SOCIALIZACIÓN DEL CONOCIMIENTO ACADÉMICO EN INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR
Resumen
El artículo centra el análisis en los sentidos y significados construidos por investigadores en torno a las dinámicas socio-académicas que configuran los procesos de socialización del conocimiento en educación superior, y la incidencia de los usos sociales del conocimiento y el capitalismo académico. Se plantea desde una metodología cualitativa, con base en la técnica de investigación entrevista en profundidad aplicada a investigadores de diversas tradiciones disciplinarias, afiliados a instituciones de educación superior pertenecientes al Estado de
Chile. Las principales conclusiones apuntan a que el capitalismo académico incide fuertemente en los procesos de socialización del conocimiento, imprimiendo fragilidad a la autonomía universitaria y dificultando la adecuada apropiación cultural de contenidos científicos por parte de la ciudadanía.
Palabras clave
Conocimiento
Socialización del conocimiento académico
Usos sociales del conocimiento
Capitalismo académico
Educación superior
Introducción
Existe consenso internacional respecto a la importancia de la educación para el desarrollo y la equidad social de las naciones, la competitividad de la economía, la vitalidad democrática, el fortalecimiento de la sociedad civil y la adecuada participación en los flujos de información, conocimiento y tecnologías Brown&laudar (1996) Little&green (2009) Blakemore&
Herrendorf (2009) Bruner (2010) Mcgrath (2010) Brunner (2010).
La educación, en su condición de bien público y de imperativo estratégico para todos los niveles de enseñanza (y por ser fundamento de la investigación, la innovación y la creatividad), debe ser competencia de todos los gobiernos y recibir su apoyo económico. Así, la responsabilidad social de hacer avanzar nuestra comprensión de problemas polifacéticos con dimensiones sociales, económicas, científicas y culturales, recae en la educación superior, encargada de asumir el liderazgo social en materia de creación de conocimientos de alcance mundial (Unesco, 2009; OECD, 2009).
En este contexto, el conocimiento avanzado se constituye como la materia esencial con la cual trabajan las instituciones de educación superior y las comunidades académicas y disciplinarias, ya que la competitividad y desarrollo de un país dependen de su capacidad para producir y asimilar el conocimiento (Cinda, 2011).
Por tanto, las estrategias en materia de socialización del conocimiento académico se centran en brindar un mayor rango de importancia a la producción intelectual que se extiende en las instituciones de educación superior, a fin de posicionar el capital intelectual como baluarte fundamental dentro de la gestión académica y de fortalecer el espíritu competitivo de las masas con relación a la investigación y creación de nuevas ideas, ofreciéndolas de manera sistemática hacia las necesidades de información de la sociedad en general (Nava, 2007).
Si bien las finalidades de la universidad como institución social tienen como horizonte regulador y como propósito central el desarrollo humano y social, desde la función que le compete, referida a la apropiación, generación y socialización del conocimiento (Duque, 2011), actualmente se encuentran subsumidas a la economía y el mercado, perdiendo la autonomía de la que gozaron en otros momentos y siendo desplazadas a favor de otra concepción más pragmática, en términos de suministro de recursos humanos calificados y la producción de conocimientos en las que las decisiones académicas empiezan a ser tomadas a partir de motivaciones económicas. Por esta razón surgen los problemas de la legitimidad social de la universidad, de sus niveles de consentimiento que despierta como institución social que debe contar con buenos argumentos para que la sociedad la acepte y valide su existencia como espacio de generación de conocimiento Gibbons (1998); Ibarra (2003);
Duque (2011).
Lo anterior podría estar relacionado a la crisis del ethos universitario, donde las labores académicas, de reflexión, de pensamiento sistemático y de investigación en las universidades, tenderían a constituirse casi exclusivamente en un medio de ascenso y status de los investigadores, más centrados en sus propias carreras académicas y en los beneficios que pueden obtener de éstas, que en generar y
socializar conocimientos que permitan mejorar algunos ámbitos de la sociedad (Duque, 2011).
Tomando como referente los antecedentes planteados, la interrogante que orientó el desarrollo de esta investigación fue: ¿cuáles son los sentidos y significados construidos por investigadores de distintas tradiciones disciplinarias respecto a las prácticas de socialización del conocimiento académico?
De esta forma, este artículo pretende dar a conocer las dinámicas socio-académicas que configuran las prácticas de socialización del conocimiento académico en instituciones de educación superior, a partir del discurso de los actores estratégicos del proceso (investigadores de distintas tradiciones disciplinarias), como también la forma en que inciden en dichas prácticas las tendencias actuales en cuanto a usos sociales del conocimiento y capitalismo académico.
Socialización del conocimiento académico
La socialización del conocimiento ha sido abordada tomando como base el concepto genérico de “socialización” Morín (1994);
Milazzo (1999); Salcido (2003) Socarrás,
Aguilera& Felipe (2011).
En este marco, Benito (1978) define la socialización como el proceso a través del cual los nacidos en una sociedad se convierten en miembros efectivos de la misma, desarrollando sus potencialidades como seres sociales e incorporándose a las formas y contenidos propios de un sistema.
Por su parte, Vander Zanden (1986) menciona que la socialización es el proceso por el cual los individuos, en su interacción con otros, desarrollan las maneras de pensar, sentir y actuar que son esenciales para su participación eficaz en la sociedad. En este caso, se hace referencia a la interacción como proceso bidireccional, ya que el individuo recibe influencias del medio y, a la vez, influye sobre este.
Milazzo (1999) agrega que dicha socialización puede abordarse desde dos puntos de vista: a) El concepto “socialización” desde un punto de vista objetivo, cuando se analiza a partir del influjo que la sociedad ejerce sobre el individuo, y entendida como un proceso que moldea al sujeto, adaptándolo a las condiciones de una sociedad determinada; y b) El concepto “socialización” desde un punto de vista subjetivo, cuando se analiza desde la respuesta o reacción del individuo a la sociedad.
Por tanto, la socialización debe dimensionarse en el contexto global de la sociedad como marco general de las relaciones sociales; vinculada con otros ámbitos sociales como la economía, el poder, la política, la ideología, y como parte del proceso dialéctico e inacabado de “construcción social de la realidad” que constituye la dinámica o vida de las sociedades (Contreras, 2013).
En cuanto a la “socialización del conocimiento”, Salcido (2003) argumenta que está basada en un proceso complejo de influencias, ambientes culturales, condiciones positivas y negativas, y, en medio de esa complejidad, el individuo en su interacción social construye su propio conocimiento y lo comparte con otros individuos en la colectividad. Sin embargo, para que surja un conocimiento, idea o pensamiento nuevo, siempre se constituye contra la presión social, sea en una zona de baja presión social o en un punto de encuentros y agitaciones contradictorios donde se precisa de medidas socioculturales no represivas para evitar su destrucción o total dispersión.
Por esta razón, la socialización del conocimiento se considera un término específico del proceso de socialización general, donde convergen el individuo y la sociedad en su compleja relación dialéctica: la interrelación entre ciencia, tecnología y sociedad, y a los modos en que se inserta como componente decisivo de las políticas sociales y científico-tecnológicas (Socarrás,
Aguilera & Felipe, 2011).
Esta concepción es más específica de acuerdo al comportamiento del ser humano y tiende a presentarse desde el punto de vista literal al ámbito educativo (especialmente en educación superior), aludiendo al ambiente competitivo de la creación, desarrollo y distribución del conocimiento como eje primordial de transferencia de información (Nava, 2007).
Tomando en cuenta las consideraciones expuestas, a continuación se esbozan dos enfoques que actualmente inciden en las prácticas de socialización del conocimiento académico en instituciones de educación superior.
Usos sociales del conocimiento
La adopción de la perspectiva de los usos sociales del conocimiento comporta una dimensión importante de la generación y socialización del conocimiento de la universidad, y se orienta con un sentido social colectivo y colectivizado en la perspectiva que esta tiene una tarea central en la generación del saber, permitiendo pensar el sentido del individuo y de los colectivos humanos, y la comprensión para generar alternativas de organización social (Duque, 2011).
La igualdad de acceso a la ciencia (y, por ende, al nuevo conocimiento generado en instituciones de educación superior) no solo es una exigencia social y ética para el desarrollo humano, sino que además constituye una necesidad para explotar plenamente el potencial de las comunidades científicas de todo el mundo y orientar el progreso científico de manera que se satisfagan las necesidades de la humanidad (Unesco, 1999).
Bajo dicha perspectiva, los objetivos de la universidad debieran estar direccionados a: a) Propugnar por la democratización del acceso al conocimiento, con la finalidad de decidir con mayor conocimiento sobre los fines colectivos. El ideal de las universidades ha sido construido en torno al conocimiento como propiedad de la comunidad, cuyos valores centrales
corresponden: “primero, a la posibilidad de transmitir el conocimiento; segundo, la posibilidad de producirlo o ampliarlo y tercero, a la posibilidad de beneficiarse de él” (Duque, 2011; Rodríguez, 2003). b) Lograr participación de la ciudadanía en la socialización del conocimiento y en sus usos, propiciando políticas y acciones que permitan una amplia socialización del conocimiento generado a partir del quehacer investigativo. Solo las personas que tienen acceso y capacidad para manejarse en los procesos de información, comunicación y conocimiento pueden intervenir con solvencia en la vida política, cívica o cultural (Duque, 2011; Rodríguez, 2009). c) Posicionar a la universidad como actor protagónico de diversas formas de intervención social e institucional (y no solo como entidades funcionales al capital, de los requerimientos del sistema productivo y de la búsqueda de estatus, reconocimiento e ingresos para algunos segmentos de investigadores) (Duque, 2011). d) Redimensionar la relación con la ciencia, a partir del tránsito de la práctica del conocimiento a la práctica social. Esto implica que todos los productos del conocimiento en todas las disciplinas encuentran vínculos y anclajes sociales, pero estos no obedecen solo a la utilidad práctica ni a su función para el mercado. La relevancia de muchos sabes sociales y de las humanidades deviene de la contribución a la comprensión del sentido de la vida, de la interacción social, de la convivencia, de las formas más adecuadas y viables para su consecución y para la resolución de conflictos (Duque, 2011).
El conocimiento se orienta con propósitos de mejoramiento de las condiciones de vida de la sociedad en su conjunto. Mediante la aplicabilidad del conocimiento, los avances de diversos campos y subcampos generan mejores condiciones de vida, contribuyendo además al acervo de conocimientos en campos no aplicados relacionados con la cultura, con lo estético-expresivo, con los saberes sociales, con la intervención y con el apoyo social.
Por tanto, el concepto “usos sociales del conocimiento” tiene directa relación con el acceso equitativo al conocimiento en cuanto bien compartido solidariamente en beneficio de todos los segmentos de la sociedad, como también como elemento esencial en la concreción de una ciudadanía más activa capaz de apropiar dicho conocimiento (Duque, 2011).
Capitalismo académico
Uno de los primeros antecedentes del concepto “capitalismo académico” se visualiza en Pfeffer y Salancik (1978), quienes a partir de la “teoría de la dependencia de recursos” plantean que aquellos que aporten recursos a las universidades, tendrán la capacidad de ejercer un gran poder sobre dichas instituciones.
Posteriormente, Slaughter y Leslie (1997) establecen la “teoría del capitalismo académico” con la finalidad de constatar la implicación de la comunidad científica en la mercantilización de la educación superior. Los autores argumentan que el capitalismo académico se refiere al uso que las universidades hacen de su único activo real, el capital humano de sus académicos, con el propósito de incrementar sus ingresos.
Esta concepción está directamente relacionada con un conjunto de iniciativas y comportamientos económicamente motivados para asegurar la obtención de recursos externos en las instituciones de educación superior, como también con tres estructuras que inciden, según Fernández (2009), en el marco de un sistema mundial de capitalismo académico:
1) La consolidación de la economía-mundo del capitalismo académico: entendida como la transformación de la educación superior en un mercado. 2) La descapitalización de la universidad pública: donde convergen las nuevas políticas de cuasi mercado y de financiamiento asociados con la universidad emprendedora.
3) La geocultura del sistemamundo del capitalismo académico: vinculada a la tríada sociedad del conocimiento - ideología empresarial – intelectual emprendedor.
En relación a lo anterior, el capitalismo académico da cuenta de la reestructuración de la educación superior en el contexto de la globalización, implicando cambios organizativos sustanciales que han conducido a la adopción de nuevas formas de organización; cambios asociados a la asignación interna de recursos, que se refleja, por ejemplo, en la apertura, cierre o reorganización de departamentos y unidades académicas; cambios sustantivos en la división del trabajo académico con respecto a la docencia y la investigación y, en consecuencia, en la modificación de la naturaleza, contenido y organización del trabajo académico y su control; por tanto, cambios que inciden en el establecimiento de proyectos conjuntos con el gobierno y el sector empresarial, tales como incubadoras de empresa, parques industriales y contratos de servicio (Ibarra, 2003).
Esta situación emergente ha avivado las preocupaciones de que el capitalismo académico quizás esté afectando negativamente a la cultura académica tradicional a medida que los investigadores asumen actitudes propias del mercado, en un afán por sobrevivir a la competitividad académica.
Dichas preocupaciones se enfocan en las posibles incongruencias entre los valores que conllevan los diferentes modelos lógicos que le dan significado y guía a la conducta de los profesionales de la academia, quienes deben responder cada vez más a las complejas exigencias de la vida académica contemporánea (Mendoza & Berger, 2006).
Si bien se espera que los académicos fomenten y diseminen el conocimiento
básico como parte de su misión social, quienes participan en el capitalismo académico se alejan de valores tales como el altruismo y el servicio público en la medida en que ellos se acercan a los valores del mercado (Slaughter & Leslie, 1997), ya que en esta dinámica, lo que está en juego es el control, apropiación y distribución del conocimiento, como activo fundamental para tener éxito en el tablero de la competencia global propia del capitalismo académico (Ibarra, 2003).
Objetivos y metodología
La investigación de carácter descriptiva está inserta en un enfoque hermenéutico o interpretativo, ya que pretende comprender la realidad social a partir de los sentidos y significados construidos por los propios sujetos (investigadores) en torno a las prácticas de socialización del conocimiento académico.
Coherente con este enfoque, se plantea desde una metodología de corte cualitativo, buscando recuperar la subjetividad como vehículo para acceder al conocimiento válido en torno al objeto de estudio; no en una perspectiva orientada a la "recolección de datos", sino como una línea de investigación que "produce información" y conocimiento válido en un contexto de interacción discursivo-conversacional.
La operatoria ha sido realizada con base en la técnica de investigación entrevista en profundidad, orientada a producir un tipo de información que al interpelar a sujetos individuales involucra dos elementos importantes de captar: que los actores del proceso puedan expresar su propio orden lógico-discursivo y que al hacerlo puedan posicionar tópicos generadores respecto al tema de investigación (Gainza, 2006).
Considerando el objeto de esta investigación, el proyecto se limita a cuatro instituciones de educación superior pertenecientes al Estado de
Chile. El universo lo constituyeron 36 investigadores de distintas tradiciones disciplinarias, con una muestra intencionada a partir de dos criterios: investigadores con más de cinco años de trayectoria investigativa y al menos dos proyectos de investigación ejecutados en calidad de investigador responsable o coinvestigador.
La información levantada fue sometida a un análisis sociológico de discurso, entendida como una técnica que sirve para analizar el habla que se produce con los dispositivos de investigación social que trabajan con conversaciones.
El análisis del habla desde un enfoque sociológico se orienta a buscar los componentes significativos de los discursos y a interpretarlos en relación con la posición -en la estructura social- desde donde hablan los sujetos, y al contexto -los procesos sociales e históricos- en que se inscriben los discursos (Montañés, 2001).
Dado que la información disponible corresponde a textos producidos en situaciones de entrevistas individuales, las lógicas que orientaron el análisis siguieron la siguiente secuencia: en un primer momento se realizó un análisis inter-caso, con el propósito de determinar ejes temáticos-analíticos relevantes para abordar el fenómeno de estudio; y, en un segundo momento a partir de estos ejes temáticos, se volvió a analizar las entrevistas desde una óptica transversal que recorrió el conjunto de la información producida.
Resultados
El contenido de los discursos de investigadores de diversas tradiciones disciplinarias en torno a las prácticas de socialización del conocimiento académico en educación superior, permite que los resultados de la investigación se puedan agrupar en cuatro dimensiones: 1) Importancia de la socialización del conocimiento académico; 2) niveles de socialización del conocimiento académico; 3) canales de socialización del conocimiento académico; y, 4) uso de TIC en procesos de socialización de conocimiento académico (tabla n°1).
Dimensión n°1: Importancia de la socialización del conocimiento académico
En esta dimensión se refleja la existencia de concepciones comunes por parte de los investigadores entrevistados en torno a cuatro subdimensiones: a) la difusión de nuevo conocimiento; b) el intercambio de conocimientos y la generación de redes en las respectivas comunidades científicas; c) la contribución a la sociedad; y, d) el prestigio asociado a los procesos de socialización del conocimiento académico.
a) La difusión de nuevo conocimiento
Los enunciados reflejan la existencia de concepciones comunes por parte de investigadores de distintas tradiciones disciplinarias, pues consideran que todo nuevo conocimiento debe ser difundido.
La socialización de conocimientos tiene una importancia fundamental, ya que todo conocimiento que se produce debe ser difundido y dado a conocer (e6).
La difusión de nuevo conocimiento es relevante ya que posibilita hacer aportes al desarrollo disciplinar (e17).
No obstante, se evidencia en los discursos que la difusión de conocimiento no alude a la socialización de resultados a la sociedad en general, sino que se vincula estrechamente con los nexos que se establecen con la comunidad científica, pues esta actividad es la que permite la validación de los nuevos conocimientos y sobre todo, la aceptación por parte de la comunidad científica respectiva.
b) Intercambio de conocimientos y generación de redes
En los discursos se refleja la importancia que posee el intercambio de conocimientos y la generación de redes en los procesos de socialización del conocimiento académico.
Para que la investigación cumpla su objetivo, sus resultados deben ser difundidos para que otros investigadores puedan conocerla, criticarla y/o utilizarla en sus propias investigaciones (e3).
Además, la validación misma tiene un fuerte componente social (como la revisión por pares) (e13).
Es muy importante la socialización del conocimiento que se genera al interior
de las universidades, dado que de esta forma se pueden establecer nexos con investigadores afines (e18).
La socialización de los resultados contribuye a generar diálogos, reflexiones, y plantear nuevos desafíos e investigaciones, como también, a la conformación de nuevos equipos de investigación (e29).
Por otra parte, la socialización del conocimiento académico permite nuevas miradas en el avance de la disciplina y la validación de los conocimientos generados, propiciando la discusión de nuevas perspectivas que sin duda fomentan el establecimiento de redes de intercambio al interior de las comunidades científicas.
c) Contribución a la sociedad
Para los investigadores, la socialización del conocimiento académico constituye una “contribución a la sociedad” en la medida que no tiene sentido crear sistemáticamente conocimiento validado si no se genera un aporte concreto ni se fomenta en la ciudadanía el desarrollo de un pensamiento crítico emancipador orientado a la resolución de conflictos colectivos.
Para mí, la investigación tiene un sentido no sólo de generar un nuevo conocimiento, sino también de justicia social, en el sentido que a partir de ella se levanta nueva información y se desafía el conocimiento ya establecido, con el objetivo de mejorar las políticas existentes y reducir la desigualdad (e14).
Sin una socialización del conocimiento, la evidencia encontrada y las reflexiones levantadas quedan silenciadas y reducidas al conocimiento sólo de quien investigó, no significando un aporte a las verdaderas necesidades presentes en la ciudadanía (e23).
De esta forma, la socialización de los resultados de las investigaciones contribuye al proceso de reflexión y levantamiento de evidencias para mejorar las políticas públicas que se están generando en torno a un determinado tema.
Sin duda, en esta dimensión, la perspectiva social que poseen los investigadores se vincula con la apreciación que se tiene de la realidad actual marcada por desigualdades en el acceso al conocimiento y de las posibilidades que una adecuada socialización del conocimiento significa para la superación de esta situación.
Igualmente, se advierte que la motivación respecto a la contribución social que implica la socialización del conocimiento tiene directa relación con las fuentes de financiamiento de la investigación, considerando que, en la mayoría de los países latinoamericanos, las principales fuentes de financiamiento de la investigación provienen del Estado y, por tanto, indirectamente de los impuestos aportados por la ciudadanía.
d) Prestigio
Finalmente, el prestigio es un elemento inherente a los procesos de socialización del conocimiento académico, tanto para el propio investigador como para la institución a la cual está afiliado.
Personalmente, la socialización del conocimiento permite recibir retroalimentación especializada sobre el trabajo que uno realiza y mejorar la carrera académica. Institucionalmente, la socialización del conocimiento en revistas de corriente principal aumenta el prestigio de la institución.
En el caso de las universidades tradicionales el número de publicaciones científicas en revistas ISI incide en los fondos públicos recibidos vía Aporte
Fiscal Directo1 (e32).
Sin duda, socializar el conocimiento generado a partir de las investigaciones contribuye al prestigio como académico al interior de la universidad y al exterior (en la comunidad científica”, como también, posibilita acceder a los incentivos económicos que han establecido algunas universidades en materia de productividad científica (e4).
Lo anterior tiene relación con que los indicadores de productividad científica dados por el número de publicaciones en revistas de corriente principal condicionan el financiamiento de la investigación por parte del Estado y, a la vez, permite a los académicos acrecentar su nivel de remuneraciones mediante sistemas de incentivos.
Dimensión n°2: Niveles de socialización del conocimiento académico
Los investigadores hacen referencia a la importancia de socializar el conocimiento académico en tres niveles: institucional, nacional e internacional.
Creo que a los tres niveles son relevantes (institucional, nacional e internacional), sin embargo, doy importancia especial a la internacionalización, concretamente a nivel latinoamericano y europeo (e9).
En los tres niveles, pero desde el punto de vista académico (no a la sociedad en general). Hay un particular énfasis en el nivel internacional, dado que la mayoría de la investigación que realizo es con colaboradores internacionales (e11).
La socialización del conocimiento a nivel institucional es, lamentablemente, una práctica poco frecuente (e5).
La tendencia actual predominante se inclina por la socialización del conocimiento académico a escala internacional, debido a que permite una mayor visibilidad en la comunidad científica de sus respectivas disciplinas, extendiendo las formas de cooperación científica.
Dimensión n°3: Canales de socialización del conocimiento académico
En esta dimensión se aprecia, en los discursos de los investigadores de las cuatro instituciones de educación superior, una tendencia a socializar el conocimiento académico a través de canales tradicionales.
Básicamente a través de congresos académicos y publicaciones en revistas ISI (e4).
Congresos, encuentros científicos, revistas científicas de corriente principal (e11).
Los canales más tradicionales como congresos, seminarios y revistas científicas vinculadas a mi línea de investigación (e6).
Presentaciones a congresos y seminarios y publicaciones en revistas que tengan algún nivel importante de impacto (e29).
La socialización del conocimiento académico se da a partir de ponencias en eventos académicos de sus respectivas disciplinas, como también a través de la publicación de resultados de las investigaciones en revistas de corriente principal.
Dimensión n°4: Uso de TIC en procesos de socialización de conocimiento académico
Finalmente, en esta dimensión se abordan los discursos de los investigadores respecto a las ventajas o desventajas que presenta el uso de tecnologías de información y comunicación (TIC) en los procesos de socialización del conocimiento académico.
Veo nada más que ventajas ya que el acceso es cada vez más amplio y las posibilidades que otorga para la difusión se incrementan. También, posibilita usar canales no hegemónicos, distintos a las publicaciones científicas de corriente principal (e11).
Me parece que son una gran oportunidad para comunicar y diversificar las vías convencionales de difusión, ya que permiten que más gente pueda ver lo que uno hace (e35).
En este sentido, se evidencia una valoración de las TICS en tanto permiten una mayor socialización del conocimiento académico que los medios tradicionales, como las publicaciones de corriente principal, posibilitando un acceso democrático a la información generada.
Utilizo Researchgate como red social para dar a conocer mis publicaciones a otros colegas alrededor del mundo, y de la misma forma, he podido generar redes y tener acceso a publicaciones recientes (e14).
Yo utilizo Researchgate para informar los artículos que he publicado a otros investigadores de mi disciplina y para ir estableciendo nexos en materia de investigación (e22).
Si bien un segmento de investigadores hace uso de redes sociales científicas, la tendencia es utilizarlas para el intercambio de materiales y para el establecimiento de contactos en grupos de investigación.
Por tanto, se sigue priorizando los canales tradicionales que se gestan en encuentros presenciales, como también la publicación en revistas de corriente principal, al momento de socializar el conocimiento académico generado al interior de las universidades.
Conclusiones
Del estudio realizado es posible extraer que los sentidos y significados construidos por investigadores de diversas tradiciones disciplinarias, en torno a los procesos de socialización del conocimiento académico, están marcados por las siguientes concepciones comunes: a) La socialización del conocimiento académico está dirigida hacia las comunidades científicas (y no a la sociedad en general). b) La socialización del conocimiento académico tiene directa relación con el intercambio de conocimientos y la generación de redes, permitiendo nuevas miradas en las disciplinas (no desde la sociedad en su conjunto, sino desde las comunidades científicas). c) La supremacía de los canales de socialización del conocimiento académico está dada por eventos académicos y publicación de artículos científicos en revistas de corriente principal, existiendo una tendencia a la internacionalización del conocimiento generado (por sobre la difusión a nivel local). d) La valoración del uso de TIC como un instrumento que posibilita el intercambio de conocimientos y la generación de redes entre las comunidades científicas (y no como un agente democratizador de los procesos de socialización del conocimiento académico).
De lo anterior se desprende que los procesos de socialización del conocimiento académico están fuertemente influenciados por las dinámicas del capitalismo académico, que emerge al interior de las instituciones de educación superior, en el sentido que los investigadores se desenvuelven dentro del espacio social delimitado por la actividad científica, con sus propias dinámicas y patrones de reproducción, evidenciando el predominio de lo individual sobre lo colectivo y dando especial relevancia a los incentivos vinculados a la productividad académica de excelencia, cuyos indicadores están dados por el número de artículos en publicaciones de corriente principal de alto impacto y en la competitividad por la asignación de fondos públicos para financiar los proyectos de investigación.
Debido a lo expuesto anteriormente, muchos de los conocimientos generados a partir de la actividad investigativa no pueden transformarse directamente en una práctica concreta de intervención sobre los problemas colectivos, quedando de manifiesto el insuficiente entendimiento entre las dinámicas de investigación y la socialización de conocimiento académico, así como la ausencia de modelos adecuados para su inserción en los diversos contextos sociales.
Cambiar el enfoque y concebir a la universidad como un generador de conocimiento socialmente útil y transferible implica revisar su organización y, sobre todo, sus agendas de investigación, con miras a desarrollar políticas que fomenten nuevas relaciones con la sociedad, ya que la socialización del conocimiento académico va mucho más allá de la mera difusión de resultados de investigación dentro de las comunidades científicas bajo un modelo de cúmulo de información incomprensible para la sociedad; supone la adquisición participativa y crítica de competencias para la interacción social, siendo su propósito fundamental provocar una adecuada apropiación cultural de contenidos científicos por parte de la ciudadanía.