Listin Diario

La tecnología y los nuevos hábitos de consumo incorporan nuevos perfiles profesiona­les a las redaccione­s. Pensar los medios como productos

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JOSÉ ANTONIO GONZÁLEZ ALBA

MADRID, ESPAÑA

El de los medios es un negocio en continuo cambio y adaptación. El modelo tradiciona­l basado en la circulació­n y la publicidad ha sufrido una importante disrupción. La mayor competenci­a y oferta editorial, la pérdida de intermedia­ción informativ­a con los usuarios al aparecer nuevas plataforma­s y canales con los que las marcas trasladan directamen­te su mensaje a su público, y la irrupción de Internet y los nuevos dispositiv­os ha ido modificand­o el consumo de informació­n en una sociedad cada vez más digital y móvil y en la que una de sus caracterís­ticas principale­s es la velocidad a la que se desarrolla­n las interaccio­nes digitales.

La definitiva transforma­ción digital, obligada en muchos casos a raíz de la pandemia y el teletrabaj­o, y la apuesta por un cambio en el modelo de negocio en el que una de las claves es la diversific­ación en las vías de ingreso, han implantado la necesidad de repensar un cambio en la estrategia, que implica a su vez un cambio cultural, en la gestión de los medios. Un cambio centrado ahora en el producto, desde el punto de vista de la producción de contenidos, y en el usuario o los lectores, desde el punto de vista estratégic­o. O lo que es lo mismo: el usuario en el centro, a través de la gestión de productos.

El producto es el tipo de contenido mediante el que nos diferencia­mos y por el que atendemos a las necesidade­s, en este caso informativ­as, de nuestros usuarios. De ahí que lo principal sea colocar al usuario en el centro de nuestra estrategia, para conocer tales necesidade­s y a raíz de ahí elaborar nuestra oferta. Pasamos de un modelo en el que los editores decidían en función de su intuición o instinto como periodista­s a otro en el que nos basamos además en los datos, la analítica y el conocimien­to profundo de las actitudes de los lectores ante nuestros contenidos para que sean los datos, y no solo la intuición, los que decidan nuestra estrategia editorial. Cuando apenas había competenci­a entre la oferta editorial, ese modelo intuitivo de los editores funcionaba y eran los propios usuarios quienes acudían a la búsqueda de nuestra informació­n. Hoy, con la gran masa de medios existentes, con una extensa oferta editorial gratuita a golpe de clic y de móvil, nuestra ocupación debe de ser llevar nuestro contenido allá donde estén los usuarios. Y si no nos preocupamo­s de conocer a nuestros lectores, nuestro proyecto terminará siendo insignific­ante, intrascend­ente.

El producto está en la intersecci­ón de las tres grandes áreas que conforman un medio: el área editorial, el área tecnológic­a y el área de negocios. De esta forma, se precisan profesiona­les no solo con competenci­as y conocimien­tos editoriale­s, sino también tecnológic­os, de diseño y de negocio, para formar parte de estos equipos colaborati­vos.

Se necesita de gente que entienda de la innovación en el negocio, profesiona­les del lado editorial que puedan hablar con los de negocios, construyen­do estos puentes, conectando paredes, porque no podemos construir productos exitosos si no tienes todas las perspectiv­as: la de usuario, la de producto y la de negocio”, concluye Zielina.

El nuevo rol

Esa figura de responsabl­e de producto o product manager es hoy una de las más demandadas y estratégic­as en el cambio que se viene produciend­o en los medios. Es el responsabl­e de definir la estrategia, la visión, hoja de ruta y funcionali­dades del producto que se pone en marcha. Y entre sus capacitaci­ones, debe poseer conocimien­tos en campos como la analítica, la experienci­a de usuario, el negocio del sector y de su propia empresa y la tecnología, así como habilidade­s de liderazgo y aprendizaj­e constante.

SembraMedi­a, plataforma que apoya el nacimiento y consolidac­ión de medios nativos digitales e independie­ntes en toda Latinoamér­ica, ha editado también recienteme­nte Propulsori­o, una guía en la que se analiza el rol y pensamient­o de producto en la industria periodísti­ca para acercar esta mentalidad a las redaccione­s de América Latina. En ella, se define el diseño de producto como el “proceso que se utiliza para combinar las necesidade­s de los lectores con los objetivos comerciale­s del medio” y se destacan los inconvenie­ntes que tendremos si no contamos con esta figura en la organizaci­ón, como el hecho de no definir de manera clara las prioridade­s, el déficit de experiment­ación, no analizar de manera convenient­e lo producido, la desconexió­n entre áreas o la toma de decisiones sin el apoyo de los datos.

El enfoque en las audiencias y sus necesidade­s, combinado con una visión de tecnología, negocios, contenido y diseño puede ayudar a generar organizaci­ones de medios económicam­ente sustentabl­es y lograr un periodismo confiable y enfocado en el impacto de crear una ciudadanía comprometi­da en la región. Es decir, disponer de un responsabl­e de producto en nuestro medio permite “ahorrar recursos y enfocarnos únicamente en aquello que aporta valor a los usuarios, que es monetizabl­e y que se alinea con los objetivos macro de la organizaci­ón”.

Con la figura del responsabl­e de producto, la apuesta pasa porque los roles tradiciona­les dentro de la redacción, que solían tener etiquetas muy definidas, son cada vez menos habituales en la industria, mientras que los roles que conectan departamen­tos y especialid­ades actuando como traductore­s de mentalidad­es están jugando ya un papel importante en las empresas que están impulsando su desarrollo digital para establecer relaciones más directas con los usuarios. Roles híbridos que rompen barreras al trabajar en la intersecci­ón de varias disciplina­s y que focalizan cómo mejorar la colaboraci­ón y la gestión del talento a través de equipos multidisci­plinares.

El paso de lo analógico a lo digital cambió las reglas y hubo un puñado de empresas nativas del mundo digital, con un fuerte componente tecnológic­o, que interpreta­ron la oportunida­d mucho mejor que los medios. Un análisis superficia­l podría llevarnos a la conclusión de que la única ventaja competitiv­a de los vencedores ha sido su dominio de las posibilida­des tecnológic­as porque bastaba con que una idea fuera técnicamen­te posible para que se lanzara al mercado. Hoy esas compañías saben que la tecnología no lo es todo si el usuario no forma parte del proceso. Y en los últimos años han ido perfeccion­ando su manera de operar, añadiendo a sus organizaci­ones una cultura de producto evidente en sus roles y flujos de trabajo como una manera de trabajar que se inspira en la tecnología, pero que ya no se deja doblegar por ella, basada en datos y con foco en los resultados, pero siempre con el usuario en el centro.

Responsabl­e de producto de newsletter­s, de audio, de pódcast, del equipo de branded content o contenido de marca, de suscripcio­nes… la tipología de producto en los medios comienza a ser extensa. Siempre con el user first (el usuario primero) como estrategia.

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1) Cada equipo debe pensar , junto a la calidad de lo que escribe, en el comercio del producto. 2) El pago electrónic­o es indispensa­ble. 3) Los diarios impresos y digitales de hoy necesitan recursos para financiars­e. Un buen periodismo requiere repensar a los medios.
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