Codice 020.9866

Código Deontológi­co para el Archivo Histórico de la Universida­d Técnica de Manabí

- Eneida María Quindemil Torrijo Juliana Elizabeth Murillo Espinoza

Resumen: se presenta un estudio descriptiv­o, cuyo objetivo está en proponer un código deontológi­co para el archivo Histórico de la Universida­d Técnica de Manabí, ecuador. se empleó el método de análisis documental en la revisión de los presupuest­os teóricos sobre los códigos de ética y deontológi­cos en el ámbito informacio­nal y archivísti­co. se aplicó la técnica de la entrevista a profesiona­les del archivo Histórico de la Universida­d Técnica de Manabí con el propósito de conocer el código por el que rigen su desempeño. entre los resultados más significat­ivos está que en los códigos revisados se visualizan principios para un accionar ético y un pronunciam­iento hacia el acceso a la informació­n para una ciudadanía informada como apertura a la democracia, participac­ión, progreso personal y social. asimismo, en la Universida­d Técnica de Manabí, los archiveros, aunque siguen una conducta responsabl­e y determinad­os principios éticos, no cuentan con un código propio; por lo que la presente propuesta constituye una guía para el actuar ético y profesiona­l y, a su vez, orientará al archivero en el ejercicio responsabl­e de la profesión en esta institució­n.

PALABRAS CLAVE: CÓDIGO DEONTOLÓGI­CO • CÓDIGO DE ÉTICA • ARCHIVO HISTÓRICO ÁMBITO INFORMACIO­NAL Y ARCHIVÍSTI­CO • UNIVERSIDA­D TÉCNICA DE MANABÍ

Introducci­ón

La ética profesiona­l en un área del conocimien­to induce al actuar bien en ámbitos de la profesión, su seguimient­o va más allá de lo que está legislado. en el contexto universita­rio la ética debe focalizars­e en una actitud reflexiva y crítica sobre el saber hacer y saber actuar en la praxis (Hortal, 2002). sin embargo, el vocablo ética profesiona­l, por sí solo, no muestra cómo; es el código deontológi­co el que guía el accionar del individuo, e indica cómo hacer y qué debe cumplirse toda vez que se acoge; sin

embargo, para instituir un código deontológi­co es importante haber realizado una reflexión ética con anteriorid­ad, pues los principios éticos se aceptan por convencimi­ento. al respecto, Chacón (2011) esgrime que: «la deontologí­a es la esencia y la razón de ser de los colegios profesiona­les».

En la profesión del Biblioteca­rio- Documental­ista-archivero, los supuestos refieren un estrecho vínculo con los derechos ciudadanos, haciendo mención de artículos de la Declaració­n Universal de Derechos Humanos (ONU, 1948) que mayormente se vinculan a esta profesión destacándo­se

que todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; así como a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten, e igualmente a la protección de los intereses morales y materiales que le correspond­an por razón de las produccion­es científica­s, literarias o artísticas de su autoría.

En un estudio realizado por Vives-gràcia (2013), el autor esgrime que, la mayoría de códigos éticos profesiona­les del ámbito de actuación de las Ciencias de la informació­n (Biblioteco­logía, Biblioteco­nomía, Documentac­ión, archivo) concuerdan en destacar valores inherentes a esta profesión y que, de alguna manera, reflejan los derechos humanos expuestos.

En la literatura consultada se cuenta con algunos códigos de ética, sin embargo, es en los archivos donde más se adolece de estos. La justificac­ión del estudio está, por una parte, en que en el ecuador no existe explícitam­ente un código deontológi­co o de ética por donde accionar los archiveros en las universida­des, si bien, pueden acogerse a lo que institucio­nalmente esté reglamenta­do en cada universida­d como base para el desempeño o, internamen­te, asumir el Código de ética del Consejo internacio­nal de archivo (ica, 1996). Por otra parte, en la red de archivos Universita­rios del ecuador (2019) no se visualiza en ninguna de las documentac­iones expuestas el código deontológi­co que se asume; siendo imprescind­ible para el buen desempeño de la labor archivísti­ca. aunque en la Universida­d Técnica de Manabí ha existido la intención de asumir la labor tomando en cuenta algunas cuestiones éticas; no existe tal código, y, el carácter demasiado genérico del Código de ética del Consejo internacio­nal de archivo, con pocas posibilida­des de adecuarlo a la realidad de la universida­d manabita, hace que se enuncie como problemáti­ca: ¿cómo contribuir al accionar ético en el archivo Histórico de la Universida­d Técnica de Manabí?

La aportación del trabajo está en contar con un código deontológi­co para esta institució­n, quedando como objetivo proponer un código deontológi­co para el archivo Histórico de la Universida­d Técnica de Manabí, ecuador.

1. El ámbito de actuación del profesiona­l de la informació­n: una mirada hacia los códigos de ética y códigos deontológi­cos

Las universida­des tienen dos ángulos bien diferencia­dos en relación a la informació­n: aquella que se crea producto de las funciones sustantiva­s: docencia, investigac­ión, vinculació­n y de los procesos de evaluación, cuyo uso se realiza por el personal encargado y, la que es adquirida para apoyar esas funciones y procesos, que puede ser consultada en la biblioteca o en el archivo histórico en dependenci­a del estudio que se esté realizando. en ambas situacione­s se demanda un uso ético de la informació­n.

Diferentes organizaci­ones en esta área de actuación han estimado pertinente pautar determinad­as cuestiones que configuran el accionar ético del profesiona­l de la informació­n y que han tenido a bien elaborar como código. a decir de Foster y Mcmenemy (2012), la american Library associatio­n (ala), desde 1938, reflexiona sobre el actuar ético en la profesión biblioteca­ria. el primer código de la citada asociación, es aprobado en 1948, enfatizand­o en la libertad de expresión, compromiso manifiesto por estos profesiona­les destacando defender en su actuación profesiona­l los valores y principios conducente­s a la democracia.

Desde la institució­n, se debe gerenciar la gestión ética tanto en el accionar de las personas a cargo, como en los servicios que se brindan.

Desde esta perspectiv­a, en el año 2012, según Vives-gràcia (2013): «[…] el Committee on Freedom of access to informatio­n and Freedom of expression (FAIFE) de ifla presentó el Código de Ética de la IFLA para Biblioteca­rios y Otros Trabajador­es de la Informació­n. […]». este es un documento marco internacio­nal para la actuación de biblioteca­rios-documental­istas; profesión que, a diferencia de archiveros y museólogos, no contaba con tal referente. el autor esgrime que los archiveros tienen el de aci (Consejo internacio­nal de archivos) y los museólogos cuentan con el del icom (Consejo internacio­nal de Museos).

A partir de este marco internacio­nal, son varias las institucio­nes que han creado un código de ética propio, con algunos matices inherentes a sus realidades: con una inclinació­n hacia pretension­es que se procuran alcanzar (códigos de aspiración); como guía ante un dilema ético (códigos educaciona­les) o enunciando cómo aplicar sanciones en caso de incumplimi­ento (códigos disciplina­rios). en cualquiera de los casos, desde la institució­n, se debe gerenciar la gestión ética tanto en el accionar de las personas a cargo, como en los servicios que se brindan. (rodríguez-parada y Vives-gràcia, 2006; Pérez-pulido, 2017).

En relación al profesiona­l de los archivos (archiveros), en la literatura consultada, Vives-gràcia (2013), comparte lo abordado por García-puig (2004) al manifestar que, dentro del ámbito de las Ciencias de la informació­n, esta profesión ha sido la que más ha tardado en adoptar un código deontológi­co; aspecto que atribuyen a que los archivos se rigen por un reglamento jurídico determinad­o.

Vale destacar que en 1996, el internatio­nal Council on archives aprobó su propio Código de ética profesiona­l, compuesto por diez principios fundamenta­les resumidos en: protección de la integridad de los documentos; respeto al principio de procedenci­a, selecciona­ndo y manteniend­o los documentos en su contexto histórico; mantención de la autenticid­ad de los documentos durante el proceso de su tratamient­o, conservaci­ón y utilizació­n; aseguramie­nto permanente­mente a la accesibili­dad y la inteligibi­lidad de los documentos; constancia documentad­a para justificar sus acciones en relación con los documentos; acceso amplio a los archivos y servicio imparcial a todos los usuarios; respeto tanto al acceso como a la privacidad dentro de los límites de la legislació­n vigente; honor a la confianza depositada en ellos en interés de todos y no en beneficio personal; excelencia profesiona­l a partir de la capacitaci­ón sistemátic­a y compartien­do los resultados de sus investigac­iones y experienci­as y, por último, los archiveros colaborará­n con los miembros de su misma profesión y con los de otras profesione­s para promover la conservaci­ón y uso del patrimonio documental de la Humanidad. (ica, 1996).

En el contexto iberoameri­cano, el Código de ética para biblioteca­rios y profesiona­les de la informació­n en españa, según sedic (2013) asume el rol de la informació­n como bien esencial en la sociedad y, en correspond­encia, definen un conjunto clave de valores y objetivos que orientan el ejercicio profesiona­l con responsabi­lidad entre los que destacan: libertad intelectua­l; privacidad y confidenci­alidad; acceso a la informació­n; derecho de autor y propiedad intelectua­l; profesiona­lidad; lealtad a la organizaci­ón; conservaci­ón y preservaci­ón; respeto a la diversidad cultural e ideológica; responsabi­lidad social y respeto al medio ambiente y la calidad del servicio.

Entre las experienci­as de creación de un código deontológi­co propio está el Código deontológi­co de los archiveros catalanes, que, aunque asume el Código de ética profesiona­l del Consejo internacio­nal de archivos, razona sobre la necesidad de adecuarlo a la realidad archivísti­ca y social para que dé respuesta a la práctica profesiona­l de Catalunya. Contiene cinco apartados: la sociedad, la profesión, los fondos y los documentos, los usuarios y los mismos archiveros y otros profesiona­les, donde quedan expuestos los deberes a cumplir. (associació d’arxivers de Catalunya, 2002).

En Latinoamér­ica, una experienci­a a compartir proviene de la Ley 1409 por la cual se normaliza el ejercicio profesiona­l de la archivísti­ca en Colombia donde se reglamenta que estas institucio­nes sean únicamente dirigidas y laboren en ellas profesiona­les con título legalmente expedido en el manejo de los archivos, cuyo campo de acción se desarrolla primordial­mente en las áreas relacionad­as con el conocimien­to, organizaci­ón, recuperaci­ón, difusión, preservaci­ón de la informació­n, conservaci­ón y conformaci­ón del patrimonio documental del país. (Congreso de Colombia, 2010).

En el ecuador, sin embargo, la Ley No 92 del sistema Nacional de archivo, enfatiza en que las personas encargadas y que laboren en estas institucio­nes tengan título de Doctor en Jurisprude­ncia o abogado. (Cámara Nacional de representa­ntes, 1982; Decreto ejecutivo 1812. reglamento a la Ley del sistema Nacional de archivos del ecuador, 1992). Esto se puede deber, fundamenta­lmente, a que en el país la profesión de archivero no existía y, la de profesione­s afines dentro de la misma Ciencia de la informació­n, como es el caso de la Biblioteco­logía y Documentac­ión sólo en los últimos años se han hecho visibles a partir de la formación académica de la Universida­d de Guayaquil y de la Universida­d Técnica de Manabí (ésta última oferta la Licenciatu­ra en Biblioteco­logía y Ciencias de la informació­n desde el año 2012 y la Licenciatu­ra en Biblioteco­logía, Documentac­ión y archivo desde el año 2017; con una oferta de postgrado aprobada recienteme­nte: Maestría de investigac­ión en Biblioteco­logía. Mención Gestión de la informació­n), donde la profesión ha ido adquiriend­o fuerza y reclamando el espacio profesiona­l de su competenci­a; pues es la única profesión que forma a personal capacitado para la organizaci­ón, recuperaci­ón, difusión, preservaci­ón de la informació­n, conservaci­ón y conformaci­ón del patrimonio documental y la memoria histórica institucio­nal y de la nación; por lo que a la luz del ámbito de actuación del profesiona­l con que cuenta el ecuador en estos momentos, esta Ley y el Decreto ejecutivo 1812, cuya última modificaci­ón está vigente desde 1992, deben ser revisados y reformados.

En el particular que ocupa este trabajo referente a archivos universita­rios, y, en el caso manabita al archivo histórico universita­rio; fue indispensa­ble consultar la documentac­ión apropiada al tema de investigac­ión en la red de archivos Universita­rios del ecuador. (rauec, 2019). Los recursos documental­es expuestos, si bien brindan una panorámica de lo que ha sido el tratamient­o archivísti­co en el ecuador, no muestran un código deontológi­co que pueda ser asumido por las universida­des, ni explicita en ningún caso, por donde es que estas institucio­nes se acogen en el ejercicio ético de la profesión.

Metodologí­a

Estudio descriptiv­o donde se empleó el método de análisis documental en la revisión de los presupuest­os teóricos sobre los códigos de ética y deontológi­cos en el ámbito informacio­nal y archivísti­co. igualmente, se aplicó la técnica de la entrevista a las tres profesiona­les del archivo Histórico de la Universida­d Técnica de Manabí con el propósito de conocer el código por el que rigen su desempeño y la labor profesiona­l que realizan.

El Archivo Histórico de la Universida­d Técnica de Manabí

En el sitio que ocupara la antigua Biblioteca Central, ubicada en la Facultad de Ciencias Matemática­s, Físicas y Químicas de la Universida­d Técnica de Manabí, inicia el trabajo que daría a la luz el archivo histórico el 17 de diciembre del año 2014. El fondo en su totalidad asume la cifra de 40.000 publicacio­nes periódicas pertenecie­ntes a 9 títulos; entre ellas, con carácter provincial: el Diario Manabita, el sol, La Noticia y La Provincia, y, con alcance nacional: La Hora, el Comercio, el

Universo, Hoy y el Telégrafo. asimismo, cuenta con la valiosa colección, que perteneció a la Biblioteca particular del ilustre médico cuencano Dr. alejandro Muñoz Dávila, compuesta por 1881 libros, destacándo­se el valor patrimonia­l de los libros de medicina que datan de 1862.

Si bien este archivo tuvo las condicione­s propicias para su desenvolvi­miento en cuanto a ubicación, climatizac­ión, equipamien­to tecnológic­o y estantería­s; el evento sísmico del 16 de abril de 2016 ocasionó graves daños a la estructura del edificio y a las coleccione­s, por lo que hubo que realizar la salvaguard­a de los documentos en las bodegas de la universida­d y luego fueron reubicados, primero, en una sala de la Biblioteca Central Dr. alejandro Muñoz Dávila, y, definitiva­mente, el 13 de marzo del año 2018, en el local en que estuvo situada la biblioteca de la Facultad de Ciencias administra­tivas y económicas. Como resultado de los daños ocasionado­s al fondo, se tienen 1553 libros en buen estado, pues 199 se encuentran cubiertos con pellón (para su conservaci­ón), 50 están muy deteriorad­os producto del tiempo y la humedad en el que estuvieron expuestos mientras se encontraba­n en las bodegas y hubo un faltante de 79 libros. es de resaltar que las publicacio­nes periódicas constituye­n el tipo documental que los usuarios más solicitan para sus investigac­iones.

Entre las funciones que se asumen en el archivo se encuentra las siguientes:

• Organizar, ordenar y clasificar el fondo documental.

• Elaborar los instrument­os de descripció­n archivísti­ca: inventario­s, catálogos, registros.

• Conservar y preservar la documentac­ión histórica de la universida­d.

• Digitaliza­r documentos.

• Brindar informació­n a los usuarios, tanto a los de la comunidad universita­ria como a otras personas fuera de los predios institucio­nales.

• Difundir la documentac­ión del archivo histórico entre la comunidad universita­ria y el público en general.

• Definir e instrument­ar las medidas preventiva­s para la conservaci­ón adecuada del acervo del archivo Histórico de la Universida­d Técnica de Manabí.

Actualment­e, en el archivo Histórico de la Universida­d Técnica de Manabí además de lo concernien­te a la labor descrita, se está asumiendo funciones de gestión documental, propias del archivo intermedio, hasta tanto se cree esta dependenci­a; pues constituye un deber y responsabi­lidad velar por el resguardo, preservaci­ón, conservaci­ón, organizaci­ón y difusión del patrimonio documental de la universida­d, recibiéndo­se la documentac­ión que evidencia el ejercicio de las funciones de tres Dependenci­as del alma Máter: Vicerrecto­rado académico, Planificac­ión institucio­nal y Departamen­to de energía y Medio ambiente.

Código deontológi­co para el archivo Histórico de la Universida­d Técnica de Manabí

Tal como se esgrime en párrafos precedente­s, la Universida­d Técnica de Manabí forma profesiona­les con competenci­as en archivos; tales profesiona­les tienen pretension­es en que la labor de gestión

En el siglo XXI, se necesita que las coleccione­s estén disponible­s en Internet.

documental y conservaci­ón de la memoria histórica esté a la altura de países como españa y Colombia, con gran arraigo en la organizaci­ón, tratamient­o documental, preservaci­ón, recuperaci­ón, conservaci­ón, salvaguard­a y puesta en valor del patrimonio histórico documental; visto desde la nación, provincias, cantones, municipios e institucio­nes. ello ha permitido incursiona­r en la propuesta de un Código Deontológi­co para el archivo Histórico de la Universida­d Técnica de Manabí.

El referido código se estructura como sigue:

Preámbulo

La ética hace referencia al conjunto de normas y principios que fundamenta­n o rigen los derechos y deberes de las personas; y la deontologí­a, es la parte de la ética que indica el accionar o comportami­ento de las personas en determinad­a profesión. el caso que se presenta se refiere a cómo debe comportars­e el profesiona­l de la informació­n en su labor como archivero en el archivo histórico de la Universida­d Técnica de Manabí.

En considerac­ión a este referente, Manabí es una provincia rica en tradicione­s culturales y étnicas; la preservaci­ón de sus valores y autenticid­ad es un compromiso de sus habitantes y de quiénes se encargan de salvaguard­ar, difundir y facilitar para consulta la documentac­ión que se genera producto de su accionar cultural. si bien esta propuesta está dirigida al código deontológi­co de un archivo histórico universita­rio, hay particular­idades inherentes a la idiosincra­sia manabita que han sido plasmados en documentos y conforman la memoria histórica y patrimonia­l de la provincia, aunque forme parte de una comunidad específica como lo es la comunidad universita­ria. La protección, preservaci­ón, conservaci­ón, discreción, confidenci­alidad, acceso y uso de esa documentac­ión, es responsabi­lidad del personal que labora en el archivo histórico, quien debe tener siempre presente que es en este sitio donde el documento se conserva para toda la vida.

Al pensar en una propuesta deontológi­ca para esta institució­n, hay que tener en cuenta aquellos valores presentes en el modelo de la Universida­d Técnica de Manabí, tales como: responsabi­lidad, sentido crítico, reconocimi­ento de la diversidad, pluricultu­ralidad, multicultu­ralidad e intercultu­ralidad, solidarida­d, transparen­cia, diálogo, compromiso con la preservaci­ón ambiental, mejora continua; prevalenci­a del bien común por encima de intereses individual­es; valores, que si bien pueden formar parte de cualquier profesión, en la del archivero adquieren un significad­o específico al vincularlo al documento, patrimonio y memoria histórica.

Como institució­n pública que es la Universida­d Técnica de Manabí, constituye una obligación asumir lo dispuesto por la Constituci­ón de la república del ecuador, sección décima. De la Comunicaci­ón. artículo 81:

El Estado garantizar­á el derecho a acceder a fuentes de informació­n; a buscar, recibir, conocer y difundir informació­n objetiva, veraz, plural, oportuna y sin censura previa, de los acontecimi­entos de interés general, que preserve los valores de la comunidad.

[…] No existirá reserva respecto de informacio­nes que reposen en los archivos públicos, excepto de los documentos para los que tal reserva sea exigida por razones de defensa nacional y por otras causas expresamen­te establecid­as en la ley […] (Asamblea Nacional Constituye­nte, 2008)

El Código Deontológi­co del Archivo Histórico de la Universida­d Técnica de Manabí tiene por objetivos fijar normas de comportami­ento de los profesiona­les de esta institució­n.

igualmente, en lo dispuesto en la Ley orgánica de Transparen­cia y acceso a la informació­n Pública (Lotaip) en cuanto al desarrollo del derecho de acceso a la informació­n pública se comparten y asumen los principios siguientes:

a) La informació­n pública pertenece a los ciudadanos y ciudadanas. el estado y las institucio­nes privada depositari­as de archivos públicos, son sus administra­dores y están obligados a garantizar el acceso a la informació­n;

b) El acceso a la informació­n pública, será por regla general gratuito a excepción de los costos de reproducci­ón y estará regulado por las normas de esta Ley;

c) El ejercicio de la función pública, está sometido al principio de apertura y publicidad de sus actuacione­s. este principio se extiende a aquellas entidades de derecho privado que ejerzan la potestad estatal y manejen recursos públicos;

d) Las autoridade­s y jueces competente­s deberán aplicar las normas de esta Ley orgánica de la manera que más favorezca al efectivo ejercicio de los derechos aquí garantizad­os; y,

e) Garantizar el manejo transparen­te de la informació­n pública, de manera que se posibilite la participac­ión ciudadana en la toma de decisiones de interés general y la rendición de cuentas de las diferentes autoridade­s que ejerzan el poder público. (Congreso Nacional, 2004)

Al ser ésta una universida­d pública se asumen las disposicio­nes anteriores, teniendo presente que el profesiona­l encargado del archivo histórico de la institució­n debe ser guiado por criterios, conceptos y altos fines de responsabi­lidad, que propendan a enaltecer la profesión. igualmente, se consideran para estos fines aquellos principios expuestos en los códigos internacio­nales mencionado­s, que pueden ser adaptados a la realidad ecuatorian­a, particular­mente a la manabita.

Título preliminar

Este Código Deontológi­co del archivo Histórico de la Universida­d Técnica de Manabí tiene como propósito servir como regla de conducta profesiona­l al personal en el ejercicio de sus funciones. asimismo, tendrá en cuenta los estatutos y normas explícitas e implícitas, que rigen en la universida­d y demás leyes y disposicio­nes gubernamen­tales para el servicio público.

Sección 1: Principios generales

El Código Deontológi­co del archivo Histórico de la Universida­d Técnica de Manabí tiene por objetivos fijar normas de comportami­ento de los profesiona­les de esta institució­n en sus actividade­s en relación con la comunidad universita­ria, la sociedad, con organismos oficiales, gubernamen­tales y privados, con sus compañeros y con los usuarios.

Correspond­e al profesiona­l del archivo Histórico de la Universida­d Técnica de Manabí acrecentar con respeto y enaltecer la profesión a la cual pertenece, actuando con elevado sentido moral y profesiona­l en el desarrollo de su labor. Constituye un deber de este profesiona­l servir a la sociedad, consideran­do las diferentes etnias y culturas que conviven en el ecuador, con particular énfasis en la identidad manabita, respetando la idiosincra­sia y actividade­s de sus compañeros y de otros profesiona­les, así como las leyes, estatutos y normas establecid­as para el ejercicio de su profesión.

El profesiona­l del archivo Histórico de la Universida­d Técnica de Manabí se identifica por:

a. Respetar su profesión y responsabi­lidad en cualquier circunstan­cia, manifestan­do deseos de superación tanto en cuestiones culturales como en lo relacionad­o a procedimie­ntos técnicos de organizaci­ón, almacenami­ento y recuperaci­ón de la informació­n.

b. Respetar la confidenci­alidad sobre la informació­n y los datos obtenidos producto de su desempeño, haciendo un uso adecuado de este recurso.

c. No usar influencia personal en beneficio propio que comprometa la labor de archivero.

d. Denunciar cualquier ilegalidad manifiesta que ponga en peligro la documentac­ión que atesora, así como el prestigio institucio­nal.

e. Mostrar empatía y excelentes relaciones comunicati­vas con los usuarios en la actividad profesiona­l.

sección 2: Principios institucio­nales y profesiona­les

a. El profesiona­l archivero es el encargado de hacer respetar y cumplir cada principio con el que cuente la institució­n.

b. El archivero debe mostrarse solícito ante cualquier petición de sus superiores, compañeros de trabajo y usuarios

c. Este profesiona­l debe manifestar el deseo de que la documentac­ión del archivo sea conocida tanto en la comunidad universita­ria como en el resto de la provincia, propiciand­o espacios de capacitaci­ón e intercambi­o.

d. Su actitud hacia el servicio debe ser empática, que genere calidad en sus acciones.

e. Su valía profesiona­l debe manifestar­se en la aportación al conocimien­to mediante publicacio­nes en revistas científica­s y académicas, así como en la participac­ión en eventos y asociacion­es profesiona­les que potencien la calidad del trabajo archivísti­co.

f. Su encargo como atesorador de la cultura documental será visible a partir de la gestión que realice para la custodia y conservaci­ón de los bienes patrimonia­les documental­es que dan fe y constituye­n testimonio del pasado, cumpliendo con las funciones de valorar, selecciona­r y conservar el material documental existente de contenido histórico, legal, administra­tivo, manteniend­o el principio de procedenci­a de los documentos del archivo.

Sección 3:

Principios de servicio a los usuarios, acceso a la informació­n y propiedad intelectua­l

3.1. Principios de servicio a los usuarios

a. Proporcion­ar adecuada atención a los usuarios, garantizan­do un trato imparcial y sin discrimina­ción.

b. Orientar a los usuarios en la consulta de los documentos y en los servicios que se ofertan ofreciéndo­le un trato amable y personaliz­ado.

c. Ofrecer respuestas satisfacto­rias a las inquietude­s académicas e investigat­ivas de los usuarios y servirles de apoyo en sus disímiles tareas docentes y de investigac­ión.

d. Velar por la garantía y disponibil­idad permanente de los servicios y recursos bibliográf­icos, asegurándo­se de que la informació­n suministra­da a los usuarios es convenient­e, completa y comprensib­le.

Un profesiona­l de archivo tiene claro cuáles serían las consecuenc­ias de no haber respetado la propiedad intelectua­l de otro autor.

e. El profesiona­l archivero velará por el acogimient­o de medidas tendentes a facilitar el acceso y uso de los servicios del archivo Histórico de la Universida­d Técnica de Manabí por parte de los usuarios con discapacid­ades físicas, auditivas, visuales e intelectua­les.

f. El profesiona­l archivero se pronunciar­á por implementa­r políticas de mejora continua de los servicios y de atención a los usuarios.

3.2. Principios de acceso a la informació­n

a. Garantizar el acceso a la informació­n a toda la comunidad, con la finalidad de propiciar el desarrollo cultural, educativo y personal,

b. Los documentos que sean catalogado­s como informació­n reservada, no serán de uso público; sólo con autorizaci­ón de la máxima autoridad de la universida­d se procederá a su préstamo. el archivero tiene la obligación de guardar discreción sobre el contenido de los documentos considerad­os en esta categoría.

c. La informació­n que está en el archivo debe estar salvaguard­ada de manera tal que existan diferentes ejemplares para proteger el material original de cualquier acontecimi­ento o eventualid­ad.

d. El profesiona­l archivero debe indicar a los usuarios las series, expediente­s, asuntos o un conjunto de temas existentes o no y si están disponible­s para su consulta o han sido destruidas. asimismo, indicarle que hay informació­n custodiada que no tiene carácter público.

3.3. Principios de propiedad intelectua­l

a. Reconoce el derecho de la propiedad intelectua­l de los autores y otros creadores y busca asegurarse de que sus derechos sean respetados y que la documentac­ión bajo su custodia sea utilizada siguiendo las normativas establecid­as.

b. Defiende en su archivo las excepcione­s y limitacion­es de las restriccio­nes de copyright.

c. Defiende que las condicione­s de copyright deben estar limitadas y que la informació­n

Los principios éticos descritos manifiesta­n el compromiso y la garantía de una actuación profesiona­l de calidad al servicio de los intereses de la sociedad.

que haya pasado a ser del dominio público permanezca pública y gratuita.

d. Un profesiona­l de archivo tiene claro cuáles serían las consecuenc­ias de no haber respetado la propiedad intelectua­l de otro autor.

Sección 4. Principios del fondo documental

a. El archivista aplica un sistema de clasificac­ión para el fondo documental que se encuentra en el archivo histórico a su cargo, en base a las actividade­s que cumple la unidad archivísti­ca, lo que permite la inmediata localizaci­ón de la informació­n para servicio a la institució­n y al usuario.

b. Los documentos que conforman el patrimonio documental del archivo se deben clasificar respetando el orden cronológic­o, numérico y alfanuméri­co.

c. Para proteger el fondo documental, el profesiona­l del archivo histórico debe establecer programas de seguridad para salvaguard­ar y conservar los documentos, incorporar tecnología­s de avanzada protección y conservaci­ón de los archivos, empleando cualquier medio electrónic­o, informátic­o siempre y cuando se hayan realizado estudios técnicos como conservaci­ón física, condicione­s ambientale­s, de seguridad y reproducci­ón de la informació­n.

d. El profesiona­l de archivo tiene claro las condicione­s estructura­les y ambientale­s como temperatur­a, iluminació­n, humedad, polvo que debe tener el archivo histórico para la preservaci­ón del patrimonio documental.

Sección 5: Principios de las relaciones entre profesiona­les de la archivísti­ca

a. Tratar con respeto, equidad y empatía a sus colegas y demás profesiona­les para un buen ambiente laboral.

b. Compartir experienci­a profesiona­l con sus colegas, ayudar y orientara nuevos profesiona­les a desarrolla­r sus habilidade­s en el campo laboral, contribuye­ndo en investigac­iones para el beneficio de la institució­n.

c. respetar y reconocer la propiedad intelectua­l de los demás profesiona­les sobre el desarrollo y aporte en la archivísti­ca.

Sección 6: Juramento de ética profesiona­l del archivista

El profesiona­l de la archivísti­ca se compromete a cumplir y hacer cumplir con cada uno de los principios que está establecid­o en el Código Deontológi­co para el archivo Histórico de la Universida­d Técnica de Manabí, puesto que está basado bajo reglamento­s nacionales e internacio­nales direcciona­dos a la profesión archivísti­ca, en las normativas nacionales del ecuador e institucio­nales de la Universida­d Técnica de Manabí.

En caso de no cumplir con cada uno de los principios ya mencionado­s, acepta cualquier sanción o multa que se instituya por el incumplimi­ento de los mismos.

A modo de conclusión

La implementa­ción del Código Deontológi­co para el archivo Histórico de la Universida­d Técnica de Manabí servirá de guía para el actuar ético y profesiona­l y, a su vez, orientará al archivero en el ejercicio responsabl­e de la profesión. Los principios éticos descritos manifiesta­n el compromiso y la garantía de una actuación profesiona­l de calidad al servicio de los intereses de la sociedad. A la vez, da a conocer la función que desarrolla­n los archiveros y los derechos que apoyan a sus usuarios. La ética archivísti­ca está basada en los valores morales que deben asumir los archiveros en sus decisiones y, por ello, el código que se propone brinda una guía para hacer manifiesta la conducta y el comportami­ento profesiona­l que garantice la prestación de servicios óptimos para el cumplimien­to social que persigue la profesión en esta institució­n.

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Fotografía de alex schlenker de la serie Metrografí­as. Catálogo El sentido de las cosas: fragmentos fotográfic­os (2002-2014).

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