El gatopardo

Película Majestuosa. Película de Culto. Película Adorada. Obra Maestra. Son todos y cada uno de los títulos que hacen referencia a esta maravilla del séptimo arte estrenada en 1963. El Gatopardo de Luchino Visconti. El Gatopardo está basada en la única novela escrita de Guiseppe Tomasi Caro, Príncipe de Lampedusa y murió poco después de terminarla en el 1957. Relata los grandes cambios sociales ocurridos en Italia después del Risorgimiento, a partir de la revolución de los Garibaldi que culminó con la formación del estado itálico, visto a través del Príncipe Don Fabrizio di Salina que lo interpreta el famoso actor Burt Lancaster. La película está ambientada en el siglo XIX cuando estalla la revolución y el Príncipe Salina nota cómo su poder va disminuyendo y solamente le queda el recuerdo de un tiempo que ya no es el que le está tocando vivir. El aristócrata evita una confrontación y se retira como cada año a su finca de veraneo en Donnafugata. Se entera de que su sobrino Tancredi Falconeri (Alain Delon) se ha unido a la causa de los rebeldes con el fin de evitar males mayores, y así se lo hace saber a su tío, el cual le proporciona recursos para la causa revolucionaria. Es donde el príncipe comprende la situación y piensa que “es necesario que todo cambie para que todo siga igual”. Luchino Visconti ha dirigido esta Obra Maestra componiendo cada escena con grado de perfección que se destaca una fotografía excelente y una dirección artística inigualable. La intensidad dramática de El Gatopardo se conjuga un sentimiento personal con cada plano de esta obra; ya que el mismo director proviene de una familia aristócrata y quiso dejar plasmado en la película, todo un torrente de pasión como si fuera la primera noche de unos jóvenes enamorados. Miguel Angel Barroso en su libro sobre las cien mejores películas del siglo XX nos dice lo siguiente sobre esta obra. “El Gatopardo, más allá de su fascinante revisión histórica, es una obra maestra del cine por su exquisita puesta en escena, en la que

Luchino Visconti parece pintar con su cámara, en lugar de retratar, verdaderos cuadros en movimiento; retratos con vida pasada que nos parece presenciar con total veracidad de futuro.” Parte del reparto de esta obra se encuentra la pareja que conforma Alain Delon y Claudia Cardinale, que aunque están comprometidos para casarse y llevan entre sí una poesía de amor, todo el peso del personaje recae sobre Don Fabrizio que lo interpreta ese actor norteamericano Burt Lancaster que ha sido uno de sus mejores papeles en toda su carrera cinematográfica. Una de las escenas más comentada y que prácticamente duró un mes en rodarse es la larga secuencia del baile. Se estima como 45 minutos que dura la escena, y es donde la prometida de Tancredi le pide a Don Fabrizio que baile un vals con ella donde se combinan largos planos generales reflejando toda la elegancia en cada uno de ellos. Ahí, en la misma escena, Don Fabrizio se muestra ante un espejo y cuando nota el paso de los años se permite intuir que se aproxima su muerte y comprende que su hora le ha llegado y que el futuro es de los jóvenes representados en Tancredi (Alain Delon) y Angélica (Claudia Cardinale) para que forjen el nuevo porvenir.

Cabe mencionar el vestuario majestuoso realizado por Piero Tosi; la fotografía con todos los planos usados en toda la película por Guiseppe Rotunno; la música que ocupa un lugar especial realizada por Nino Rota quien se vale de un vals de Guiseppe Verdi para mostrarlo en la escena del baile. La dirección de Visconti bordea la perfección. En fin, una película digna de verse para apreciar lo que es una poesía visual.

La película fue ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cannes en 1963; así como el Premio Di Donatello en Italia, entre otros galardones internacionales.

Considerado uno de los cineastas italianos contemporáneos más reconocidos a nivel mundial.