Las bibliotecas: tres casos de una muerte anunciada
Resumen: El trabajo ofrece un panorama de muerte anunciada de algunas de las actividades, servicios y productos de información que ofrecen las bibliotecas a sus usuarios, debido a los cambios generacionales, el uso masivo de tecnologías de información y la construcción bibliotecaria del riesgo con base en la experiencia acumulada y la observación de los cambios vividos en las bibliotecas. sin llegar a un punto fatalista se presentan cambios y la suspención de actividades que las bibliotecas realizaban en las últimas cuatro décadas y que van marcando el camino a seguir para las nuevas generaciones de alfabetas tecnológicos.
PALABRAS CLAVE: FUTURO BIBLIOTECARIO • CONSTRUCCIÓN BIBLIOTECARIA DEL RIESGO NUEVAS GENERACIONES • PROCESOS MENORES • SERVICIOS BIBLIOTECARIOS
Presentación
Como parte del proyecto que desarrollamos en la Biblioteca Conjunta de Ciencias de la Tierra de la Universidad Nacional autónoma de México, es importante aportar ideas nuevas que apoyen a los bibliotecarios y a las bibliotecas de la región, con el objetivo de generar conocimiento de primer nivel para cubrir de manera satisfactoria las necesidades de información de los usuarios que atienden.
De manera general, las bibliotecas universitarias son las que presentan mayor visibilidad y con ello un presupuesto más estable para su crecimiento y atención de su comunidad, pero las bibliotecas públicas y escolares cuentan con una amplia creatividad para atraer a las poblaciones de usuarios más jóvenes de nuestro país.
En ese sentido y con base en la temática sobre «El ser y el quehacer del bibliotecario» para el crecimiento de nuestras unidades de información y el subtema particular «Del polvo a la nube: utopías en las bibliotecas», se pensó en esta aportación a tan puntual asunto y sobre todo que no pudiera repetirse con ideas parecidas de otros colegas que pudieran dar un punto de vista semejante y así poder brindar una contribución real.
Durante nuestra época de estudiantes en la Escuela Nacional de Biblioteconomía y Archivonomía
(ENBA), el destacado profesor Roberto Gordillo Gordillo, quien impartía en ese entonces la clase de administración de bibliotecas, nos insistía mucho en ponernos la «camiseta» del trabajo que realizaríamos para apoyar a las personas que se acercaran a nosotros a solicitar información, siendo muy puntual al decir que teníamos que jugar varios papeles en las bibliotecas, como: administradores, catalogadores, bibliotecarios de servicios, analistas, bibliógrafos, y en algunos casos como personal de intendencia que debía mantener la biblioteca limpia, por el hecho de que las carencias en muchas unidades de información son constantes.
Esto sin duda me marcó para integrarme de lleno a realizar el trabajo bibliotecario desde hace más de 30 años y que a la fecha nos ha permitido crecer como personas e integrarnos al mundo económicamente productivo; es por ello que el título del trabajo suena algo complejo (o tétrico si lo queremos ver de otra forma), pero lo que pretendemos mostrar es que dentro de las utopías de las bibliotecas y de su personal, aparte de las complicaciones laborales que tenemos, ha marcado mucho la desaparición de servicios, productos, bibliotecas y proyectos que se ha anunciado con la llegada de nuevas tecnologías, herramientas y grupos sociales generacionales que limitan o amplían el quehacer rutinario en el que nos incorporamos día a día.
Para ofrecer un panorama amplio de conocimientos y establecer cuáles podrían ser las muertes anunciadas en nuestras bibliotecas y con ello las utopías que se generaron, se utilizaron tres líneas de acción:
1. La experiencia vivida como bibliotecario de diferentes tipos de unidades de información (públicas, universitarias, escolares, archivos, etc.) y que nos han permitido ver la evolución de procesos y la integración de tecnologías al quehacer rutinario.
2. El análisis documental que se ha hecho para algunas propuestas de trabajo y la creación de servicios bajo las tendencias futuras.
3. El estudio sobre el futuro de las bibliotecas en una etapa de crisis económica y social.
Sabemos que cualquier cosa que se diga sobre las bibliotecas y sus tendencias puede resultar falso por el hecho de que los escenarios que se presenten a un corto plazo pueden cambiar el hilo secuencial de las actividades, pero un punto del que estamos seguros es que si las bibliotecas, su personal y sus servicios se han adaptado a los tiempos no debemos pensar en que van a desaparecer, sino en que se fusionarán con las nuevas tecnologías para fortalecimiento y apoyo directo a los usuarios.
Antecedentes
La década de los 70 marca un hito a nivel mundial en la línea del uso de las computadoras para el manejo y administración de la información y con ello el concepto que ya muchos conocemos y que hemos interpretado de miles de formas sobre «las bibliotecas sin bibliotecarios y sin papel», lo cual después de más de cuarenta años no ha ocurrido y que de acuerdo a los escenarios y a las estructuras de las bibliotecas por rescatar su trabajo creemos que no ocurrirá en las siguientes dos décadas. Pero ¿cómo nos atrevemos a señalar esto?, pues muy fácil, debido a que nuestra actividad por más de tres
Si las bibliotecas, su personal y sus servicios se han adaptado a los tiempos no debemos pensar en que van a desaparecer, sino en que se fusionarán con las nuevas tecnologías para fortalecimiento y apoyo directo a los usuarios.
décadas en el ámbito de las bibliotecas y la información, nos ha permitido darnos una idea de lo que está pasando y de lo que puede pasar en un futuro inmediato.
El hablar de las bibliotecas nos hace sentir unos neófitos en el tema, por el hecho de que existe gente que ha trabajado para su desarrollo, no detrás de un escritorio escribiendo teoría, sino frente a un mostrador de servicios sufriendo con el usuario para atender sus necesidades de información con los recursos que se tengan sean pocos o muchos. Nuestras bibliotecas en américa Latina y el Caribe han sobrevivido a diversos embates sociales, políticos, naturales y económicos, y trabajado día a día para aumentar su mercado, pero ahora con internet las cosas son «diferentes» pues no solo hay que competir con los bajos presupuestos y la falta de personal profesional o empírico, sino también con los medios móviles de comunicación que hacen de la búsqueda de información un proceso de cruce de palabras que puede arrojar datos no oficiales o irreales como las noticias falsas.
Frederick Wilfrid Lancaster en el año de 1978 estableció la idea que cada día las bibliotecas cambiarían su concepto tradicional a un proyecto de mayor alcance en donde existiría una «sociedad sin papel» en la distribución de la información, la cual se haría por medios electrónicos y por ende las unidades de información deberían cambiar su estructura y su estrategia para llegar a los usuarios quienes cada día tendrían menor número, manejándose desde este momento una muerte anunciada para nuestras fuentes de trabajo y para nuestra profesión.
La desaparición hace pocos años de las licenciaturas en biblioteconomía en estados Unidos fue otra muerte anunciada para nuestra profesión y con ello para nuestro mundo de catalogación, desarrollo de colecciones y ofrecimiento de servicios, lo cual implicaba un cambio radical en nuestro pensar y actuar y en la forma en que los usuarios nos verían.
Ya se ha anunciado y detallado en diversos momentos de la historia la muerte de las bibliotecas y por lo tanto también de los bibliotecarios, y especialistas que no son de nuestras disciplinas nos han mostrado escenarios que nos hacen meditar sobre si lo que hacemos está de acuerdo con la realidad en que vivimos. sabemos que en las bibliotecas carecemos de muchas cosas y que las condiciones en las que laboramos a veces no son las idóneas, pero de eso a estar muertos falta mucho, desde mi punto de vista.
Anunciar la muerte de cualquier organismo por la llegada de una nueva tecnología no amerita ser considerada original o realista, sin entender que las bibliotecas son organismos adaptativos a los cambios, somos como los virus que nos adaptamos a las condiciones climáticas, políticas y sociales ya que el cobijo de la sociedad nos fortalece. ejemplos de ello hay muchos, como la puesta en marcha del Google académico y los metabuscadores que son en este momento la moda en la búsqueda y recuperación de la información.
Tres muertes anunciadas
El tema de las bibliotecas y de su desaparición ya se ha tratado con profundo detalle en la década pasada y más aún en la década de los 90 con la entrada
En las bibliotecas carecemos de muchas cosas y que las condiciones en las que laboramos a veces no son las idóneas, pero de eso a estar muertos falta mucho.
de lleno de la comunicación inalámbrica en las bibliotecas y el desarrollo y comercialización de libros y revistas electrónicas, señalando bajo diferentes propuestas que el papel ya no tenía razón de ser y que con internet libre (más no gratuito) el personal de las bibliotecas tendía a desaparecer.
Es por ello que hoy no les hablaremos de las bibliotecas en su conjunto ni del bibliotecario (profesional o no) y su futuro laboral, ni de la muerte anunciada de las unidades de información a manos de las tecnologías que cada vez avanzan más con mayor accesibilidad en costo y operación llegando a un gran número de personas en lugares donde las bibliotecas no han podido acceder.
Utópicamente las bibliotecas en este momento y gracias a la tecnología deberían ser verdaderos centros de apoyo a los usuarios con una diversidad de materiales que realmente apoyaran sus necesidades de información con un alto nivel de satisfacción. La utopía de ello nos pone a pensar si realmente las bibliotecas dejarán de existir o simplemente continuarán por décadas manejándose de igual manera.
Lo mismo sucedió con la radio cuya muerte fue anunciada por la llegada de la televisión en la década de los 30 y se hablaba que en breve dejaría de existir este medio de entretenimiento para millones de personas, pero en cambio en vez de desaparecer se fortaleció y surgieron una variedad de emisoras tanto en am como en FM en donde la competencia fue por los horarios de actividad, ganando la radio público en los turnos matutinos ya que acompaña a las personas en sus actividades rutinarias de trabajo y el hogar siendo un excelente distractor. Tanto se dio esto que surgieron diversas expresiones de esta acción como la canción de los «The Buggles Video Killed The radio star» del año 1979. esta muerte anunciada no se cumplió, sino que se diversificó encontrando público para ambas tecnologías.
Pero antes de ello una muerte anunciada era más directa en el siglo XIX en otro proyecto de cultura y entretenimiento en donde el cine anunciaba la muerte del teatro por todas las razones económicas, sociales, políticas y culturales de la época y, aunque la tecnología no era tan sofisticada, ya estaba afectando a un espacio cultural para su desarrollo. Nuevamente la muerte no se da, aunque sí afecta mucho, debido a que el número de salas de teatro es superado ampliamente por las de cine y los costos de producción poco a poco se van multiplicando en este último medio.
Las muertes anunciadas son simple y sencillamente trabajo que se realiza a lo largo del tiempo, son los enfoques académicos, culturales, sociales y políticos que se le dan a las cosas, no podemos anunciar una muerte de algo si no tenemos las bases para establecer un cambio estructural o una innovación activa de lo que queremos hacer. son elementos que requerimos de trabajo para crear algo nuevo y de impacto. Las muertes anunciadas son algo más que un simple cambio momentáneo, es desaparecer, renovar o innovar un punto clave de una actividad que venimos desarrollando.
La primera muerte: los Millenials y la actual generación ALPHA
El trabajo diario en una biblioteca conlleva un desenvolvimiento de sus acciones para apoyar a los usuarios para los que fue creada, todas nuestras unidades de información tienen un papel fundamental ante la sociedad en que vivimos y aunque la población en su gran mayoría sigue viendo a las bibliotecas como fuente clave de cultura, recreación y conocimiento, las nuevas generaciones como los Millennials la ven meramente como un «local con libros», como un objeto más de su cultura y como parte de su entorno como un inmueble más en el ambiente urbano.
Esta nueva generación nacida entre 1981 y 2001 (otros señalan que son los nacidos entre 1981 y 1995 siendo más aceptada la primera fecha ya que llegan con internet y lo ven como una cosa cotidia
na como si fuera la radio o la TV), son jóvenes que entraron a la etapa adulta con el cambio de milenio y que con base en la economía nos encontrábamos en plena prosperidad económica antes de la crisis mundial que estamos viviendo. actualmente la población latinoamericana se compone con 30% de este tipo de personas (donde se encuentran incluidos los Nini {Ni estudian Ni trabajan}) y se calcula que para finales del año 2025 el 75% de la fuerza laboral del mundo se conformaría de estas personas.
Pero ustedes dirán ¿porque estos jóvenes de ahora son una muerte anunciada para las bibliotecas?, ¿qué daño le están haciendo para ser considerados como un peligro social para que las bibliotecas tengan problemas? La respuesta es ninguno, simple y sencillamente al pertenecer a una generación sin identidad propia y en pleno desarrollo dentro de una crisis mundial dejan de contar con una mira de integración social, asociacionismo e interés por la cultura impresa.
Entre las características que los hace visibles a los Millennials tenemos que:
1. Son nativos digitales que los convierten en consumidores natos de las tecnologías nuevas y cuyo objetivo es resolver todas sus dudas por este medio sin tener que desplazarse a otro lugar que no sea su casa o la escuela (en el caso de que estudie). Piensan que, con internet, una computadora y una buena idea se convertirán en grandes comercializadores de información electrónica. su vida gira al frente de un monitor y son grandes consumidores de entretenimiento digital que encuentran al compartir información con iguales de todo el mundo. sus tareas y estudios los hacen sin visitar una sola vez las bibliotecas físicamente y no saben separar lo real de lo virtual.
2. Son multitareas y utilizan diferentes dispositivos y plataformas para enlazarse a su vida diaria, por eso prefieren las redes sociales que convivir con los miembros de su familia y las inversiones económicas que hacen para adquirir los dispositivos merman sus recursos para adquirir ropa o comida afectando así su imagen y estado de salud.
3. Son adictos a probar y utilizar app’s (aplicaciones móviles) y su vida en la calle gira alrededor de su dispositivo móvil, pero en el caso de que se les olvide sienten que les falta una parte de su cuerpo ya que es más importante estar en línea que comer, dormir o trabajar.
4. Viven y se desviven por estar integrados en las redes sociales, conocer las vidas de otros y participar con comentarios de todo tipo vengan o no al caso del tema de discusión, para ellos estas redes no son sólo un medio de comunicación sino una parte integral de su vida social, son en algunos casos más importantes que la familia y que la participación o asistencia a lugares públicos, dejando de estudiar solo por atender sus redes.
5. Su parte crítica nace de los comentarios o sugerencias que recibe por las redes sociales, la internet o las opiniones de personas con base en sus experiencias o las de otros. sus fundamentaciones son documentalmente muy pobres y tratan de obtener todos los
Las muertes anunciadas son algo más que un simple cambio momentáneo, es desaparecer, renovar o innovar un punto clave de una actividad que venimos desarrollando.
datos requeridos con el mínimo esfuerzo, por lo tanto, dejan de asistir a las bibliotecas.
6. Son personas que no buscan poseer sino compartir ya que para ellos el beneficio y su aportación los hace ser más populares (tener más seguidores), son autosuficientes y autónomos, y buscan en todo momento sentirse protagonistas con sus comentarios, acciones o aportaciones a la red social o generando ideas para aplicaciones móviles. Por lo tanto, la generación de nuevo conocimiento impreso está en riesgo y con ello el crecimiento de los acervos de las bibliotecas a mediano plazo.
Esta generación conocida como «Y«es un punto en que las bibliotecas deben trabajar y prepararse para crear servicios que les interesen y de igual manera a la generación siguiente (ALPHA), de lo contrario nuestras unidades de información perderán el rumbo para el que fueron creadas que es atender a los usuarios, por el hecho de que si ellos dejan de asistir a las bibliotecas física y/o remotamente perderemos a toda una generación que, de seguir así la tendencia, estamos anunciando la muerte, si no de la biblioteca como tal, sí de muchos servicios y productos de información que tenemos en este momento.
Ahora bien, una generación para la que las bibliotecas y bibliotecarios debemos prepararnos a un alto nivel para no perderlos es la ALPHA, nombrados también como nativos digitales y generación tecnológica, la cual se compone de los hijos de los Millenials y que nacieron entre el 2010 y el 2025 en un entorno dominado enteramente por la tecnología. serán la generación más transformativa ya que están completamente familiarizados con todo lo que acontece en la web y con el uso de teléfonos inteligentes y otros dispositivos electrónicos cuya evolución es constante, por ello la biblioteca debe dirigir sus servicios para atraerlos de alguna forma y apoyarlos a satisfacer sus necesidades de información, utilizando todas las herramientas a su alcance o planeando servicios desde ahora.
Por lo tanto, nuestras bibliotecas deberán contar con estrategias muy claras de apoyo a sus necesidades, ya que esta generación será más emprendedora que las generaciones anteriores, más conocedora de la tecnología, su vida económica se manejará principalmente en línea y tendrá menos contacto humano, con una gran influencia de sus padres de las generaciones X y Y, siendo además autosuficientes, mejor educados y preparados para grandes retos.
Como vemos las bibliotecas tienen un amplio reto con estas nuevas generaciones para que no mueran muchos servicios que por siglos las bibliotecas han conservado.
La segunda muerte: La construcción bibliotecaria del riesgo
Las acciones que hagamos hoy tendrán repercusión mañana y por lo tanto si construimos riesgos para las bibliotecas cosecharemos problemas. el crear riesgos es naturaleza de ser humano, buscamos vivir en constante peligro, desde que nos levantamos, comemos o convivimos, hasta el trabajo diario que realizamos.
La construcción bibliotecaria del riesgo es un tema forjado en la Biblioteca Conjunta de Ciencias de la Tierra de la Universidad Nacional autónoma de
Si construimos riesgos para las bibliotecas cosecharemos problemas.
México en el año 2015 y lo que se busca es mostrar el riesgo en que viven las bibliotecas, sus colecciones, servicios y personal en donde día a día se pretende mejorar pero inconscientemente se crea un nuevo riesgo.
Entre los riesgos que se generan en esta construcción por parte de los bibliotecarios existen ademas:
1. El apilamiento de cajas, muebles, libros y otros insumos que, por su deterioro, mal funcionamiento o problemas se van poniendo en un rincón del local poco visible, esto muchas veces por los trámites administrativos para darlos de baja o simple y sencillamente por descuido de los bibliotecarios, se deja pasar hasta años para moverlos. En ese sentido estamos construyendo un alto riesgo por la acumulación de polvo y mugre, y la posibilidad de que albergue roedores e insectos, o por el daño físico que puede sufrir una persona por el deslizamiento de lo acumulado, etc.
2. Sabemos que cada día nuestros usuarios requieren cada vez más contactos eléctricos para conectar sus equipos portátiles y más si dentro de nuestras instalaciones se cuenta con una red Wifi para poder conectarse a internet. el problema es que nuestros edificios no se pensaron para esas estructuras y apoyar a todos los usuarios que buscan donde conectarse, así comenzamos la instalación de contactos clandestinos y mal estructurados que a la larga generarán calentamiento de las instalaciones eléctricas, corto circuitos y sobrecargas que pueden generar un incendio, o dejarnos sin energía eléctrica para funcionar. Por eso esta construcción del riesgo bibliotecario se debe evitar y buscar otras medidas de trabajo y apoyo a nuestros usuarios.
3. El personal que labora en la biblioteca está generando riesgo de forma diaria, por el hecho de que utilizamos las oficinas, los mostradores y otros espacios como comedores, áreas de recreación y lugar de descanso, formando un ambiente con gérmenes pero al mismo tiempo ingiriendo alimentos con bacterias, polvo, ácaros y otras sustancias químicas que sueltan los libros, trayendo como consecuencia enfermedades gastrointestinales y otro tipo de problemas para la salud, por ello y por salud mental es conveniente salir a tomar los alimentos fuera de las instalaciones de la biblioteca. esta construcción bibliotecaria del riesgo no va a llevar a la biblioteca a una muerte, pero en combinación con otras más, quizá se destruya y muera o se vea más afectada de lo que ya puede estar.
4. Las colecciones son clave para la prestación de los servicios en las bibliotecas y en ellas se invierten importantes sumas de dinero y recursos bibliotecarios, por ello debemos conservarlas y mantenerlas en forma para su consulta por parte de los usuarios, los riesgos para su pérdida son muchos y más si los bibliotecarios sobrecargan los estantes, usando espacios inadecuados para su albergue, causando que el deterioro físico los destruya, o dejando alimentos y bebidas a su alrededor, construyendo un riesgo que sin duda afectará su condición. su no actualización también es parte de este proceso por ello se tienen que buscar mecanismos para que nuestro acervo crezca conforme a nuestras necesidades.
Esta «muerte anunciada«se puede evitar previniendo todos los riesgos posibles dentro de nuestras unidades de información, es parte de la tarea de protección civil, pero es un problema generado por la biblioteca y su personal que puede llevar a la biblioteca a morir por un incendio, una inundación o el desinterés de las autoridades por seguirla manteniendo viva para las comunidades.
La tercera muerte: los procesos internos de las bibliotecas
Desde sus orígenes las bibliotecas se han visto acompañadas por actividades propias de trabajo como son el desarrollo de colecciones, la organización técnica y el servicio a los usuarios, todos ellos con sus distintas variantes y características.
A lo largo de los años hemos buscado como hacer este trabajo más fácil y rápido siempre con mira a «satisfacer las necesidades de información de los usuarios» pero sin darnos cuenta estamos trabajando para acercarnos a una «muerte anunciada» de actividades distintivas que hacíamos los bibliotecarios de manera exclusiva y que en las últimas tres décadas está siendo invadida por otras disciplinas como son los ingenieros en sistemas, administradores, historiadores, etc. en este sentido la muerte anunciada no es para la biblioteca sino para el bibliotecario, el cual ha cambiado su dinámica de trabajo y ha descuidado la conservación de la profesionalización de su trabajo.
Podemos poner varios ejemplos para ilustrar la idea, pero tres de los principales son:
1. La organización técnica de las colecciones, en donde recae la generación de los catálogos al público y que a partir de finales de los 80 se han ido automatizando para hacer más accesible la información de los usuarios, pero con ello se acabó mucho del trabajo especializado que se realiza en las bibliotecas como la catalogación original de las obras, la asignación de temas y números topográficos, el uso de fuentes de consulta como los esquemas de clasificación, las reglas de catalogación, etc. esto debido a que gracias a las tecnologías ya podemos migrar registros de materiales vía remota sin tener que realizar el trabajo directo.
2. El desarrollo de colecciones en el que la experiencia del bibliotecario y su cultura general mantenía un perfecto balance en las colecciones y que ahora esta labor muchas veces lo hacen administradores, gente de otras profesiones y personal que no tiene idea de los requerimientos de los usuarios ahuyentando así a nuestras comunidades que dejan de asistir a la biblioteca por que el material existente no los está apoyando en su trabajo convirtiendo a nuestra unidad de información en bodegas de libros de poca circulación. el balance de uso de una colección debe ser clave y estar en armonía con su crecimiento y actualización, trabajo que estaba bien diseñado por los bibliotecarios, pero su descuido muchas veces hace que el usuario use el internet para buscar lo que requiere.
3. Por poner un ejemplo, uno de los servicios que se ha perdido en la gran mayoría de las bibliotecas es la elaboración de bibliografías para un tema determinado a solicitud expresa de un usuario, la cual era generada por los bibliotecarios utilizando herramientas impresas y electrónicas para su elaboración y entrega. Hoy en día, hemos permitido que el usuario se haga autodidacta, está bien que utilice herramientas como endnote y Wordref para hacer su trabajo, el problema es que el bibliotecario no se ha integrado a esta tecnología y no se ha modernizado dejando ese trabajo para los miembros del área de sistemas, provocando así que su trabajo cambie y se enfoque a otras líneas menos profesionales. Como dicen los compañeros administrativos sindicalizados de cualquier universidad pública estatal «debemos cuidar nuestra materia de trabajo y evitar la invasión de la misma», pero si no actuamos realmente con el ejemplo no podemos cumplir esta premisa.
Estos son solo tres ejemplos entre muchos más que existen y que sin duda enmarcan muy bien el concepto de «muerte anunciada» sobre la actividad bibliotecaria que tiene siglos llevándose a
cabo de alguna u otra forma en apoyo directo a los usuarios.
Conclusiones
Sabemos, cómo se menciona en el texto, que se ha anunciado las muerte de las bibliotecas desde hace décadas y que se ha dicho que con los avances tecnológicos esta será totalmente electrónica y/o digital, pero no se ha dado este fenómeno y creemos (también deseamos) que no se dará, pero la muerte anunciada de servicios, productos, actividades y de algunas bibliotecas en particular, aquellas con problemas de construcción interna de riesgos, están en constante zozobra, pero al igual que el teatro y la radio debemos buscar medios para sobrevivir y no perder a nuestros usuarios y para buscar alternativas que no lleven a las bibliotecas a una «muerte anunciada».
Es labor de todos nosotros los bibliotecarios, para poder evitar cualquier «muerte anunciada», pensar en los usuarios futuros, los cuales cada vez son mayor en número y con necesidades diferentes. Los que vivimos de lleno los 80 teníamos un concepto de las bibliotecas y sus necesidades e importancia para el desarrollo social, hoy muchos jóvenes no tienen esa idea y por lo tanto nuestras bibliotecas y su personal deben alcanzar objetivos claramente establecidos que permitan su desarrollo y estabilidad a corto, mediano y largo plazo, para ello es muy necesarios hacer una planeación bajo escenarios clave de desarrollo.
El tema aquí presentado no pretende ser fatalista ni mucho menos causar preocupación entre los bibliotecarios y las ideas vertidas se basan en las lecturas y experiencias que sobre la materia se tiene después de más de 35 años de trabajo bibliotecario, tratando en todo momento de que nuestras bibliotecas sigan creciendo y mejorando con el tiempo, con solo un objetivo «que permanezcan en la vida diaria de la sociedad vistas como los verdaderos centros culturales y de recreación como se conocen».