Transparencia
El Gobierno debería revelar todas las situaciones de corrupción y abusos que no vieron la luz pública durante la década pasada. Recordemos algunos de los hechos que se mantuvieron ocultos durante esa década perdida y que deberían ser sometidos a una política de transparencia, como una suerte de Glásnost (política de apertura de la Rusia de Gorbachov). Se guardaron denuncias sobre ofensas de carácter sexual contra estudiantes menores de edad, en diferentes escuelas y colegios, sin que se siguieran los protocolos legales pertinentes, así como la protección de las víctimas y su acompañamiento profesional. Nos escondieron detalles del endeudamiento externo exorbitante que suscribió el desgobierno de la década pasada. Se mantuvieron en reserva los pormenores de la preventa de petróleo, que hipotecó ingentes recursos futuros de nuestro país. Tapiñaron el andamiaje de coimas y sobreprecios alrededor de las obras de Odebrecht y quién sabe cuántas obras más. Con transparencia nos hubiéramos dado cuenta de que el Gobierno en lugar de estar trabajando en una refinería, estaba botando la plata en algo más parecido a una gran lotización multifamiliar en el Aromo. Claro que hay excepciones, como por ejemplo la reserva en temas militares, donde les conviene que el mundo no se entere de que compramos aviones vetustos sin repuestos, helicópteros que fallan al volar y radares que no funcionan.
El actual gobierno tampoco se salva. Recientemente se denunció la utilización arbitraria de fondos recaudados para la reconstrucción de Manabí en rubros diferentes a los debidos. Por supuesto, apenas se armó el escándalo, las autoridades repusieron los fondos desviados. También tenían bien guardada la naturalización de Assange, junto con el intento de disfrazarlo de diplomático ante el gobierno británico.
No se trata de armar veedurías que nos digan que lo que se hizo a puerta cerrada estuvo bien o mal; lo que necesitamos es que nada se haga a “escondidas”, logrando que la transparencia se transforme en un principio de este gobierno para ganarse la confianza de nuestro pueblo.