Listin Diario

“No importa por lo que estés pasando, las drogas y el alcohol no son el camino”

La protagonis­ta de esta historia, que quiso que la llamaran Susana, lleva siete años pasando las mil y una luego de que una prueba de ADN determinar­a que no era hija del hombre que creía era su padre. Hoy dice que ha tenido que buscar ayuda para salir de

- MARTA QUÉLIZ

Si eso no hubiese pasado, hoy yo fuera una profesiona­l. Me iba con mi papá y ya habíamos visto todo para estudiar allá. Por eso no me inscribí aquí cuando acabé el colegio. Quería ser ingeniera en Informátic­a para lograr un puesto de trabajo en una de esas empresas grandes de Estados Unidos, pero esa noticia me mató”. Eso lo dice la joven que a los 19 años supo que no era hija del padre que creía serlo. Hoy tiene 26 años y asegura que lleva siete sufriendo y vuelta “un etcétera”.

Para Susana, como quiere que le llamen en esta historia, el hombre al que aún llama padre es tan víctima como ella. “Él se enfermó, se deprimió… Eso le dio duro, pero como es más fuerte que yo, lo ha ido superando, pero yo también he sufrido mucho por él. Tú no te imaginas cómo trataba a esa señora, era una reina, en buen vehículo, casa bonita, ropa cara, de todo, y ella de…”. Al dar estos detalles lo hace con evidente decepción.

Ahora no es “ni sombra de lo que era”, comenta un tanto satisfecha. “Anda con ropa normal, en un carrito viejo y vive donde mi abuela porque ella nunca trabajó, él (el padre) se lo daba absolutame­nte todo, pero por hacer lo mal hecho, se quedó en la miseria y sin hijos. Los hermanos míos, que tenían para entonces 24 y 22 años, también se fueron de la casa, aunque después la perdonaron”.

En esta ocasión dejó saber que son dos los hermanos que tiene, y que sí son hijos del hombre al que aún ama como siempre.

SEPA MÁS

A raíz de los resultados de esa prueba de ADN vino el divorcio, como dijo Susana, la madre quedó sola, pues la joven se fue “hacia la perdición” y los dos hermanos se fueron para donde la abuela paterna. Hoy día ambos están casados y son profesiona­les. “Pero yo no

he pegado una, ella acabó con mi vida, por eso es que, a él, aunque no sea mi papá biológico, lo amo, lo adoro, pero a ella no. No la perdono, y más que todo, por mentirosa. Esta es la hora que ella sigue diciendo que son las pruebas que se han

equivocado. Ya van tres, dos aquí y una en Estados Unidos”. Respira profundo y agrega: “Hay que tener paciencia”.

Después de negarse a irse fuera con “su padre”, viajó en el año 2019 con su visa y es en ese momento que se someten a una nueva prueba. Ahora ha retomado el “papeleo” para lo de la residencia. “He ido mejorando gracias a lo mucho que él y mis hermanos me han ayudado. Duré un tiempo interna para desintoxic­arme, pero no he podido superar la depresión”. Al parecer

es cierto.

El día de la entrevista era uno de esos en los que tiene poco ánimo. Su ropa también lo reflejó. Esperó en pijama, con el pelo desaliñado, un jarro repleto de café y dispuesta a desahogars­e y enviar un mensaje: “No importa por lo que estés pasando, las drogas y el alcohol no son el

camino”.

 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic