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Un 8 de diciembre de 1917 se izó la escultura La obra fue inaugurada tres años después
Cuando una enorme grúa levantó a la estatua de La Libertad por los cielos para colocarla en el capitel de la Columna del Centenario, no había nada más alto que se impusiera sobre el horizonte de una ciudad cuya población andaba por los 97.000 habitantes. Corría 1917.
“Desde cualquier ángulo del Guayaquil de entonces que se mirase, se tenía como referente aquella columna”, dice la historiadora de la arquitectura porteña, Antonieta Palacios. Así sucedió durante mucho tiempo, antes que comenzaron a levantarse edificios que iban ganando altura hasta que la columna quedó en medio de tantas construcciones.
Las edificaciones entre 1917 y 1920 no superaban los 27 metros que tiene la columna.
Nace de un hito histórico, porque representa un homenaje a los héroes independentistas, pero también se lo debe considerar como un hito urbano, asegura Palacios: “Fue parte de un proyecto de reorganización de la ciudad. Una propuesta que no se completó. Debía estar ubicado al final de la avenida José Joaquín de Olmedo, pero como no se pudo expropiar los terrenos, se lo ubicó donde está actualmente”.
La mañana del aquel jueves 8 de diciembre, un centenar de personas se agolpó en los alrededores de las calles Pedro Moncayo, Vé- lez, Primero de Mayo y Lorenzo de Garaicoa, donde se ubica el parque del Centenario, en cuyo centro está la columna.
Aquel momento, cuando se colocó a La Libertad, estuvo revestido de solemnidad por los guayaquileños, tanto que la banda de música del Batallón Marañón ejecutaba piezas escogidas de su repertorio.
En estos días, Natalie Wong Chauvet, decana de la facultad de Arquitectura e Ingeniería Civil de la UEES, destaca que la columna marcó, desde su construcción, un eje central que determina desde entonces el derrotero del desarrollo de la ciudad. Un largo proceso constructivo. En 1907 el Cabildo contrató al escultor español Agustín Querol, el diseño de la Columna de los Próceres de la Independencia.
“Se ubica en una de las más importantes avenidas de la ciudad, el bulevar 9 de Octubre, en cuyo costado oriental está el malecón, el río Guayas y La Rotonda”.
La fecha y el año en que fue instalada la escultura reflejan también el entusiasmo y civismo con que los guayaquileños del siglo pasado planificaron y ejecutaron la celebración del Centenario de la Independencia de Guayaquil.
El Bicentenario de la gesta se cumplirá en tres años.