Desechos, un mal recurrente en la urbe
La mala disposición de basura se extiende por todos los sectores
La mala disposición de los desechos aún es una constante en Guayaquil. No es suficiente observar los distintos hacinamientos que atraen insectos e insalubridad; o que la basura obstruya las alcantarillas y en invierno colapsen y la urbe se inunde, para que los ciudadanos mantengan una cultura de desalojo, es decir, saquen sus desperdicios dentro de horario y frente a sus casas. Como lo ha publicado este Diario en ocasiones anteriores.
En el bloque 9 de Bastión Popular, dos esquinas son las favoritas para la acumulación de desechos. Mauricio Monroy, residente en el barrio hace 20 años, es consciente de que los camiones no llegan hasta las viviendas ubicadas en el cerro por lo que comprende que en la esquina los vecinos hayan hecho allí un botadero provisional.
La situación no es exclusiva de los barrios populares. En sectores como Sauces II, o en la avenida Francisco de Orellana, en Las Orquídeas, también se Puerto Limpio inauguró una ‘Escuela de Paqueteadores’ para capacitar a ese personal en seguridad y salud ocupacional, atención al usuario, y seguridad vial. evidencia la problemática: desde residentes que sacan su basura fuera de horario de recolección, hasta ciudadanos que la dejan en el parterre, desviando el trabajo de los recolectores cuya obligación es ir de puerta en puerta en busca de los desechos que deben ir en fundas selladas.
Para Xavier Ruiz, morador de Sauces 2, el problema es por la falta de cultura, pues por ese sector el recolector pasa hasta 3 veces al día por lo que no hay pretextos para sacar los desechos a cualquier hora, dice.
No todos son conscientes de que incluso las formas en que se desechan las cosas afectan, indica Karla Aguas, vocera de Puerto Limpio: “Imagínese que en una casa se rompió algo de vidrio y no tuvieron la precaución de envolver en papel esos restos, le puede provocar un corte al paqueteador aun usando guantes”.