El test que avalará justicia
Una evaluación psicológica busca garantizar que nuevos jueces no tengan fobias, complejos o traumas 7.582 abogados participan en último concurso
Hasta ayer, 7.582 abogados se mostraban interesados en ocupar una de las 270 plazas de trabajo que oferta el Consejo de la Judicatura (CJ) a través de un nuevo concurso para jueces de primer nivel, a escala nacional.
Una dignidad que -en los últimos meses- ha estado en el ‘ojo del huracán’ tras dos escándalos públicos que involucraron a un juez de Flagrancias en funciones y una exjueza de Familia, en Guayaquil. Ambos se enfrentan a procesos por el delito de ataque y resistencia, luego de amenazas y agresiones verbales a policías.
Para garantizar “la transparencia y el ingreso meritocrático a la carrera judicial”, la Judicatura puso en marcha un proceso dentro del cual una de las pruebas será determinante en la selección de los jueces: la evaluación psicológica.
Nada nuevo dentro de los concursos que ha realizado el CJ en los últimos años; pero que ahora será excluyente con el test psicológico MMPI-2-RF. Un instrumento de evaluación sobre las características psicopatológicas globales y específicas del individuo, trastornos psicosomáticos, intereses y personalidad psicopatológica, así como de distintos aspectos de sinceridad en las respuestas de los individuos, según informó la Judicatura.
El test es automatizado, confiable y, según las investigaciones realizadas, es una de las pruebas más eficientes, con más de 6.000 casos, 604 criterios externos y 53.886 correlaciones, asegura el CJ.
“Las respuestas del sujeto deben codificarse a través de un software de corrección que permite la obtención de un perfil con las puntuacio-