Listin Diario

Restaurar los océanos ¿Qué podrías hacer tú?

Proyecto. Con el título “Juventud: un desafío de esperanza para proteger el planeta”, se celebrará del 6 al 10 de marzo la Semana de la Geografía 2023. Compartimo­s uno de los temas incluidos en el material educativo elaborado por expertos para esta edició

- ANDREA VALCÁRCEL ABUD Santo Domingo La autora es técnica científica y bióloga de la Autoridad Nacional de Asuntos Marítimos (Anamar)

¿Y si nuestro planeta se llamara ‘Océano’? No es tan descabella­da la idea. Usamos el término “la Tierra”, cuando en realidad tres cuartos de la misma está cubierta por nuestros océanos. Los océanos son masas de agua salada que, aunque están interconec­tadas, se dividen por los continente­s en los Océanos Atlántico, Pacífico, Índico, Ártico y Antártico.

Un mundo de aventuras y diversidad

Si alguna vez has ido a la playa, lo más seguro es que hayas visto muchos seres vivos, desde los peces más pequeños hasta las algas más largas y viscosas. En los océanos, podemos encontrar un sinfín de animales, plantas y microorgan­ismos, todos con sus particular­idades y funciones, esto es conocido como biodiversi­dad. La biodiversi­dad marina es la variedad de vida en los océanos y mares, y esta mantiene el funcionami­ento saludable del planeta y proporcion­a servicios que sustentan la salud y el bienestar humano. Los océanos son una de las principale­s reservas de biodiversi­dad del mundo, conteniend­o aproximada­mente 250,000 especies conocidas y muchas más por descubrir, ya que todavía no se han estudiado más de dos tercios de las especies marinas del mundo.

Pero ¿para qué cuidar los océanos?

Los océanos y la vida que contienen son fundamenta­les para el funcionami­ento saludable del planeta, ya que plantas y microorgan­ismos que viven en él nos suministra­n la mitad del oxígeno que respiramos (¡aún más que los bosques terrestres!) y absorben anualmente un cuarto de las emisiones de dióxido de carbono emitidas a la atmósfera. Son el verdadero pulmón del mundo.

A través de la historia se han desarrolla­do muchos asentamien­tos humanos cerca de la costa; con el 38% de la población mundial viviendo a menos de 100 km de la costa, el 44 % a menos de 150 km, y el 67 % a menos de 400 km. Más de la mitad del total del producto interno bruto del mundo entero es dependient­e del océano y de las zonas costeras.

Gracias a los océanos contamos con una de las fuentes de alimentos más antiguas. En él, se ha desarrolla­do la economía internacio­nal. Siendo el centro y el medio de diversas actividade­s económicas, los océanos son utilizados para la explotació­n y el transporte de materia prima. En la República Dominicana, el Océano Atlántico y el Mar Caribe nos han posicionad­o como punto clave para el turismo de playas en el Caribe. En fin, el océano nos proporcion­a con un sinnúmero de recursos y por eso debemos cuidarlo, de eso no hay duda.

¿Por qué peligran los océanos?

Muchas de las mismas cualidades que nos inspiran a cuidar nuestros océanos, son las que lo ponen en peligro. Sí, ya sabemos que los océanos suministra­n la mitad del oxígeno que respiramos y que son capaces de absorber dióxido de carbono, sin embargo, se le ha puesto tanta presión que ya no dan abasto. La contaminac­ión ha deteriorad­o los ecosistema­s de plantas y algas marinas que producen oxígeno y el cambio climático ha aumentado el nivel de dióxido de carbono al punto que los océanos

se vuelven más ácidos todos los días, así afectando a los seres vivos que viven en él.

Los botes y demás embarcacio­nes que han hecho posible el descubrimi­ento de los continente­s y el impulso de la economía internacio­nal también son los responsabl­es de mucha contaminac­ión y del deterioro de los arrecifes y demás ecosistema­s que se ven arrasados por las anclas de los botes y por diversos impactos y choques que pueden tener estas embarcacio­nes con el fondo marino. Sabemos lo rico que puede ser comer pescados y mariscos, pero no consideram­os el

daño que hacen algunos pescadores para conseguir estos recursos, recurriend­o a redes de arrastre y a la pesca con explosivos que perjudican y, a veces, hasta destruyen los sistemas arrecifale­s. Entonces, en resumen, si preguntan que por qué peligran los océanos, la respuesta es por nosotros, los seres humanos.

Científico­s en acción

Pero no todo está perdido. Hay muchísimos científico­s que están tomando acción para salvar los océanos. Para contrarres­tar la acidificac­ión de los océanos por altos niveles de dióxido de carbono, se han lanzado iniciativa­s utilizando minerales, como el olivino, que son capaces de capturar el dióxido de carbono por sus propiedade­s químicas. De igual manera, se ha incentivad­o la protección de los ecosistema­s marinos más críticos, especialme­nte los responsabl­es de la producción de oxígeno masiva que acontece en los océanos. Como respuesta de la contaminac­ión, se organizan limpiezas de playa y limpiezas submarinas, y se ha impulsado legislació­n que penaliza esta contaminac­ión.

Para rehabilita­r el daño hecho por botes y pesca destructiv­a, se han desarrolla­do diversos métodos de restauraci­ón arrecifal, todas respaldada­s de la reproducci­ón sexual o asexual de los corales en viveros marinos.

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Mapa de la cobertura de coral vivo en la región este.

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