Mensaje a Guillermo Lasso
Nos conocimos en los setenta, cuando ingresaste a trabajar de asistente en la presidencia ejecutiva de Financiera Procrédito. Las siguientes cuatro décadas lograste triunfar en el sector bancario. Por tus méritos, ayuda de colaboradores y de quienes te dieron su voto confiando en tus ofrecimientos, pasaste a la segunda vuelta. Si la tendencia se repite serás el nuevo presidente de Ecuador.
En el siglo XX, los siguientes empresarios ocuparon la presidencia: Eloy Alfaro, Lizardo García, Emilio Estrada, Carlos Julio Arosemena Tola, Galo Plaza, Clemente Yerovi, Sixto Durán y León Febres-Cordero. Representan menos de 20 % del total de presidentes electos y dictatoriales del XX. Quien juzga la historia imparcialmen- te debe reconocer que de promedio ellos fueron mejores presidentes que los demás. Lamentablemente, historiadores e intelectuales se encargaron de manipular la historia y no hubo ninguna institución del sector privado capaz de desmentirlos. Su imperdonable silencio ha creado una imagen muy negativa de los empresarios.
Si eres electo deberás aprovechar cada minuto de tu administración para probar a los ecuatorianos que como empresario tienes corazón, eres sensible con los desprotegidos, no te obsesiona acumular riqueza, ni usas tu dinero para corromper. Necesitarás crear un sistema de alerta temprana con el fin de frenar la corrupción en el sector público. Las personas que selecciones para ocupar los ministerios deben pasar por un filtro, como existe en Estados Unidos. Tendrás que desvincularte de tus negocios, al estilo Michael Bloomberg, quien fue alcalde de Nueva York, y hacer realidad cada una de las promesas que ofreciste, especialmente la de crear un millón de empleos. Esta meta será ardua de lograr, asumo que tus asesores hicieron suficientes análisis para llegar a esa cifra. No podrás darte el lujo de fracasar; Ecuador ya no puede continuar experimentando, ni postergando el despegue a un crecimiento económico sostenido y auténtica disminución de la pobreza. Quiero morir en un país de oportunidades para todos, próspero, digno de imitarse y sin odio a los empresarios.
No podrás darte el lujo de fracasar; Ecuador ya no puede continuar experimentando’.