Listin Diario

Joven no vidente se gradúa y sueña con impartir docencia

Graduación. La mañana del pasado sábado, la Universida­d del Caribe (Unicaribe) invistió a 404 profesiona­les. Entre ellos había cinco con diferentes tipos de discapacid­ades.

- SHADDAI EVES shaddai.eves@listindiar­io.com Santo Domingo, RD

Estaba sentada en la última fila de los asientos para los graduandos de la XLVII ceremonia ordinaria de la Universida­d del Caribe (Unicaribe). Contrario a otras graduandas, que llevaban un rostro cargado de maquillaje, luciendo sus bellas sombras de ojos y llamativos pintalabio­s, ella tenía colocado sólo unos lentes negros. No pasaban desapercib­idos y causaban una desbordant­e inquietud a la distancia.

Reporteros se acercaron un poco más hacia ella y se percataron de que cargaba un bastón blanco. En ese momento, se apagó un poco la exuberante intriga. Después lo constataro­n al preguntarl­es a autoridade­s de la alta casa de estudios allí presentes si se graduaban algunos con algún tipo de discapacid­ad. La respuesta fue afirmativa. Eran cinco, con diferentes tipos, pero ella era la única con discapacid­ad visual.

Al cabo de un rato, luego de unos aplausos, ella se paró y tiró de su bastón cuando escuchó el anuncio de la entrega de títulos de “Educación”. Una chica de protocolo la acompañó en la fila.

Llegó casi al frente en la fila, sólo había unas dos personas por delante. “Educación mención Lingüístic­a y Literatura”, anunció la maestra de ceremonias y allí estaba ella. “Carolina Tineo”, dijo, y ella sonrió con pequeñas carcajadas y caminó al escenario haciendo “la caminata del triunfo”. La sostuviero­n para subir las escaleras.

Cuando se disponía a bajar, reporteros le preguntaro­n a protocolo si se podía conversar con ella. “Claro que sí”, contestó quien la acompañaba antes de que ella bajara.

Cuando la abordaron para saber cómo se sentía al notar su emoción, respondió: “Me siento muy bien porque lo logré, a mis 38 años… Y esto no fue un esfuerzo solo mío, sino primero de Dios, de mi madre Anaelsa, de mis amigos que me animaron, gente que a veces yo no conocía y me decía que yo podía hacerlo y por mi niño de 10 años”, respondió.

Carolina, quien en la actualidad reside junto a su madre Anaelsa y su niño en Los Girasoles, del Distrito Nacional, decía a seguida, una y otra vez: “Mírame, mírame… ¿lo ves? todo lo que uno se propone lo puede conseguir, sin importar el tiempo”.

Ya iba a iniciar el juramento de los graduandos para finalizar la graduación, así que reporteros tuvieron que esperarla a su salida.

Orgullo de su madre

Ya fuera, reporteros se encontraro­n con su madre, doña Anaelsa. Allí acompañaba­n a Carolina sus amigos también con discapacid­ad visual, su madre y su hijo, quienes tenían planes de ir a celebrar a la Ciudad Colonial.

Desconocid­os que habían sido testigos de cómo fue a recoger su título se acercaban llenándola de gratulacio­nes. “No te conozco, pero te felicito por eso que has logrado, eso es de personas valientes”, le dijo uno de ellos.

A doña Anaelsa se le empezaron a salir las lágrimas al escuchar los elogios que recibía su hija y no era para menos. Su hija es su orgullo, porque había cumplido una de sus metas.

“Yo le preguntaba: Caro, ¿y hasta cuándo es que seguirás estudiando?, y ella me decía: ‘Ay, mami, faltan muchos años’. Yo pensaba que eso nunca iba a llegar y hoy estamos aquí”, contó con la voz quebrada de la felicidad doña Anaelsa Tineo, sosteniend­o el título y la esclavina de su hija.

Anaelsa expresó que se sentía agradecida con Dios, al ver que la siembra que había realizado en Carolina, quien es una de sus cinco hijos, daba fruto. Eran muchos los sacrificio­s que había atravesado. El más grande, destacó, era no contar con el apoyo desmedido y entregado de un padre.

También, en ocasiones, rememoró cómo a las 2:00 de la madrugada la encontraba haciendo tareas y le decía que se durmiera cuando la veía, pero ella no le hacía caso y se quedaba hasta el amanecer.

“Yo me dormía, sin embargo, ella no, lo que era una bendición para mí, que mi hija le echara ganas a los estudios por ella misma”, dijo.

SEPA MÁS

Sueña

Ya graduada de Educación mención Lingüístic­a y Literatura, ahora sueña con impartir docencia en un aula.

Pidió una educación más inclusiva donde el Braille (sistema de lectura y escritura táctil pensado para personas con discapacid­ad visual) sea el protagonis­ta.

Cinco con discapacid­ades

Tres se graduaron de Contabilid­ad: Juandris Carvajal y Enmanuel Marte con discapacid­ad motriz y María Romero Paulino con discapacid­ad auditiva. Por último, George Ortiz Pujols, se graduó de Informátic­a con discapacid­ad motriz y Carolina Tineo de Educación con discapacid­ad

visual.

“Este es el resultado de las ejecucione­s de la academia para adaptarse a los cambios sociales y económicos, y a las aspiracion­es de los futuros profesiona­les”, expresó el doctor Emilio Mínguez, rector de

Unicaribe.

Carolina, además, recordó que le daban ganas de tirar la toalla. “Yo le decía que me iba a retirar porque ya estaban poniendo plataforma­s digitales, las cosas se estaban modernizan­do y yo no iba a saber cómo manejarme y ella me decía que si yo lo iba a soltar después de ella llevarme a la escuela y al bachillera­to y yo pensaba que lo mejor era que tenía que seguir”.

Ella tuvo que cumplir con sus responsabi­lidades educativas como alguien normal. “Cuando se me tenía que regañar, se me regañaba”, dijo.

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JORGE MARTÍNEZ / LD El rector Emilio Mínguez y la vicerrecto­ra Clara Tapia de Unicaribe entregan título a Carolina Tineo.
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Carolina y su madre Anaelsa se dan un abrazo.

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