Cumplir 100 años y seguir de ‘junta’ con los amigos
Isidro Soriano Peña apagará las velas en el sitio donde se reúne con su gallada
Es el mayor de los ‘banqueros’ del Policentro y sus conocidos lo festejarán
De cinco a siete. Siempre ocupan el mismo sector de la cafetería de aquel centro comercial inaugurado el 25 de julio de 1979. Provienen de distintos sectores de la ciudad y si tuvieron profesiones y oficios distintos, hay algo que con el paso del tiempo terminó por vincularlos: todos están jubilados.
Justo en este grupo aparece Isidro Soriano Peña, el mayor de todos. Sentado en una esquina, observa y sonríe cuando alguien le recuerda la edad que se apresta a cumplir el próximo 12 de mayo.
“El tema de la vejez es un asunto de voluntad”, dice cuando se le pregunta acerca de la razón por la que llegó a los 100 y mostrarse como si no los tuviera. “No hay secretos”, aclara. Entonces, se acomoda en su asiento e inicia un monólogo que de seguro se asemeja a una de sus clases en alguna de las universidades de la ciudad en las que fue catedrático de las escuelas de Medicina.
Menciona que desde que pensó que podría envejecer, cuando andaba por los 60, se preparó mentalmente y tomó vitaminas necesarias que lo ayudaron a sobrellevar el paso de los años.
“Yo no pensé que llegaría a esta edad y que pudiese conversar con la fluidez con la que lo
“Lo haremos apagar las velas”, dice Roberto Álava, quien anda por los 80.
“Aquí estaremos entonces”, dice este ginecólogo, quien nació en el sector de Colón y Quito, y quien cierto día decidió dedicarse a disfrutar de su tiempo luego de toda una vida de trabajo.
“Renuncié a todos los cargos que tenía y junto con mi esposa nos fuimos a vivir a Salinas”, dice este guayaquileño, quien se graduó de doctor en Medicina en 1945, con la calificación de 10 y que ocupó cargo de director en varias instituciones médicas y que ahora vive en el pensionado Julius Dophner del asilo Carlos Luis Plaza Dañín.
“Él llega religiosamente a eso de las cinco y se queda hasta una hora. Es infaltable”, agrega Enrique Luque, de 85, otro miembro del grupo.
Es lo que dice Silvino Castro, quien anda por los 80: “nuestro máximo referente. Ya quisiéramos todos cumplir 100 años y tener una mente tan clara”.