LAS FRASES
Aunqueporleyno precisedarunarazón paradespedirme,el Gobiernoprefiriódifamarme amíy,más importante,alFBI. La oficina del presidente tiene el derecho de esperar lealtad de aquellos que sirven a la Administración”.
En medio de la conmoción nacional provocada por el testimonio de Comey, un acorralado presidente trató ayer de mandar un mensaje de optimismo a sus seguidores.
“Vamos a pelear y ganar”, dijo Trump en una reunión con gobernadores y alcaldes mientras en el Senado, Comey lanzaba una salva de informaciones que complica al presidente.
Comey evitó emitir su opinión personal sobre si el gesto de Trump constituyó una tentativa de obstruir la justicia. “No pienso que deba decir si las conversaciones que tuve con el presidente fueron obstrucción de justicia. Fue algo muy perturbador, desconcertante”.
Relató que decidió comenzar a redactar memorandos internos de todos sus contactos con Trump, los que luego discutió con un restringido círculo de subordinados en el FBI.
A inicios de mayo, Trump despidió a Comey alegando que el FBI se encontraba en una situación caótica.
“Aunque por ley no precise dar una razón para despedir al director del FBI, el gobierno prefirió difamarme a mí y, más im- portante, al FBI afirmando que la organización era un desorden, mal conducida, y que los agentes perdieron confianza en su res- ponsable”.
Comey dijo no tener dudas de que Rusia ejerció injerencia en las elecciones mediante la invasión de los sistemas informáticos del comité nacional del Partido Demócrata. Sin embargo, señaló que las informaciones que poseía no le permitían afirmar que el resultado de la elección pudo haber sido manipulado.
Cuando anunció el despido de Comey, en mayo, Trump publicó en Twitter una velada amenaza para que se mantuviera en silencio, sugiriendo que podría tener grabaciones de las conversaciones entre ambos. Ayer, Comey dejó claro que no se sintió intimidado: “Yo espero que haya grabaciones”, dijo.