“HE DURADO HASTA 17 HORAS TRABAJANDO SIN PARAR EN UN CASO PARA AYUDAR A ALGUIEN”
Solidaridad. La posición destacada que hoy ostenta esta dominicana en el extranjero, ha sido a base de sacrificio, esfuerzos y entrega hacia los demás. Más que un trabajo remunerado, lo ve como una oportunidad para ayudar a otros.
“No hay hora, no hay pretextos, nada… cuando se trata de resolver un caso que ha de devolverle la paz a una persona o a una familia”. Eso dice Jenniffer Meléndez, la abogada de migración dominicana que, en Miami, se ha dedicado a enderezar los estatus ‘torcidos’ a compatriotas y latinos que necesiten ayuda al respecto.
Ha habido momentos en los que ha tenido que trabajar sin límite de tiempo para lograr los objetivos que se plantea como profesional y como ser humano. “He durado hasta 17 horas trabajando sin parar en un caso para ayudar a alguien”. Su rostro evidencia que, en efecto, esto la hace feliz, pues su misión al emigrar desde aquí siempre fue poner sus conocimientos y su talento a favor de las personas más vulnerables, especialmente de las víctimas de violencia intrafamiliar.
Con respecto a este tema, se identifica a la perfección. “Como te dije, yo fui víctima de violencia intrafamiliar durante mi niñez, y de verdad, no quiero ver a nadie pasando por esto”. Tras tocar esta parte que, evidentemente, la afecta, no deja de ofrecer el dato de que hasta ella llegan casos de toda índole relacionados con migración, trata de personas, gente maltratada, deportaciones, entre otros que ha sabido ponerle el frente y hacer que estos salgan airosos.
“Para citar un caso de los tantos, te voy a contar un poco del de una familia colombiana que después de mucho tiempo batallando, pudimos lograr el perdón y con ello que su caso fuera aprobado. Eso sí, fue algo bien difícil, hubo que acudir a sabrá Dios cuántos perdones, para lograr que una madre y sus dos hijos lograran legalizar su estatus en Estados Unidos”. Como este, hay muchos otros que involucran la repatriación o deportación. “Claro, hay ocasiones en las
que, por más que luchemos, no logramos lo esperado, pero son los menos”. La satisfacción de agotar todos los recursos siempre le queda a Jenniffer, que insiste, lo legal es lo correcto.
Otras formas de ayuda
Esta abogada dominicana que está teniendo éxito en Miami por sus dotes de buena samaritana y profesional competente, comenzó a ponerse en los zapatos del otro, cuando inició su labor voluntaria y gratuita en una entidad sin fines de lucro. “Ahí nació mi deseo de ayudar, al punto de que cada caso es un reto y un desafío que quiero lograr, más que por mí, por ver la alegría de esa gente que busca mi ayuda”. Esta parte la conmociona y se nota.
Por más compromisos que tenga, no echa a un lado su deseo de contribuir a través de charlas en iglesias y asociaciones de profesionales, a decenas de personas que solo necesitan orientación. De esta manera, busca la reunificación familiar, evitando deportaciones y permitiendo que aquellos que luchan por llegar a territorio americano en búsqueda de una oportunidad para tener una mejor calidad de vida, puedan realizarlo.
A esa gente la motiva desde su experiencia. Para ella no fue fácil abrirse paso en un país extranjero. La adversidad la venció con disciplina, persistencia y fuerza de voluntad. Antes de tener su propia firma JM Immigration Firm, PLLC, tanto en Miami, como en otros estados y en República Dominicana, prestó sus servicios en otros bufetes de esa ciudad. La fe en Dios tiene su cuota de responsabilidad, como también la tiene la gallardía con la que afronta y enfrenta cada caso.