donde guardar combinaciones variadas de té o infusiones.
En el mall: tomar café descafeinado en un bistro
La tercera parada es en Ágora Mall. En el tercer piso me siento en Sonoma Bistro. Es muy bueno el sabor de su café descafeinado expreso. Lo pido con crema chantilly. ¿Aparte o en el café?, pregunta la camarera. ‘Aparte, para no hacer un tollo’, respondo. Y así llega. Una tacita de café y otra de crema. Le echo azúcar parda y ¡a degustarlo!
En la pastelería: suspiritos y pecan pie para llevar
A unos pasos del bistro está La Dolcerie de Natalia. Me acerco a preguntar si tienen ‘pecan pie’. Me lo pide el paladar para postre. Queda un pedazo. Y aunque prefiero el que venden en Almacenes Unidos, está lejos y ando en taxi. Echando un rápido vistazo veo una pequeña funda de suspiritos. También la compro.
Tabletas, bombones y bizcochos de chocolate
Rumbo al parqueo paso junto a Xocolat, en el segundo piso. ¡Qué tentación! Bizcochos, tabletas, bombones y un etcétera a cuál más deseable. Finalmente, para comer entre horas compro una barra ‘Bark’ de chocolate con leche, caramelo y nueces. Es fin de semana, hay que ‘mimarse’.
Matan sereno y atracan otro en céntrica ruta
En el área de la avenida Abraham Lincoln con Pedro Henríquez Ureña mataron hace casi dos semanas a un sereno nocturno. A pocos días, este miércoles pasado, en un condominio a media cuadra de esa esquina, atacaron a otro sereno nocturno. Le golpearon la cabeza y la cara con una piedra grande. Era el mismo modus operandi. La llegada de un carro impidió cualquier otro atraco. Las cámaras filmaron al atacante sacando objetos de los bolsillos del sereno y, al llegar el carro, esconderse en el parquecito del condominio para luego salir corriendo y brincar el muro hacia la calle. Ahí se le cayeron las llaves que le había robado. Siendo esta una ruta presidencial, los vecinos se preguntan cómo hay tal desprotección y por qué la Corporación no cambia el bombillo quemado de un poste de luz en la acera de la Pedro Henríquez Ureña, a media cuadra de la Lincoln.