TITE RESUCITÓ AL ‘JOGO BONITO’
Ecuador fue testigo de lujo de la resurrección del combinado brasileño, de la mano del entrenador Tite. De hecho, la Tricolor fue su primera víctima, el 1 de septiembre de 2016. Aquella tarde, en el debut oficial del técnico de 55 años, la ‘canarinha’ le propinó un 3-0 con baile incluido, en Quito. Para entonces pocos confiaban porque Brasil ya se estaba acostumbrando a los fracasos: goleado 7-1 en la semifinal de su Copa del Mundo en 2014 y dos malas presentaciones en la Copa América de 2015 y 2016. En Eliminatorias estaba en la quinta posición, lejos de los punteros. Pero Tite fue inteligente. Se basó en la única selección que había dado ale- grías al país: la campeona olímpica de 2016. Tomó a su principal figura, Neymar, y lo rodeó de jugadores con similares características como Coutinho. Equilibró el equipo con fuertes como Firmino, Renato Augusto y Casemiro; y ratificó la confianza en históricos como Marcelo, Paulinho, Miranda o Dani Alves.
Cambió la formación a 43-3 (con variaciones al 4-1-41) y paró el equipo mucho
DEL TEMA La selección de fútbol de Brasil volvió a jugar con alegría para liquidar a sus rivales. El técnico fue la pieza fundamental en ese resurgir
más adelante. Y el resultado fue óptimo. Después del 3-0 a la tricolor, vino una cadena interminable de victorias. Ya lleva ocho triunfos consecutivos, con 24 goles a favor y dos en contra.
El mismo Tite dijo que no tuvo secretos y que basó su discurso en el orgullo brasileño. No hay que copiar lo que está en Europa solo por copiarlo. Es mejor recuperar la identidad y adaptarla al fútbol moderno.
Con esa premisa, su trabajo inició con una reunión cara a cara con los jugadores, principalmente con los señalados tras el Mundial. Les devolvió l a confianza. Luego, rotó la capitanía entre todos. No quiso que el peso del liderazgo caiga en un solo jugador. Alivió las cargas y recuperó la alegría.