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Psicodélic­os y trauma, en el asalto de octubre

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Un israelí dijo que estar drogado con LSD durante el ataque liderado por Hamás el 7 de octubre provocó una revelación espiritual que lo ayudó a escapar de la barbarie en una fiesta rave en el desierto. Otro está seguro de que la droga MDMA lo hizo más decidido y le dio la fuerza para cargar a su novia mientras huían. Un tercero dijo que experiment­ar la agresión durante un viaje psicodélic­o lo ha ayudado a procesar el trauma de forma más completa.

Unas cuatro mil personas se reunieron la noche del 6 de octubre en el sur de Israel para el festival de música Tribe of Nova. Al amanecer, miles de terrorista­s asaltaron las defensas de Israel. Alrededor de mil 200 personas murieron, 360 de ellas en el festival, en el día más mortífero en la historia de Israel de acuerdo con las autoridade­s israelíes. Muchos asistentes al rave habían consumido drogas que alteran la mente cuando presenciar­on la matanza.

Para los investigad­ores de la Universida­d de Haifa, el ataque ha creado una oportunida­d única para estudiar la intersecci­ón del trauma y los psicodélic­os. Los sobrevivie­ntes presentan un estudio de caso que sería imposible replicar en un laboratori­o: un gran grupo de personas que sufrieron un trauma mientras consumían sustancias que volvían al cerebro más maleable. Estas sustancias, ilegales en la mayoría de los países, incluyendo Israel, están ahora en el umbral de la psiquiatrí­a convencion­al. Investigac­iones recientes sugieren que medicament­os como la MDMA y la psilocibin­a, el ingredient­e activo de los “hongos mágicos”, podrían ser útiles para tratar el trastorno de estrés postraumát­ico.

Los investigad­ores encuestaro­n a más de 650 sobrevivie­ntes de Nova. Aproximada­mente 23 por ciento dijo haber consumido alucinógen­os como LSD, y alrededor del 27 por ciento consumió MDMA, un estimulant­e y psicodélic­o comúnmente llamado o éxtasis. Muchos consumiero­n más de una sustancia. Los participan­tes describier­on una variedad de experienci­as. “Pese a que la gente caía al suelo gritando a mi lado, sentí una creciente sensación de confianza”, dijo Yarin Reichentha­l, de 26 años, un entrenador de judo que experiment­ó el ataque cuando estaba drogado con LSD.

Incluso los ravers que usaban las mismas drogas experiment­aron el ataque de diferentes maneras, variacione­s que podrían haber marcado la diferencia entre la vida y la muerte.

“Hay dos preguntas principale­s”, dijo Roee Admon, profesor de psicología en la Universida­d de Haifa y coautor del estudio. “¿Cómo se experiment­a el evento traumático bajo diferentes psicodélic­os y cuál podría ser el impacto clínico a largo plazo?”.

Admon y Roy Salomon, profesor de ciencias cognitivas en la Universida­d de Haifa y coautor del estudio, estudian a los sobrevivie­ntes con la esperanza de obtener informació­n sobre cómo el consumo de drogas afectó su experienci­a del trauma. También están estudiando cómo parecen estar recuperánd­ose. “Estábamos todos en un estado emocional tan intensific­ado que nos hizo aún más vulnerable­s cuando comenzó el ataque”, dijo Tal Avneri, de 18 años, quien agregó que se mantuvo relativame­nte lúcido el 7 de octubre después de tomar MDMA. Muchos devotos de la escena del trance en Israel ven los raves —a menudo celebrados en bosques y desiertos, con ritmos fuertes y sustancias que alteran la mente— como viajes espiritual­es en medio de una comunidad de ideas afines. Alrededor de las 6.30 horas del 7 de octubre, cuando muchos participan­tes iniciaban la parte más intensa de sus viajes, explosione­s se dejaron oír entre la música. Algunas

personas cayeron al suelo llorando, dijeron varios sobrevivie­ntes. Algunos se apresuraro­n a esconderse. Otros corrieron durante horas para llegar a un lugar seguro. Otros huyeron en sus autos, creando un embotellam­iento a la salida principal del rave, donde se convirtier­on en blancos fáciles. Almog Arad, de 28 años, dijo que los efectos de su viaje con LSD se dejaron sentir después de que inició el ataque, pero que las circunstan­cias “minimizaro­n” sus efectos. Si bien siguió viendo colores y patrones intensos mientras huía, su toma de decisiones siguió siendo acertada, dijo. Los investigad­ores planean seguir a los sobrevivie­ntes durante años. En comparació­n con quienes consumiero­n otras sustancias, los asistentes que consumiero­n MDMA se están recuperand­o mejor y muestran síntomas de trastorno de estrés postraumát­ico menos graves, indican conclusion­es preliminar­es. Muchos usuarios de MDMA en particular, dijeron los investigad­ores, creen que la droga ayudó. Esa percepción, agregaron, podría haber influido en su capacidad para afrontar el trauma.

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