Una reunión inservible
La Comisión de Participación Ciudadana quiere reformar el Cpccs Al mismo tiempo, pide al presidente que lo elimine
La Comisión de Participación Ciudadana y Control Social es el premio consuelo que la mayoría gobiernista concedió a la oposición en la Asamblea. La preside un hombre de la bancada de SUMA, Héctor Yépez, y la integran asambleístas de CREO, ID, PSC y PK. Nadie de Alianza PAIS. “Dios los cría y el diablo los junta”, había satirizado Soledad Buendía, sin darse cuenta de que el diablo que los juntó era su propio partido. dana. “Las instituciones no son malas, somos las personas”, pergeñó en el debate, y propuso sustituir en la resolución las palabras “eliminación del Cpccs” por “Cesación de las autoridades del Cpccs”.
-Usted lo que quiere es volver al Consejo y ser presidente -despachó un asambleísta de CREO.
-Pachala se quitó la máscara -rio una del PSC.
El aludido evadió las bromas con una sonrisa y una débil argumentación jurídica: si el Cpccs fue creado por una Asamblea Constituyente, solo una Asamblea Constituyente puede disolverlo. Al resto de integrantes de la mesa les tomó medio minuto explicarle que una consulta popular está por encima de cualquier cosa.
Habilidad milagrosa la de Pachala: pese a que sus argumentos fueron rebatidos sin posibilidad de réplica, logró imponer su criterio en la Comisión y su sugerencia pasó a inscribirse en la resolución final: la Asamblea exhorta al presidente a convocar una consulta para conservar la carreta y cambiar los bueyes.
El presidente Yépez, una versión guayaquileña de Mauricio Rodas en estilo y lenguaje corporal, estuvo feliz, como todos los de su partido, de aprobar un cambio que entibiara las cosas hasta el punto de la entropía: la muerte térmica de la política. Y así quedó.