Listin Diario

Ánimo en dos minutos ¡Despiértes­e!

El anuncio de que se acerca nuestra liberación, si entendemos lo que significa, suscita en usted y en mí una poderosa sensación de esperanza.

- LUIS GARCÍA DUBUS

¿A qué tiene usted miedo en este momento? Creo que cada persona puede dar una respuesta diferente a esta pregunta: una enfermedad, una situación familiar, la falta de seguridad, la situación económica, un dolor, etcétera.

¿Cuál sería su respuesta particular? ¿Cuál es su miedo hoy? Miedo a vivir hoy, en estas circunstan­cias... y miedo a morir mañana, miedo a estar solo en cualquier circunstan­cia. Miedo a decir no. ¡Y miedo a decir sí! ¡Qué lío este! ¿Es que acaso somos los esclavos del miedo? ¿Será esto algo irremediab­le?

En el Evangelio de Mateo 24, 37-44, el Señor habla de una situación de miedo; también que, en medio de su miedo, el hombre “lo verá venir a Él con gran poder y majestad”, y añade: “Pónganse derechos y alcen la cabeza, que se acerca la liberación”.

Este anuncio de que se acerca nuestra liberación, si entendemos lo que significa, suscita en usted y en mí una poderosa sensación de esperanza.

Pero también es cierto que se acerca la liberación, y que el miedo solo se debe a que estoy todavía muy aferrado a cosas y a valores falsos, los cuales nunca me darán la seguridad ni la paz que tanto ansío.

Se acerca mi liberación, y es un regalo. Lo único que tengo que hacer es “estar despierto” (Mateo 24, 44) para abrirle la puerta confiadame­nte al Señor en cada momento en que venga a mi vida en forma de un mensaje, de una breve luz de esperanza... de una paz interior que yo sé que estuvo allí, porque eso es una experienci­a inequívoca...

Poco a poco, en base a “estar despierto” (alerta a las manifestac­iones del Señor en mi vida), y “alzar la cabeza” abriéndole la puerta cada vez que Él quiera entrar, iré comprendie­ndo que, en realidad, Él está allí presente, dentro de mí todo el tiempo.

Lo único es que yo estoy ocupado buscándolo en las cosas del lado afuera. Y allí afuera está el miedo, mientras que adentro están la paz, la seguridad y la confianza.

“Los que miran hacia fuera, duermen. Los que miran hacia dentro, despiertan”. (Carl Jung)

La pregunta de hoy

¿Cómo puede la fe en Dios evitar el miedo? El miedo es un sentimient­o, una sensación, un impulso. No es evitarlo, es reconocerl­o, aceptarlo y superarlo con la fe.

La fe es la conciencia de la presencia permanente de Dios en nuestro interior, y produce otra fuerza mucho mayor que el miedo: esa confianza a Dios, la seguridad de que no estamos solos, de que podemos estar alegres, porque el Señor está cada vez más presente y más actuante. Y esto es señal de que, sin duda, se acerca nuestra liberación, despiértes­e.

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ISTOCK El miedo es un sentimient­o, una sensación. No hay que evitarlo, sino reconocerl­o, aceptarlo y superarlo con la fe.

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