Las cruces del Ídolo antes del 2017
El campeón del fútbol ecuatoriano no tiene un cierre de año sencillo. Algunos inconvenientes se le presentan y deberá buscar soluciones inmediatas
Cuando se es campeón, las responsabilidades cambian. Hay asuntos que pasan de ser competencias a obligaciones. Se tiene que entregar todo desde el primer partido e ir por lo que aún no se ha podido concretar. Barcelona tuvo un 2016 de ensueño, pero el 2017 tiene que ser mejor.
En la dirigencia del Ídolo del Astillero saben que hay asuntos que se deben de pensar con meticulosidad. Desde la salida de futbolistas y parte del cuerpo técnico y la participación simultánea en dos torneos, obligan a sus mandamases a no cometer errores sobre la picada.
El primer obstáculo ya fue superado. Salió el preparador físico Gonzalo Barreiro del club y no tardó más de dos semanas en conseguir al sucesor, Rubens Valenzuela.
El uruguayo, llegado tras un pedido del mismo Guillermo Almada, tiene una trayectoria importante, sobre todo en México. Allí fue parte del cuerpo técnico de Atlas, Querétaro, León, Dorados, Atlético San Luis, entre otros clubes. En su país estuvo en Bellavista, Fénix, Colón y Peñarol.