Villavicencio y Jiménez, otra vez prófugos de la justicia
Fueron enjuiciados por supuesta divulgación de información hackeada
El exasambleísta Cléver Jiménez y el activista Fernando Villavicencio volvieron a la clandestinidad. La libertad que consiguieron tras la concesión de un habeas corpus a la prisión que dictó en su contra el juez de la Corte Nacional de Justicia, Jorge Blum, no duró mucho tiempo.
Los dos fueron llamados a juicio por una supuesta difusión de documentos que, según las acusaciones oficiales, se consiguieron por hackeo de cuentas de funcionarios de la Presidencia.
El juez Jorge Blum, tras la audiencia preparatoria de juicio, dictó la prisión para ambos por considerarlos presuntos autores del delito.
El lunes la defensa de los procesados fue notificada con la revocatoria del habeas corpus. Un tribunal integrado por los jueces Maritza Pérez, José Luis Terán y Ana María Crespo, acogió la apelación presentada por el secretario jurídico de la Presidencia de la República, Alexis Mera, y revocó el beneficio.
Los jueces pertenecen a la sala Contencioso Administrativa y se convirtieron en jueces constitucionales para resolver la petición de habeas corpus.
Uno de los argumentos que se lee en la providencia es que esa acción únicamente puede ser propuesta por quienes se encuentran privados de la libertad y ese no es el caso de Villavicencio y Jiménez.
En su apelación Mera, en calidad de parte coadyuvante, señaló que la sentencia que beneficia a Jiménez y Villavicencio es contraria a derecho. También señaló en su escrito que no se podía conceder la acción porque ellos no se encontraban detenidos y tampoco acudieron a la audien- cia de garantías por encontrarse prófugos. Inmediatamente conocida la resolución de los jueces, las redes sociales tuvieron mensajes de apoyo y solidaridad con los enjuiciados.
“Y ahora que sigue @MashiRafael (cuenta del presidente Rafael Correa) vas a allanar mi casa otra vez en Navidad, hazlo pero ven tú que te voy a estar esperando con mis hijos”, escribió Verónica Sarauz, esposa de Fernando Villavicencio.