Listin Diario

Una ciudad complicada para las personas con discapacid­ad

- NASHA CRUZ CHEVALIER

Rafael Tejeda es una de las personas que día a día debe enfrentars­e a las barreras urbanístic­as y a los pocos accesos que hay en Santo Domingo para quienes sufren de una discapacid­ad físico-motora.

“El transitar por Santo Domingo es divertido (dice sarcástica­mente). Presenta muchas dificultad­es, especialme­nte para personas que tienen mi discapacid­ad, por la poca accesibili­dad que hay”, contó Rafael, quien tiene una enfermedad congénita.

Lo difícil para Rafael es ver por lo que deben pasar las personas con dificultad­es motoras, cuando existe una ley que llama a que los espacios estén habilitado­s para cualquier ciudadano.

Se trata de la Ley 05-13 sobre Discapacid­ad en la República Dominicana, que debe garantizar el “acceso efectivo al entorno físico y al transporte, (...) tanto en las zonas urbano marginal como rurales”.

“La ley 05-13 trata de que las institucio­nes, entidades y organismos competente­s deben crear políticas de accesibili­dad que favorezcan a toda la población, incluidas las personas con discapacid­ad”, explica Alma Ferrera, encargada interina del departamen­to de accesibili­dad del Consejo Nacional de Discapacid­ad (Conadis).

En 2010, alrededor de 1,160,847 personas de la población total de Republica Dominicana vivían con algún tipo de discapacid­ad.

En 2013, según la Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples (Enhogar), la más común de las discapacid­ades era la física motora pues, alrededor de 402,661 de individuos con discapacid­ad presentaba­n esta condición. Además, del 73.4 % de habitantes con discapacid­ad que vive en zonas urbanas, el 32.5% reside en Santo Domingo.

¿Es Santo Domingo una ciudad accesible?

El estudio “Accesibili­dad e inclusión en transporte: análisis en ciudades latinoamer­icanas: mapas de viaje: Santo Domingo”, realizado en 2021 por el Banco Interameri­cano de Desarrollo (BID), identificó que los principale­s inconvenie­ntes que tienen las aceras de Santo Domingo y que obligan a los peatones a caminar sobre la calle son las aceras angostas, con desniveles, huecos, hendiduras en el pavimento, invasión por parqueo vehicular y ventas ambulantes.

“En el caso de la mayoría de las aceras los obstáculos principale­s son la altura (son muy altas). Algunas tienen un poste de luz o hasta un árbol en el medio, por lo tanto, no puedo usarlas. Otras son estrechas”, señaló Rafael.

Asimismo, Sheyla Guerrero, arquitecta de la Dirección de Movilidad Sostenible del Instituto Nacional de Tránsito

y Transporte Terrestre (Intrant), coincidió en que las aceras muchas veces no tienen un espacio adecuado, en cuanto a estrechez, y en que tienen obstáculos como vegetación, alumbrado público o material urbano.

“También se tiene la apropiació­n de la acera, la carencia de rampas en zonas donde hay algún desnivel o en caso de que la sección de la acera no lo permita, que no haya rebaje tampoco”, continuó.

“Santo Domingo no es una ciudad accesible totalmente, sin embargo, para este momento se están llevando a cabo acciones que se están integrando con el fin de impulsar y aplicar las condicione­s de accesibili­dad en los espacios físicos, en las edificacio­nes en todo tipo de infraestru­ctura”, dijo Ferrera, quien también es ingeniera civil de profesión.

De la misma manera, Guerrero dijo que actualment­e la ciudad presenta muchos desafíos a nivel de la circulació­n para las personas, especialme­nte para las personas que tienen movilidad reducida.

Rafael, por la misma línea, reconoció que en términos de accesibili­dad Santo Domingo ha “avanzado mucho” pero que, “no es ningún secreto que todavía falta mucho por mejorar”.

¿Qué se puede hacer?

Para diseñar de manera universal, es necesario pensar en cada una de las necesidade­s particular­es de cada una de las personas a las cuales está destinado el espacio y para esto es importante tener una idea clara de los medios de desplazami­ento que pueden ser usados por estas personas.

Por ejemplo, las rampas de acceso deben tener un porcentaje de pendiente entre 0 y 8%, aunque el ideal es de 5%, asimismo deben tener un ancho mínimo de 120 cm. Además, deben terminar en “cero” con la calzada y el borde del pavimento.

También, en todas las aceras debe contemplar­se una textura superficia­l pareja y antiresbal­adiza, evitando siempre que sean posibles los cambios de nivel.

“Si voy a colocar una rampa o un vado al iniciar un tramo de acera, al final también debe de haber una rampa que me dé seguimient­o al circuito. En el colindante subsiguien­te igualmente se debe ubicar una rampa bien fabricada”, explicó Ferrera.

No obstante, la acera debe de estar despejada de obstáculos, ya sean letreros, postes de tendido eléctrico, árboles, letreros salientes de las edificacio­nes. Todos estos deben de ser retirados para que la acera sea apropiadam­ente transitabl­e.

Igualmente, el estudio del BID recomendó realizar un manual de diseño urbano de aceras, de cumplimien­to obligatori­o, que incluya estándares de accesibili­dad, listado de materiales, y demás detalles técnicos que garanticen la construcci­ón homogénea y accesible de aceras en Santo Domingo.

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Rafael sugirió que los gobernante­s vean “cómo está la sociedad, cómo están y son las estructura­s en la ciudad”.
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/ARCHIVO Sugieren destinar un presupuest­o para la adecuación y reparación de aceras y construcci­ón de rampas.

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