La Asamblea votó para renegociar los tratados
Los acuerdos de inversión deben cambiar la figura del arbitraje El presidente de la República tiene que poner el ejecútese
Tal como estaba previsto, la Asamblea aprobó anular los Tratados Bilaterales de Inversión (TBI), que son la garantía que tienen las empresas extranjeras de solucionar las diferencias que se presenten con el Estado ecuatoriano.
Ayer, el Legislativo votó en contra de los 12 TBI: de China, Chile, Venezuela, Países Bajos, Suiza, Canadá, Argentina, Estados Unidos, España, Perú, Bolivia e Italia. El año pasado las empresas de esas naciones trajeron al país más de 800 millones de dólares en inversión.
Esta decisión del Legislativo necesita el ejecútese del presidente de la República, la cual no se ha hecho efectiva en otros tratados denunciados.
Y bajo la figura del arbitraje, según la Dirección Nacional de Asuntos Internacionales y Arbitraje de la Procuraduría, Ecuador ha sido demandado por 4.552 millones de dólares en arbitrajes de inversión y comerciales. Hay que añadir lo que un laudo arbitral obligó a Ecuador a pagarle a Occidental: $ 1.061 millones más intereses.
María Augusta Calle, presidenta de la Comisión de Relacio- nes Internacionales, señaló que la idea es renegociar, “pero en igualdad de condiciones”.
La tesis de la bancada oficialista sigue la misma línea discursiva del presidente de la República, Rafael Correa. Lo cierto es que esta decisión había sido postergada. Incluso el año pasado una empresa consultora contratada dejó un nuevo modelo de TBI para renegociar.
Esos tratados contradicen la Constitución, que prohíbe la resolución de controversias con el arbitraje internacional porque “afecta la soberanía”.
En tanto, ya las Cámaras de la producción, embajadas y consulados han llegado inquietudes de empresas que estaban interesadas en traer capital. “Este hecho alteró las intenciones de traer inversiones a Ecuador”, señaló una fuente cercana a los empresarios.
Espera que el presidente electo Lenín Moreno nombre un equipo técnico para renegociar los tratados.