Alejandro Sanz Tres dominicanos en la tarima y miles a sus pies
Concierto. El artista reúne a ocho mil personas en el Estadio Quisqueya, donde entrega parte de su repertorio y manifiesta lo bien que se siente aquí
Alejandro Sanz salió contento el sábado del Estadio Quisqueya y agradeció por la oportunidad de cantar “en este país bendito” y externó la felicidad que le causaba que tres dominicanos estuvieran formando parte de la banda.
“Quiero dar las gracias, primero porque tengo la oportunidad de cantar aquí en este país bendito, muchas gracias, de verdad, por recibirnos”, dijo… Y agregó: “Además porque aquí en la banda tenemos a tres dominicanos: Chris (pianista), Helen (baterista) y Karina (coro)”, fueron sus palabras.
Junto a Karina Pasián formó un dueto en “Looking for paradise” y “Mi persona favorita”, dos de las canciones que más disfrutaron los fanáticos, ya que la química entre ellos emocionó al público.
Otro toque dominicano lo protagonizó al interpretar “Mi marciana”, momento en el que ocurrió algo inesperado. El cantautor español finalizó el tema entonando un trozo de la popular canción “Burbujas de amor”, autoría del dominicano Juan Luis Guerra.
“Quisiera ser un pez”, cantó el artista y la fanaticada, compuesta por casi ocho mil personas, se estremeció, pero Sanz continuó con el espectáculo.
El público que gusta de las canciones de Alejandro Sanz vivió el sábado una noche mágica en el Estadio Quisqueya Juan Marichal al conectarse con el halo musical de la carrera del cantautor español, luego del apagón de dos años que provocó la pandemia.
El intérprete de “Corazón Partío” (1997) -esta canción retumbó en el estadio-, que tenía desde 2019 sin visitar el país y volvió para celebrar sus 30 años en la música con su Gira 2022, demostró que el cariño y el aprecio de los dominicanos hacia él se mantiene como la roca: fuerte, fiel y firme.
Desde que Sanz vocalizó “Hoy que no estás (1997)” y “Back in the city (2019)”, los dos éxitos con los que arrancó, el público jamás cedió con los gritos de emoción, mostrándose eufórico, pero sobre todo acaramelado, enamorado y rendido ante los pies del madrileño.
Después llegaron, entre otras, “El alma al aire”, “Cuando nadie me ve”, “Amiga Mía”, “Yo no quiero”, “Viviendo deprisa”, “Lo ves”, “Y si fuera ella” y “Ese último momento”. Y cuánta falta hizo “Mi soledad y yo”, que no cantó.