“Por respeto a nuestro estado laico, no se debió haber clausurado el teatro”
La Municipalidad de Samborondón actuó sobre la obra nunca antes presentada – y que seguirá así- y cuyo único pecado capital es llamarse “El Santo Prepucio”, obra que refiere satíricamente al abolido culto (en 1900 por la santa sede), que toca en un humor blanco a la insana actividad de comercializar con la fe. Esto jamás lo sabrán los pocos concupiscentes ciudadanos de Samborondón que por solo sentirse afligidos por el título y contextualización de la obra, obligaron a cerrar el local donde iba a exponerse.
Refiérase en “pocos concupiscentes” al menos preciar y acabar con los ensayos conjunto a los esfuerzos de poder presentar un trabajo digno por parte de las actrices, que siguieron el mensaje de Levítico 19:1, para al final ser aplacados por estos concupiscentes que fueron a orar pero en agradecimiento a que el trabajo de ellas fuera pisoteado. Nuestra cultura busca evolucionar de coraza a alma, de demostrar lo que vemos a lo que somos, pero mientras odiemos lo que realmente somos, seguiremos alimentando al irrespeto. Por respeto a nuestro estado laico y pluricultural, la municipalidad no tuvo por qué clausurar el teatro, por respeto al trabajo los concupiscentes no tuvieron que agradecer pisotear un trabajo, por respeto el arte. Debe hacer que se presente esa obra, así sea en el espacio más íntimo para su público. Juan Xavier Aguirre