Vero Beach: respeto al medio ambiente
Fauna. En este apacible pueblo de Florida viven a sus anchas pelícanos, gaviotas, cardenales, búhos, pájaros carpinteros, tortugas, delfines, manatíes y un sinfín de otras criaturas.
¿Qué sucede cuando un sitio toma medidas para respetar el medio ambiente? ¡Se convierte en un lugar donde la naturaleza es la reina!
Así sucede con Vero Beach, un pueblo floridano de unos 17,000 habitantes en Indian River County en la Costa del Tesoro (Treasure Coast) en el Atlántico a eso de una hora al norte de Palm Beach. Conocido por sus naranjas y otras frutas cítricas, ofrece una contribución aún más valiosa a la península floridana: gran respeto al medio ambiente.
Entre las medidas ecológicas que Vero Beach ha implantado se encuentran leyes a principios de la década de 1970 que limitan la altura de edificios pues los residentes no querían que su litoral se convirtiera en cantones de concreto con grandes torres como Miami, Fort Lauderdale y Palm Beach, que impiden la vista del mar y atraen a más residentes que vienen con autos. Otras medidas ecológicas incluyen la protección de los majestuosos robles del área (con multas a quien corte alguno) y el uso de lámparas con luces en color naranja (en vez de blancas) en las proximidades del mar para no confundir a las tortugas marinas que vienen cada año a sus arenas a poner sus nidos de mayo a octubre. ¿El resultado? Un lugar apacible —sin barullos ni mucho tráfico— donde pelícanos, gaviotas, cardenales, búhos, pájaros carpinteros y otras aves, tortugas, delfines, manatíes y un sinnúmero de otras criaturas, al igual que seres humanos, viven a sus anchas.
Vero Beach tiene tres áreas: el centro antiguo (Old Downtown), donde las casas y negocios pioneros se encuentran; el área comercial nueva del oeste del centro hasta la Carretera I-95, y la isla barrera, Orchid Island, conectada a la península por tres puentes, con playas, hoteles, lujosos repartos residenciales y centro comercial con restaurantes y boutiques. Esta área ha atraído a ricos y famosos visitantes como el Rey Carlos de Inglaterra que vino a jugar polo cuando era Príncipe de Gales, y a residentes como Gloria y Emilio Estefan. Vero Beach le llamó la atención también a Disney que estableció un centro vacacional, Disney’s Vero Beach Resort, en la isla también.
De las arenas de la playa, que se extiende por 26 millas, se divisan pelícanos volando en formación de “V”, yendo y viniendo del cercano Pelican Island National Wildlife Refuge, una reserva ecológica, y frecuentemente hay más aves que personas en la playa. Y la gente en la playa, barrios y negocios parecen y actúan más sosegados con menos apuros y estrés que personas en ciudades grandes: cuando uno trata de salir en su auto de un lote de estacionamiento, lo dejan pasar y cuando se trata de cruzar caminando una calle sin semáforo en la isla reducen la velocidad o paran para que uno cruce.
En las arenas de la playa grandes tortugas marinas vienen a poner sus nidos de mayo a octubre. Científicos del pabellón “The Living Seas” de Epcot patrullan las arenas de la playa cada mañana y marcan los nidos con conos naranja para protegerlos. Por las noches se ofrecen caminatas con guías para ver a una mamá tortuga poniendo sus huevos.
Un evento popular anual es el Tour De Turtles del Sea Turtle Conservancy y el Disney Conservation Team Wildlife en el Disney’s Vero Beach Resort.
Delfines con frecuencia se ven en las aguas de la laguna Indian River Lagoon (parte de la carretera marítima Intracoastal Waterway) donde pasear en bote y canoas es popular.