Si se calla el cantor
Diego Oquendo Sánchez tiene un notable conocimiento de todos los géneros musicales. Su exquisito gusto convierte en un verdadero lujo la programación musical de radio Visión que -en una óptima expresión de calidad- entretiene, informa y opina (esta y no otra, es la labor de la prensa). La impresionante trayectoria de Diego Oquendo Silva en el periodismo ecuatoriano no requiere mención alguna que resalte sus méritos. Su programa Buenos días es ejemplo de un periodismo objetivo y pluralista. Y la apertura a un régimen que se sirve cotidianamente de sus micrófonos para expresar su sesgada visión de la realidad, solo revela su encomiable vocación democrática. Pero ahora -igual lo hizo Hitler en la Alemania nazi- se utiliza la ley para arrebatarle lo que ha sido su proyecto de vida: montan un tinglado llamado “concurso”, en el cual ponen a “competir” lo comunitario (con un hándicap de 15 puntos) vs. lo privado. Solo hay 2 formas de propiedad: pública y privada. La “comunitaria” es una forma de propiedad privada. La ridícula oposición legal entre ambas categorías es forjada. De esta forma despojarán a Visión de su frecuencia. Así, mientras el juerguista continúa la farra perpetua por el planeta, sus obsecuentes lacayos le darán la frecuencia de Visión a un fantasma.
Al tratar la primera enmienda que garantiza la libertad de prensa en U.S. Constitution for dummies, Michael Arnheim dice: “Toda la enmienda se rige por la primera frase: el Congreso no hará ley... que restrinja la libertad… de prensa”. Por eso, no puede haber una ley de comunicación para amañar concursos truchos: el Congreso no puede mermar los derechos de la sociedad civil mediante ley. He ahí la esencia del sistema presidencial.
“Si se calla el cantor, se quedan solos los humildes gorriones de los diarios”. Si silencian al recordado Gallo de la Catedral, callamos todos. No podemos permitirlo. De hacerlo, seremos dignos de nuestra suerte.
No sería raro que en la próxima edición de su libro Cómo acabar de una vez por todas con la cultura, Woody Allen hiciera especial mención a una… revolución de ignorantes.