Recetas para la confianza
Se avecina la primera transición presidencial en 10 años. Resulta entonces lógico y se entiende por qué reina la incertidumbre. En las citas empresariales se habla aún de desconfianza. En ese, como en otros ámbitos, las acciones y los mensajes que se conocen del proceso de transición no permiten discernir cuándo estamos frente a señales y cuándo estamos tratando de entender solo ruido.
La tarea más importante del presidente electo es proyectar confianza en él, en su liderazgo y en el futuro. Y lo es porque la estabili- dad política y económica del país depende de aquello.
Es justamente en estos días que tenemos que mirar atentamente lo que hace Lenín Moreno para construir o destruir la confianza de sus distintos interlocutores. ¿Cómo evaluar estas cosas? ¿Qué señales mirar? Tomo las siguientes ideas del mundo de la negociación.
Si Lenín quiere construir un puente de confianza con sus interlocutores, hablará su mismo idioma. Cuidará mucho de su reputación y se protegerá activamente de quienes busquen mancharla. Si sus asesores entienden de estas cosas le aconsejarán hacer concesiones unilaterales a los grupos entre los que cuenta con menos confianza. Le recordarán, no sin un toque maquiavélico, el síndrome de Estocolmo, para decirle que crear dependencia en un liderazgo genera confianza de sus seguidores.
Por último, si se toma la pena de explicar, desarrollar e incluso difundir a la vez las concesiones y los pedidos que formula, sabremos que son señales de que está trabajando en generar confianza.
Algunas de estas herramientas son utilizadas ya hoy en día por el
Es justamente en estos días que tenemos que mirar atentamente lo que hace Lenín Moreno para construir o destruir la confianza de sus distintos interlocutores’.