Entre la taxidermia y el rescate de piezas arqueológicas
Pablo Hidalgo ha montado varios museos en la Sierra
Tiene más de 30 años de experiencia en su trabajo y pasión, que es la taxidermia (disecación de animales). Con el transcurrir del tiempo también aprendió el arte de rescatar piezas arqueológicas.
Pablo Hidalgo Díaz está a cargo del Museo de la Historia Natural y Arqueología de la Universidad Técnica de Ambato (UTA), antes montó museos para los salesianos, universidades de Cuenca y la Nacional de Riobamba.
Le gusta autoprepararse y siempre comparte experiencias con otros profesionales de diferentes países.
En el museo de la UTA fue el encargado de recuperar más de 500 piezas arqueológicas de las culturas Puruhá, Capulíes, Incas y Panzaleos.
Hidalgo menciona que cada pieza que se conserva en el museo de la universidad ambateña son producto de donaciones o las encontradas por los profesores. Conoce cada pieza y a todas les dedica el tiempo prudencial para la curación.
Es oriundo de Riobamba y a los seis años empezó con la curiosidad de la taxidermia, pero no tenía idea que así se denominaba al disecado de los animales. A los 16 años se convirtió en el taxidermista más joven. Los conocimientos por la arqueología y la taxidermia los adquirió mediante la lectura permanente.