El abundante proceso Glas
Es sorprendente la cantidad de documentación entre videos, testimonios y correos electrónicos que ha reunido el fiscal general de la República, encabezando un grupo de investigadores que desentrañan el gran misterio de la asociación ilícita con Odebrecht. Sin embargo de la inmensa cantidad de indicios todavía el vicepresidente de la República se proclama inocente. Guarda prisión preventiva acusado de asociación ilícita y conserva su cargo, buscando todos los recursos legales posibles por medio de su abogado para ser liberado. Incluso ha manifestado que lo hará al interior del país, y que planteará sus recursos ante los organismos internacionales del sistema interamericano, el mismo que trató de descalificar el gobierno Correa-Glas con la gastada muletilla del antiimperialismo. A estas alturas es probable que solo dos personas crean verdaderamente en la inocencia de Glas: Correa que dijo que estaría dispuesto a dar su vida por él, como si el proceso fuera un episodio de novelita rosa. El otro es su abogado defensor y es lógico que se desespere en el servicio de la defensa porque de otro modo no justificaría sus honorarios, que seguramente son gordos. Pronto el proceso entrará en la etapa del juicio, y ya no servirán las alegaciones, que más son recursos dilatorios que otra cosa, y deberá enfrentar pruebas y buscar la manera de desbaratarlas para que su defendido pueda encontrar un camino de salvación. La aplastante cantidad de indicios seguramente se convertirán en la carga de la prueba en contra del vicepresidente, quien ha manifestado que se retirará de la política porque se siente asqueado, presumiblemente por el abandono de sus propios conmilitones, empezando por el presidente de la Asamblea, que ha dicho que Glas debe dar un paso al costado y renunciar a la vicepresidencia para enfrentar a pecho descubierto las consecuencias del proceso. El asunto avanza, aunque demora porque el trámite procesal en la justicia ecuatoriana es lento y tiene que hacer frente a un sinnúmero de argumentos dilatorios que enredan y hacen que se alargue la sustanciación de la causa. Entre tanto algún colectivo de carácter social ha solicitado que se investigue al expresidente Correa y tiene razón en pedirlo porque este se ha convertido en el gran defensor “ad litem” de Glas. La recusación del juez Jurado, a quien la defensa ha acusado de prevaricato, hace todavía más controversial el proceso. Cuando se conozcan públicamente los indicios constantes en una serie de documentos, confesiones y correos electrónicos, el país se asombrará de cómo y cuánto se ha hecho en perjuicio de sus bienes.
La aplastante cantidad de indicios recogidos por el fiscal y su equipo, seguramente se convertirá en la carga de la prueba en contra del vicepresidente’.