Trump y la nominación presidencial republicana
Después de su arrolladora victoria en Iowa, el ex presidente Donald Trump, que aspira a un segundo período en la Casa Blanca, se alzó con un triunfo rotundo en las primarias republicanas del estado de New Hampshire.
Esta vez no tuvo que enfrentarse al gobernador de la Florida, Ron DeSantis, quien abandonó la contienda por la presidencia el pasado domingo 21 de enero y dio su apoyo a Trump. DeSantis fue en un momento el rival más cercano de Trump, pero aun así estaba muy a la zaga, y evidentemente prefirió una retirada a tiempo para no sufrir una amarga derrota en el todavía largo camino hacia la primera magistratura de la nación.
En New Hampshire, Trump se midió con Nikki Haley, ex gobernadora de Carolina del Sur, quien a diferencia de DeSantis, negó los rumores de una posible retirada.
“La carrera está lejos de haber terminado”, afirmó Haley, quien se definió como una “luchadora”.
Sin embargo, si la ex gobernadora perdió en un estado de votantes republicanos moderados y donde hay numerosos votantes independientes, es improbable que se recupere en las primarias de otros estados que suelen ser mucho más conservadores que New Hampshire. Sería especialmente molesto para Haley ser derrotada en Carolina del Sur, el estado del que fue gobernadora, donde hay elecciones primarias el 24 de febrero. Algunos observadores señalan que después de su derrota en New Hampshire, debería retirarse de la contienda presidencial para proteger sus ambiciones políticas en el futuro. Entretanto, con su nueva victoria, Trump consolida su marcha hacia la nominación presidencial por el Partido Republicano. Haley, que tiene 52 años de edad, lo felicitó por su triunfo en New Hampshire, pero enseguida afirmó que la agudeza mental del ex mandatario, quien tiene 77 años, está disminuyendo con la edad, que va de “un episodio de caos tras otro”, que “la mayoría de los estadounidenses no quiere una revancha entre [el presidente Joe] Biden y Trump”, y que ella es más
RON DESANTIS FUE EL RIVAL MÁS CERCANO DE TRUMP, PERO AUN ASÍ ESTABA MUY A LA ZAGA, PREFIRIÓ UNA RETIRADA A TIEMPO PARA NO SUFRIR UNA AMARGA DERROTA EN EL TODAVÍA LARGO CAMINO HACIA LA PRIMERA MAGISTRATURA DE LA
NACIÓN. elegible que Trump. La respuesta del magnate republicano fue que Haley había tenido “una muy mala noche”.
Lo cierto es que los votantes de los próximos estados donde habrá primarias republicanas se inclinan más hacia Trump. Todo apunta a que el ex presidente se alzará con la nominación del partido del elefante, y que, por lo tanto, en la elección presidencial del 5 de noviembre de este año volverá a medirse con Biden, quien tiene en el bolsillo la nominación demócrata.
Biden le ganó a Trump en su duelo electoral en 2020, pero esta vez las cosas podrían ser distintas. El magnate afronta numerosos problemas legales, como los cargos por haberse llevado documentos secretos de la Casa Blanca al terminar su presidencia, pero eso no parece importar a sus seguidores del movimiento MAGA, que insisten en que Estados Unidos “sea grande de nuevo”. En cambio,
Biden ha perdido un gran respaldo en su base electoral tras su apoyo decisivo a la despiadada represalia que Israel comete en Gaza desde el 7 de octubre pasado, y también por la errónea percepción de que la economía nacional no marcha bien bajo su mandato. Así las cosas, Trump muy probablemente ganará la nominación de su partido, y no sería extraño verlo entrar de nuevo en la Oficina Oval el próximo enero. [FIRMAS PRESS]