Michelin promete un ‘salario digno’
PARÍS — Cuando Michelin, el fabricante francés de llantas, cerró sus fábricas durante la pandemia de coronavirus, Florent Menegaux, el director ejecutivo, hizo un balance del impacto en los empleados. Miles de trabajadores en Asia, Europa y Estados Unidos en el extremo inferior del escalafón salarial de la empresa apenas podían arreglárselas, mostró una revisión independiente. Michelin prometió mejorar.
El mes pasado, la empresa de 134 años, que cuenta con 132 mil trabajadores en 26 países, anunció que garantizaría a todos sus empleados un “salario decente” donde se encontraran en el mundo.
“Si los trabajadores simplemente están en modo de supervivencia, es un gran problema”, dijo Menegaux.
El anuncio desató un debate en Francia sobre qué constituye precisamente un salario decente y si más corporaciones debieran seguir su ejemplo. Los sindicatos advirtieron de que el compromiso de Michelin aún dejaría a algunos trabajadores en dificultades y que no incluía una garantía contra futuros despidos o cierres de plantas.
Empresas en todo el mundo están buscando cumplir objetivos ambientales, sociales y de gobernanza. Algunos se están anotando para convertirse en patrones de salarios vitales, lo que los compromete a pagar salarios que corresponden a los costos de renta, comida, transporte y cuidado infantil en las regiones donde viven sus trabajadores.
En Francia, el gigante de los cosméticos L’Oréal se comprometió a un salario vital y extendió el compromiso a sus proveedores. Unilever está tomando las mismas medidas. El Foro Económico Mundial reporta que sólo el 4 por ciento de las empresas más influyentes del mundo han asumido compromisos similares. La promesa salarial de Michelin llamó la atención del presidente Emmanuel Macron de Francia, quien había dicho que quería que las empresas repartieran más utilidades a los trabajadores. La proporción de trabajadores que ganan el salario mínimo mensual bruto de Francia de mil 766 euros, que está indexado a la inflación, ha aumentado al 17 por ciento contra el 13 por ciento hace unos años. Gabriel Attal, el primer ministro francés, ha propuesto cambios fiscales para exhortar a las empresas a pagar más que el salario mínimo. Menegaux decidió tomar acción cuando la pandemia reveló la debilidad de las redes de seguridad en todo el mundo. En Francia, el Gobierno protegió a los trabajadores de los despidos pagando a las empresas para que les concedieran un permiso parcial. Pero en otros países ese apoyo no existió o fue insuficiente.
Al crear su “salario digno”, Michelin consultó los estándares establecidos por el Pacto Mundial de las Naciones Unidas: un salario que permita a una familia de cuatro integrantes vivir “decentemente” en la ciudad donde trabaja el empleado. Eso significa no quedarse sin dinero después de pagar los gastos básicos y poder ahorrar y gastar modestamente en bienes o actividades de ocio, dijo Menegaux.
En Pekín, aumentó el nivel salarial más bajo a 69 mil 312 yuanes anuales, o un poco menos de 9 mil euros. En Greenville, Carolina del Sur, el salario base de los trabajadores aumentó al equivalente de 40 mil euros al año. En Francia, donde el salario mínimo bruto es de 21 mil 203 euros al año, aumentó los salarios de sus trabajadores peor pagados a 39 mil 638 euros en París y 25 mil 356 euros en Clermont-Ferrand, donde está la sede de la empresa y el costo de vida es menor.
Los aumentos no son puramente benévolos: Michelin necesita mejorar la lealtad de sus empleados después de que la rotación de trabajadores se disparó tras los confinamientos.
Y pagar mejor ayudaría a mejorar la productividad, añadió Menegaux. “Cuando las personas reciben un salario decente, están plenamente comprometidas y hacen mejor su trabajo”. “Todas las empresas deberían hacerse esta pregunta”, afirmó Louis Maurin, director del Observatoire des Inégalités, un grupo de vigilancia social. “Quienes poseen el capital dicen que el trabajo crea riqueza. Pero los trabajadores que crean ese valor suelen ser los peor pagados”.