Barcelona,
Sí, este fue el equipo que el año pasado estuvo a punto de festejar 100 goles (alcanzó 93 y 99 puntos). El mismo goleador, la misma base de futbolistas, la misma idea de juego, pero hoy la historia en el campeonato nacional es contraria al camino hacia la 15 en 2016. Barcelona está a 15 puntos del líder, Delfín, los resultados no se dan y el grito simbólico de este deporte ha dejado de ser su bandera.
Y es que las manos sobre la cabeza, el suspiro al vacío, la puteada al cielo y otros gestos de impotencia se han convertido últimamente en señales habituales en los jugadores toreros.
A estas alturas en la primera etapa (hasta la fecha 14), el goleador de los toreros, Jonatan Álvez, ya había registrado ocho conquistas, mientras que en este semestre solamente registra tres tantos, con el detalle de que todos fueron desde el manchón penal.
Mientras que el Diamante Negro ha sido trascendental en Copa Libertadores con sus últimos tres goles, en campeonato el arco rival pareciera tener un maleficio y Guillermo Almada detecta esto. Para él la derrota ante El Nacional “no fue justa”.
“Creamos muchas opciones, que no aprovechamos. El rival se aprovechó de un error nuestro para anotarnos. No podemos reflejar en el marcador lo que hacemos en la cancha. Igual creo que el resultado de hoy no fue justo”, declaró el charrúa tras la caída en el Monumental.
Otro que no encuentra palabras para explicar el porqué de los malos resultados es el presidente de la Comisión de Fútbol del club, Aquiles Álvarez.
“Esa pelota que no entra en la raya nos dejó una sensación fea, pero confiamos en estos jugadores al 100 % y lo hemos demostrado”, manifestó a EXPRESO.
A pesar de que el arco se achica para los toreros, Álvarez dijo que no temen “para nada” que esa sequía se traslade a la Copa Libertadores, donde los toreros han marcado en casi todos los choques disputados. No le anotaron únicamente a Estudiantes de La Plata en el Monumental y a Palmeiras en Brasil.
Quien sabe de goles y rachas como esta, es uno de los artilleros históricos del club y finalista de la Libertadores en 1990, Manuel Uquillas.
“Yo tuve muchas de esas ra- chas. Cuando no salen los goles, la hinchada se desespera y no te da la misma confianza. Cuando la tribuna no está contigo tiendes a errar más todavía”, le contó el exgoleador a EXPRESO.
Uquillas explicó cómo en su época “teníamos mucha ilusión al pasar cada fase de la Copa y sin que quisiéramos, quizás no lo percibíamos, pero tampoco nos iba de lo mejor en el campeonato (en 1990 Liga de Quito fue campeón nacional)”.
De los cuatro semifinalistas de la Copa, Barcelona es el que peor se ubica en su torneo local. River Plate y Lanús argentinos son segundo y sexto respectivamente; mientras que su próximo rival, Gremio, es escolta de Corinthians en el Brasileirao. Hoy el actual monarca del balompié ecuatoriano es noveno, el bicampeonato está lejos y solamente le queda pensar en la deuda pendiente: el título de la Libertadores.