“Ojalá luego construyan más puentes peatonales”
Ayer, los presidentes de las urbanizaciones se sentían algo confundidos. Siempre habían creído que los temas relacionados con el tránsito en la vía a la costa correspondían a la CTE.
Sin embargo, a estas alturas solo buscan soluciones. Y, en el fondo, les importa más bien poco qué institución las ponga en mar- cha. Para ellos, la colocación de los radares puede entenderse como un primer gesto hacia la comunidad, aunque no colma ni de lejos sus necesidades. “No sabemos qué ha ocurrido, pero es un buen síntoma, una reacción. Ojalá sirva para que luego haya más vigilantes que controlen el asunto de los peatones, cons- truyan más pasos a desnivel… De lo contrario, seguiremos con los mismos problemas de siempre. Eso sí, que señalen bien dónde se puede circular a 70 y dónde a 90”, analizó Álvaro Cruz, representante de Belo Horizonte.
Guillermo Ayala, de Puerto Seymour, también valoró la actitud de la ATM, pero mostró su deseo de que no se abra una nueva brecha entre las instituciones locales y nacionales: “Nos parece bien que actúe. Necesitamos que alguien lo haga”.
Al igual que Cruz, Ayala se preguntaba “qué ocurrirá con los viandantes”. Porque a su juicio, existe el peligro de que los conductores se crean con más derecho a circular a velocidades que pueden resultar letales para los peatones en caso de siniestro. “Puede ponerse más peligroso. Lo mejor sería que el Municipio, al ver que -el Ministerio de Transportes y Obras Públicas- no da el paso, levante los puentes peatonales”, resaltó.