Un centro para adultos mayores combina arte y recreación con la interacción social
Edad Dorada celebra su primer aniversario de funcionamiento
Tienen entre 60 y 90 años de edad, pero ríen y sueñan como adolescentes. Cuatro veces a la semana se reúnen en el centro recreativo Edad Dorada, que funciona en el edificio Xima (km 1,5 de la vía a Samborondón). Allí 15 mujeres dialogan e interactúan como si se conocieran desde hace mucho tiempo.
El centro para adultos mayores abrió sus puertas en octubre de 2016, con la finalidad de “devolver vida a los años”, dice Sonnia de Verduga, una de las directoras.
Quienes asisten al lugar desarrollan actividades físicas, recreativas, para la memoria, bailoterapia, juegos, El historiador José Antonio Gómez Iturralde aclara que en el perfil que se publicó en la edición de ayer sobre el empresario Nicolás Febres-Cordero, no dijo que su padre, José A. Gómez Gault, lideró en su etapa como presidente la construcción del actual edificio del club, sino que “como socio de la institución fue el constructor Ad Valores, de la actual sede del Club de la Unión”. talleres de arte y pintura, conversatorios, entre otras actividades.
“Aquí he vuelto a vivir”, dice Mechita Garzón, de 68 años, a quien un cáncer le quitó las ganas de seguir luchando, pero encontró en el centro Edad Dorada un mo- tivo para seguir viviendo. “Me distraigo mucho y tengo nuevas amigas que se preocupan por mí”.
Además de todas sus actividades, tienen el respaldo de un equipo médico que cada semana hace un análisis de los signos vitales de cada asistente.
A Rosita Villega de Orellana, de 96 años, le gusta dibujar y además se esmera por seguir los pasos de baile que una de las maestras le enseña.
“Hemos restablecido nuestra red social. Tenemos a quién llamar, con quién tomar un café y a quién celebrarle un cumpleaños”, dice otra de las asistentes.
Los directivos del centro efectuarán mañana, a las 10:00, una sesión solemne para celebrar su primer aniversario de creación.
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