‘Y finalmente... ya hay un parque en nuestras vidas’
Varios barrios están vinculados con el complejo recreativo recién inaugurado Un sector en el que el área verde más próximo está a cerca de dos kilómetros
Varias generaciones de vecinos del antiguo complejo ‘Pío López Lara’ crecieron sin un parque cercano. “No entiendo cómo pudimos vivir sin tener un sitio dónde llevar a nuestros niños”, dijo la mañana de ayer Susana Becerra, quien permanecía atenta a Nicole, una pequeña de cinco años que corría de un juego a otro.
Tampoco había dónde correr o trotar. Hasta ayer, eran personas que estaban obligadas a realizar viajes de hasta dos kilómetros para llegar a un parque. “No eran nuestros parques, me sentía rara en esos sitios”, agrega Carolina Burgos, una exempleada de una agencia de viaje del centro. Lo que sigue a continuación, es precisamente el testimonio de personajes que habitan en este barrio.
junto a una gran cerca. Eso representaba para Jorge Banchón Zurita, quien llegó a vivir de 16 años a la esquina de Los Ríos y Capitán Nájera, el gran complejo ‘Pío López Lara’.
“Es cierto que de las canchas, la del Ramón Unamuno (fútbol) y del Abel Jiménez Parra (baloncesto) salieron buenos jugadores, pero para nosotros los jóvenes y niños que vivimos en este barrio no nos servía mucho. No teníamos dónde jugar”.
Banchón tiene 76 años y es un vendedor ambulante. Ayer, emocionado recorría el nuevo espacio, el cual está dividido en ocho sectores, donde hay desde canchas - una múltiple y otra de fútbol-, un muro de arte urbano que está aledaño a un skatepark, el área de los juegos infantiles y el biosaludable, además de una pista de trote.
Lo que más atrae a Banchón es que puede salir por las noches a sentarse para ver cómo los niños suben y bajan de los juegos, mientras los brincan en sus patinetas. “En mi tiempo no había nada de eso. Me hubiese gustado tener por lo menos una canchita para jugar a la pelota”.
EL HOMBRE QUE CRECIÓ