DAMNIFICADOS “Duermo afuera porque tengo miedo y debo cuidar mis cosas”
Las constantes réplicas provocan temor entre la población de Esmeraldas
La tierra no deja de temblar. Las réplicas del temblor del pasado lunes se sienten a cada momento: unas de pequeña y otras de mayor intensidad. Por eso, los esmeraldeños prefieren dormir a la intemperie y no en sus casas.
Leonel Pablo es el propietario del hotel Sea Aquarium, en Tonsupa. Él duerme en el corredor de la casa que está frente a su propiedad. Lleva tres noches así y dice que lo seguirá haciendo. “Tenemos miedo y debemos cuidar las cosas, permaneceré aquí hasta que esto pare”, dijo a EXPRESO.
No es el único. En Rey David, barrio periférico de Tonsupa, Ja- neth Ramo puso su cama en la calle. Ella es madre soltera y tiene dos hijos. Lo hace por el temor a las réplicas y porque no tiene a dónde ir. La casa en la que vivía era arrendada y está en mal estado. “Prefiero dormir afuera, porque tengo miedo y porque debo cuidar mis cosas”, se justificó.
Aunque el Gobierno habilitó albergues no todos los damnificados han aceptado trasladarse allá. Algunos de ellos duermen en las carpas chinas y de Acnur que lle- Leonel Pablo es uno de los damnificados que prefieren dormir en la calle. Él perdió su hotel tras el sismo, pero se queda a cuidar sus pertenencias. garon a la provincia tras el terremoto de abril.
En el barrio Loma de Achote, Martha duerme en una carpa para seis personas que le entregó la Secretaría de Riesgos. No quiere entrar a la casa porque también tiene miedo.
En el camino polvoriento del barrio hay varias explanadas con pequeñas carpas que simulan un barrio. La noche del martes, Ramón Santos junto a sus hijos cortaba bambú para hacer más resistente la estructura. Su esposa preparaba la comida en una cocineta colocada sobre una pequeña mesa.
Estos asentamientos resultan un problema adicional para las autoridades. La empresa eléctrica, por ejemplo, instaló postes de alumbrado público para dotar de energía a estos pequeños barrios.