Nicolás Febres-Cordero, líder eterno del Club de la Unión
En el Club de la Unión, de Guayaquil, el nombre de Nicolás Febres-Cordero Ribadeneyra tiene ganado un sitial importante. Fue su presidente por cerca de 30 años.
“No cualquiera puede llegar a liderar por tanto tiempo a una institución tan importante”, aseguró el historiador José Antonio Gómez Iturralde, quien lo conoció a lo largo de su vida. “Fuimos vecinos de barrio. Él vivió en la calle Rocafuerte y yo en Las Peñas. Fuimos al mismo colegio”.
Este empresario guayaquileño falleció la semana pasada en un hospital de Cleveland, en Estados Unidos, a la edad de 83 años. Durante toda su vida se mantuvo al frente de la industria Ecuasal. Fue uno de los hermanos del expresidente y alcalde León Febres-Cordero.
Aunque el prestigioso club porteño tuvo entre sus dirigentes a personajes que marcaron una etapa importante como el caso de Francisco Elizalde Gómez y de José A. Gómez Gault -lideró en su etapa como presidente la construcción del actual edificio del club-, se le reconoce a don Nicolás la labor que ejecutó a lo largo de sus funciones.
Una etapa que inició en 1978, con un primer encargo, que continuó entre 1983 hasta el 2009, de manera continua.
Sobre la administración del empresario fallecido, Gómez Iturralde asegura que promovió la ampliación de la biblioteca y la organización de actividades culturales y sociales.
“Fue un hombre muy activo, que en lo personal será difícil de reemplazar... un excelente presidente”, agregó este historiador, quien también es miembro del Club de la Unión.
Los restos del empresario guayaquileño eran esperados la noche de ayer en uno de los vuelos desde los Estados Unidos, por lo que estaba previsto que hoy fuera velado en una de las salas principales del camposanto Parque de la Paz.